El Gobierno declaró Zona de Emergencia Agrícola en 14 comunas de La Araucanía, decisión justa y tremendamente reiterada en esta región, basada en los graves problemas generados, en lo básico, por fuertes nevadas que se repiten año a año y crean dificultades mayores a los habitantes rurales que dependen de sus animales para el sustento diario.

Dicha declaración permite disponer de mayores recursos para asistir a estas familias, entregándoles insumos que les permitan alimentar a sus animales vacunos, caballares, ovejunos y caprinos, la fuente de ingreso básico para ellas, de tal modo que la muerte de algunos o muchos de sus ejemplares les deja en pésimas condiciones.

Esto retrotrae al tema de las praderas en las zonas cordilleranas y la construcción de galpones para guardar a los animales y protegerlos de las duras condiciones del clima, con nevadas que interrumpen los accesos a las ciudades y pueblos.

En las últimas décadas ha habido algunos esfuerzos y se han establecido praderas, pero por cierto en pequeña proporción respecto de las necesidades reales de Lonquimay y otras comunas. Igual cosa ha ocurrido con los galpones.

El no haber realizado esfuerzos de fondo en esta materia, con aporte y seguimiento técnico para que los lugareños dispongan de forraje en cantidad y calidad para sus piños, lleva año a año a lo que se vive hoy: declaración de Zona de Emergencia Agrícola para suplir la falta de previsión del Estado en la entrega a los campesinos de las herramientas que les permitan autogestionar sus opciones productivas y dejar de recurrir año a año a la entrega de forraje por parte del mismo Estado.

Se requiere, en consecuencia, una planificación y una estrategia dirigida a dotar a los propios campesinos de los medios para capear estas tormentas blancas de todos los años. Ello obliga a destinar un fuerte presupuesto a un proyecto que debería concluir con una población rural en condiciones de cosechar el alimento para sus animales y guardarlo en las instalaciones apropiadas. Así se terminaría con esta dependencia total del asistencialismo.

El Instituto de Investigaciones Agropecuarias (Inia), fundado en 1964, es la principal institución de investigación agropecuaria de Chile, dependiente del Ministerio de Agricultura.

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