Construcción de microembalses
Luego de un verano seco con ausencia total de precipitaciones en los primeros meses del año, el panorama en la Región de La Araucanía generó cierta incertidumbre, toda vez que la escasez de lluvia acrecentó un problema que desde hace años viene golpeando a la Región, y que es el de la falta de agua en las zonas rurales.
El problema, entonces, debió ser enfrentado de manera extraordinaria por los municipios y la Oficina Nacional de Emergencias con la contratación de camiones aljibe que entregaran el vital elemento a las familias de los sectores más apartados de los centros urbanos en prácticamente todas las comunas de la Región, donde incluso había escasez hasta de agua para consumo humano.
Ahora bien, durante los últimos meses el escenario ha sido diametralmente distinto, con semanas de intensa lluvia que a la fecha ya acumulan en Temuco 435,4 milímetros en lo que va del año, lo que es a todas luces una excelente noticia, pues ello supera los 420,3 milímetros que debieran caer en un año normal y muestra un 4 por ciento de superávit. Aunque aún se está bajo en comparación al año pasado, cuando a la misma fecha ya había caído la mitad de la lluvia total de un año normal, equivalente a 1.157,4 milímetros.
Pero qué pasa con toda el agua que por estos días se deja caer con intensidad sobre la Región y que además de ser vista como un problema ha generado aumento en el caudal de los ríos e incluso anegamientos en las calles de la mayor parte de las ciudades y localidades de La Araucanía. La respuesta es clara, luego de llegar a los ríos va a dar al mar, perdiéndose la oportunidad de acopiarla para enfrentar los meses más secos del año, que se sabe, vendrán con la inminencia del verano.
Urge, entonces, reposicionar en la agenda el tema de la construcción de microembalses que permitan acopiar este vital elemento, de manera de contar con agua suficiente para hacerle frente a la sequía que, se quiera o no, llegó para quedarse.