Población Millaray: La hija de un Temuco de los 60's.
CIUDAD. El Austral conoció los lugares esenciales de una de las poblaciones donde proporcionalmente habitan más adultos mayores.
Son las 10:30 y el verano temuquense ya se está desvaneciendo. El mítico Bar Estadio, de León Gallo esquina Sangers -que según Marco San Martín, uno de sus administradores, fue fundado en los años en que el Estadio Germán Becker saltó del corazón al mundo (13 de agosto de 1965)-, ha recién abierto y cuenta con tan sólo un parroquiano que pondera una cerveza.
En el piso de oscura baldosa yace Harry, un perro amarillo con algo de labrador, que es de todos y es de nadie. La tele muestra un incierto match de fútbol y en el fondo se ve un considerable repertorio de licores, una que otra foto de Deportes Temuco y otras de un paseo lacustre de varios habitúes del breve bar que, no obstante contar con apenas siete bancas y cinco mesas, es uno de los íconos de la población y que, según María Alicia Chartier, la presidenta de la Junta de Vecinos N° 13 de Millaray, "sólo ha tenido problemas cuando viene gente de afuera, como en los partidos masivos, pues acá acude pura gente tranquila".
UNA SEDE
La presidenta de la junta puntualiza: "Antes del crecimiento más actual, éste fue uno de los últimos asentamientos del sector poniente de Temuco; la población se compone ante todo de adultos mayores", asegura la dirigenta vecinal. Podemos decir que los inequívocos límites de la mencionada junta, son las calles San Martín por el norte, Pablo Neruda por el sur, Sangers por el este y Hochstetter por el oeste.
Según los registros que maneja la junta, las primeras casas del sector, muchas de ellas de la Corporación de la Vivienda (Corvi) se entregaron en 1960, y el año 1962, el gobierno democratacristiano de Frei Montalva, con el concurso de EE.UU -mediante la llamada Alianza para el Progreso, que ofreciendo regalías a diversos países latinoamericanos pretendía que éstos no se macularan de marxismo- entregó una sede vecinal que también es un gimnasio y otras dependencias. La misma, fue remodelada mediante el programa Quiero Mi Barrio, del año 2010.
UNA PANADERÍA
En la calle Folilco 1127, está el último de los cuatro locales que, viniendo desde calle Sangers, conforman una suerte de pabellón que la gente, también la de afuera, denomina 'los locales'.
El primero es el bar al que ya hiciéramos mención, el segundo una completa verdulería, el tercero un surtido almacén botillería y el último la Panadería Millaray, cuyos dueños son el matrimonio conformado por Ana Castillo y José Gutiérrez Gallegos, quienes residen a sólo pocos metros del local. La señora Ana asegura que la panadería está en el barrio desde 1962 [inferimos que la heredaron de sus padres o se la compraron a un particular], casi a la par con la fundación del mismo.
En la panadería, y a eso de las 8:30 comienzan a despuntar "los buenos hijos de la harina / que oculta bajo su delantal la mesa" (Teillier), entre los cuales hay hallullas (especiales y de las otras), pan del tipo francés, cachitos y una de las mejores variedades de pan integral de Temuco.
En la panadería que además es almacén, también se preparan dulces como kuchenes y pie de limón y, los días sábados, unas empanadas exquisitas hasta lo despiadado, que apenas duran horas antes de que el respetable se las lleve.
"Acá viene gente de otros sectores a comprar. Sin exagerar, puedo decir que muy pocas veces no se ha vendido todo lo que sale de los hornos".
LA FERIA ITINERANTE
Desde el año 2011 funciona en el comienzo de O'Higgins una feria itinerante, patrocinada por el municipio y que todos los días se instala en sectores diversos como Labranza, Fundo el Carmen o Avenida Las Encinas. Los días viernes, es el turno de Millaray.
Según Patricio Rojas, encargado de Desarrollo Económico de la municipalidad, "la idea ha funcionado de muy buena forma, pues siempre hay algún funcionario para ver in situ cómo está andando la cosa. Acá en Millaray usted puede ver a muchos abuelitos que vienen a comprar -a veces hasta dos o tres veces para no cargarse en demasía- y que no podrían tomarse la molestia de ir a Feria Pinto".
Lo cierto es que, a despecho de los precios, que quizá no sean los más óptimos de la ciudad, durante la mañana y parte de la tarde de los viernes, Millaray se inunda de colores y egregios sabores campestres, y el flujo de personas le otorga a este barrio quitado de bulla un carácter más festivo.
IGLESIAS
En la intersección de O'Higgins y Rayén, se encuentra la Escuela Básica N° 94 Millaray, que data de noviembre del 64. Fue restaurada el año 2007 y en los actuales tiempos tiene capacidad para 700 niños.
Asimismo, también en calle O'Higgins y casi exactamente en frente, se encuentra la Iglesia Metodista del barrio, un considerable inmueble blanco de madera y a dos aguas, que a su lado cuenta con un Cesfam (Centro de Salud Familiar) administrado por miembros de esa iglesia.
Y en lo que respecta a la derivación más primigenia que hasta ahora subsiste de la fe de Jesús, podemos decir que en las esquinas de Rume y Trihue, frente a una breve y armónica plaza, se encuentra la Capilla Sagrado Corazón de Jesús, bastante visitada por los vecinos y que presta todos los servicios para los que se halla destinada.
Cabe mencionar que en el otro costado de la calle Sangers, que en estricto rigor pertenece a otra junta vecinal, hay una iglesia mormona que -si hemos de ocupar un vocablo en exceso a la moda y que por lo mismo está pronto a irse al basurero de los desperdicios culturales- es bastante 'pelolais'.
LOCALES Y COLUMPIOS
Aparte de los ya nombrados, en Millaray hay varios almacenes y desde hace algún tiempo algunos locales de comida rápida. Aunque parece mejor destacar a dos expendios de sushi, un formidable y nuevo hostal y al restobar La Casa del Cervecero, pero no obstante su cercanía, todos ellos están en el ámbito de otra junta vecinal donde el tiempo parece haberse detenido.
Damary Melo, Martín y Amanda Chihuailaf, descendientes de gentes del barrio, pertenecen a las generaciones más recientes de millarayinos.
Se les ve columpiándose y bajo el influjo de una alegría donde el tiempo parece estar distante, mientras esbozando una sonrisa observan los colores irrecuperables del cielo.
"En el Bar Estadio existe entre los parroquianos una relación de camaradería, y yo diría que hasta de amistad".
Marco San Martín,, administrador del clásico bar
"Millaray es un barrio tranquilo, con muchos adultos mayores. Hemos hecho un muy buen trabajo con Carabineros". María Alicia Chartier, presidenta de la junta vecinal "Las ferias itinerantes, incluida ésta, son una muy buena idea para acercar productos de calidad a las personas".
Lucy Simons,, residente de Millaray
"Me encanta Millaray y no pienso vender mi casa. Es un sitio armónico al que sólo le falta mayor vida comunitaria". Elsa Lacalle, residente desde hace 30 años