¿Bolsas de nuevo?
Algunos creen que por entregar una bolsa en el comercio de supermercados y grandes tiendas se "nos devuelve dignidad". Una bolsa se demora más de 400 años de desintegrarse, gastar tiempo (y dinero) en retroceder en una buena política pública solo nos demuestra que no hemos tomado conciencia del daño que le ocasionamos a nuestro planeta; el tiempo que están desperdiciando en esta modificación sería mejor emplearlo en legislar para que ahora los productos que nos venden dejen de venir envueltos en plásticos de un solo uso, que los edificios que día a día se construyen tengan terrazas verdes y jardines verticales para que ayuden a disminuir la contaminación en la Región.
No podemos retroceder en políticas medio ambientales, solo debemos acostumbrarnos a andar con bolsas de género o cualquier bolsa reutilizable.
Retroceder como pretenden algunos legisladores es de trogloditas.
David Muñoz Lara
¿Pueblo originario?
Siempre leo con mucho interés las columnas que publica en el suplemento Domingo el señor Pedro Cayuqueo, de las que puedo estar de acuerdo o no. Sin embargo, con la columna titulada "Lengua Mapuche" del domingo 7 de abril, no puedo estar en más desacuerdo.
Efectivamente, don Pedro se queja que no sea obligatoria la enseñanza de la lengua mapuche y de otras etnias en todas las escuelas del país y no solo donde los alumnos de una etnia sean al menos un 20 % de la población escolar, como lo es actualmente.
También se queja que la enseñanza de la lengua mapuche sea voluntaria y no obligatoria, lo que significa restar tiempo de la jornada educacional en enseñar una lengua que al menos un 90 % de la población educacional chilena no practica.
Al respecto, ¿de qué le sirve a un niño, por ejemplo, de Catapilco, el tener que estudiar una lengua que nadie habla en su localidad? Hay que tener presente que el fin básico de la enseñanza es difundir la cultura del país y no culturas locales de poca propagación, ya que debe preparar a nuestros jóvenes para desenvolverse en el mundo de los adultos y, así, poder adquirir un oficio o profesión.
Por consiguiente, si se desea que nuestros alumnos lleguen bien preparados a la vida laboral, sería mucho más provechoso se intensifique la enseñanza de una lengua foránea, como lo es el inglés, que ya es de uso universal en un mundo cada vez más integrado.
Por el contrario, el señor Cayuqueo agrega que es a los niños no mapuches a los que se les niega la posibilidad de conocer el paradigma cultural mapuche, lo que los condenaría a ser "ineptos interculturales". ¿Es esta expresión una broma o el no conocer la realidad de un mundo cada vez más integrado?
Finalmente, don Pedro se refiere a los mapuches como los "primeros habitantes de este bello rincón del mundo", lo que es una inexactitud. Lo cierto es que la Antropología ha determinado que la llegada de los mapuches al sur del país fue poco antes de la llegada de los conquistadores españoles y continuó hasta el siglo XIX por mapuches de las pampas argentinas. Al llegar a estos territorios dominaron y subyugaron a los premapuches de la cultura Kofkeche, cuyos restos arqueológicos están presente al menos en toda la provincia de Malleco. Pero es más, hace unos años se han descubierto asentamientos humanos típicamente premapuches de hace unos 10.000 años atrás, cerca de Puerto Montt. Así que no corresponde asignar a los mapuches el título de "pueblos originarios", como frecuentemente se pretende, cuando ellos llegaron a territorios habitados, por pueblos a los que subyugaron, en forma parecida como lo hicieron los conquistadores españoles.
Mario Molina R.
Homenaje a obispo
Hace unas semanas se cumplía el 28 aniversario de la muerte (1905-1991, 25/03) de un gran obispo santo, monseñor Marcel Lefebvre, un obispo que dio todo, todo por la Santa Iglesia, maestra y madre.
La vida religiosa de monseñor Lefebvre lo llevó desde ser vicario del barrio obrero en Lomme, Francia, a ser misionero en Gabón, hasta llegar a ser director general de la congregación del Espíritu Santo; nombrado obispo con el lema "Instaurarlo todo en Cristo" que ciertamente le hizo honor. Luego, arzobispo de toda la África francófona. Monseñor Lefebvre fue un hombre de fe inclaudiclable, de una fe varonil, de una fe sobrenatural, monseñor es un ejemplo a seguir, es un ejemplo de santidad.
Por medio de su medio, quiero rendir un fervoroso homenaje a este obispo, quien resguardó la tradición Católica que viene de la muerte del último apóstol intacta en donde el orden de las cosas se cambió por un orden humano, donde el tesoro de la Santa Misa pasó a ser una mera celebración al estilo protestante. Monseñor Lefebvre nunca se rindió, dio toda su vida por la principal misión que lo llevó a ser sacerdote, que es la salvación de las almas, por la Santa Misa y por la Santa Iglesia Católica.
En el libro de condolencias en su muerte, un "católico raso", que vivía en esta tradición de la Iglesia gracias a monseñor, trazó unas líneas rápidas: "Gracias por haber intervenido, por haber salvado el sacerdocio, por ser nuestro estandarte y por haberse ofrecido en holocausto para salvar a su pueblo". Si, había amado profundamente a la Iglesia, hasta el extremo del amor; In finem dilexit. ¿No había demostrado el mayor amor que existe? Amó más que muchos aquél que, hasta el final, "había creído en la caridad que Dios tiene por nosotros".
José A. Villagra Morales