Luego de varias reuniones programadas en La Araucanía, el comandante de escuadrilla de la FaCh, teniente primero Juan Carlos Reyes -acompañado del suboficial Miguel Seida, ingeniero en mantención- valoró el interés de las universidades por contar con información aportada por el satélite para proyectos de investigación.
Tiempo especial le dieron a los alumnos de la Universidad de La Frontera, que agrupados en un proyecto trabajan en la creación de un cohete cuya sonda captará información meteorológica. Según los expertos, es una iniciativa similar al satélite, pero a menor escala.
"Nos mostraron el proyecto en el que están trabajando, la idea de su proyecto y conversamos de la forma cómo ir avanzando", dijo Juan Carlos Reyes, junto con destacar que los jóvenes apuntan en la dirección adecuada respecto de impulsar la innovación, la conciencia espacial y el uso de tecnologías.
"Estamos dando a conocer en qué consiste el Sistema Satelital de Observación de la Tierra, SSOT, su satélite Fasat Charlie y las capacidades que tenemos al servicio del país", puntualizó Reyes.
EN ÓRBITA
Luego de un intento fallido y uno experimental, Chile logró poner en órbita el Fasat Charlie, un satélite que hoy permite captar información privilegiada y útil para distintos ámbitos del quehacer nacional.
Este aparato fue lanzado al espacio en diciembre de 2011 y pese a lo mediático que fue su lanzamiento -desde Francia- no muchos conocen de él, de sus objetivos y sobre todo de sus potencialidades.
SATéLITES
Cabe recordar que el primer intento de enviar un satélite chileno fue en el año 1995, el Fasat Alfa, que tenía como objetivo principal monitorear la capa de ozono y obtener la experiencia científica y tecnológica básica para seguir avanzando en el área. Lamentablemente la operación no fue exitosa, ya que el aparato hecho por un grupo de ingenieros chilenos -que proyectaba una vida útil de 8 a 10 años-, no pudo desacoplarse del satélite ucraniano que lo impulsaba.
Con los dineros del seguro fue posible construir el Fasat Bravo, que operó por tres años y trabajó varios proyectos, entre ellos la medición de la capa de ozono.
Reyes advirtió que ambos fueron satélites experimentales, mientras que el Fasat Charlie es operacional, con mayor capacidad, con un instrumento óptico comandado totalmente por la Fuerza Aérea de Chile, desde el Grupo de Operaciones Especiales, en El Bosque, Santiago.
El oficial de la FaCh, dijo que el sistema completo significó una inversión cercana a los 72 millones de dólares y que el satélite cuenta con un telescopio que actúa como cámara para captar imágenes de alta resolución de la superficie terrestre. Esto con un instrumento pancromático (en blanco y negro) o uno multiespectral (colores); de cobertura mundial.
APLICACIONES
Las características entregadas por Reyes se traducen en potenciales aplicaciones disponibles tanto para la seguridad nacional como para la investigación y los particulares que lo requieran para las áreas de agricultura de precisión, actualización de cartografía, control de crecimiento urbano, control de bosques y manejo de desastres.
Ambos integrantes del Grupo de Operaciones Espaciales, dijeron que las visitas a colegios tienen como objetivo principal no sólo informar sino también inculcar en los más pequeños la importancia de tener presencia espacial autónoma, "ya que se nos abre una puerta para el intercambio con otros países y nos da posibilidades de hacer investigación en diversas áreas", acotó Reyes.
CRISIS
Otro de los usos que se le ha dado al Fasat Charlie es en el manejo de crisis o catástrofes como terremotos, erupciones volcánicas e incendios.
"Este nos permite tener información de las crisis o catástrofes que hemos tenido y permite planificar de mejor forma -previamente y con conocimiento de un lugar determinado-, cuáles podrían ser las posibles vías de evacuación", puntualizó el uniformado.
antecedentes