Leonardo Riquelme
A puertas cerradas realizó Renovación Nacional ayer su consejo directivo, donde sus máximos dirigentes discutieron la crisis agudizada tras la derrota presidencial, y que ha significado el alejamiento de sus filas de cinco parlamentarios en un mes, al que podrían sumarse otros en las próximas semanas y varios ministros tras el 11 de marzo, cuando dejen el Gobierno.
En su declaración final, el consejo declaró su respaldo "unánime" a la directiva nacional; expresó duras críticas a la conducción del Gobierno y a la renuncia de los diputados; y "repudió" las acusaciones con que se fue del partido la senadora Lily Pérez.
Sobre la administración gubernamental de Sebastián Piñera, la instancia consideró que la derrota presidencial se produjo porque no incluyó a los partidos y políticos en su trabajo; "adoleció de un déficit de conducción que va más allá de los errores de comunicación"; y porque existió "una conducción personalista". Pese a ello, le solicitó que regrese al partido cuando termine su período.
Además, criticó que los diputados Karla Rubilar, Joaquín Godoy y Pedro Browne renunciaran tras ser electos.
"Si tenían tan mala opinión, no debieron postularse en su representación", leyó el presidente del partido, Carlos Larraín. También "repudió" que en su renuncia del jueves la senadora Lily Pérez los acusara de "antisemitas, "personalistas" y "machistas".
El texto afirma que eso "no se justifica", ya que la parlamentaria fue secretaria general y ocupó todos los cargos que quiso en la tienda.
Finalmente, la instancia respaldo los acercamientos que la directiva ha tenido con la DC. A su juicio, ellas "garantizan políticas moderadas y realistas" y se estableció que la actual mesa rija hasta el 31 de mayo, cuando termina su período. Tras la lectura, hubo una ovación.
"Estoy muy conforme y contento con el resultado por la amplitud y contenido de la resolución (...) Era fundamental que hubiera autocrítica profunda y severa (...) El esfuerzo que he realizado en las últimas semanas para no continuar con una venda en los ojos ha tenido efecto (...) Hoy yo creo que no queda ninguna razón para renunciar", dijo el ex candidato presidencial y senador electo, Andrés Allamand.
La jornada estuvo marcada por las recriminaciones y los llamados a enviar gestos de unidad para frenar nuevas fugas.
La más radical fue la diputada Marcela Sabat, que solicitó directamente la renuncia de la mesa directiva encabezada por Carlos Larraín, a la que responsabilizó del éxodo.
Además, estableció que se opondrá a la posibilidad de que los senadores electos Andrés Allamand y Manuel José Ossandón integren dicha instancia, agregando que su candidato para la dirección es un equipo encabezado por el diputado Cristián Monckeberg.
La parlamentaria dijo que "declinará" de su renuncia a la espera de que "confluyan estos factores". "Si no se van (los actuales dirigentes) tendré las vacaciones para pensarlo bien", dijo acerca de su posible alejamiento.
Otro de los que ha enviado señales sobre una eventual adiós es el diputado Nicolás Monckeberg, pero quien también se menciona como una posible carta para dirigir la colectividad en una eventual lista de unidad.
El ex presidente de la Cámara dijo que se mantendrá en RN hasta ver el rumbo que toma la situación. Sin embargo, insistió en cuestionar el rol que tuvo la tienda durante el Gobierno de Sebastián Piñera.
"Por culpas de todos, no fue un partido propiamente oficialista. Le faltó lealtad. Fue el primero en criticarlo cuando tomó decisiones impopulares", acusó.
El diputado negó que la crisis de la colectividad y sus renuncias haya sido promovida por el propio Presidente, en un intento por crear una plataforma en torno a sí y que lo catapulte a una elección presidencial el 2017, como acusa Manuel José Ossandón.
"Manuel José Ossandón nos tiene acostumbrados desde hace cuatro años a lanzar frases que nunca prueba. Sebastián Piñera lo único que quiso siempre es la unidad del sector", afirmó.
El aludido ex alcalde de Puente Alto dijo que él no tenía motivos para "pedir perdón" por las críticas que ha hecho, asegurando que él advirtió "mucho antes de la elección" que si el Gobierno no enmendaba su rumbo la centroderecha saldría de La Moneda.
"A veces fui muy duro y no tuve la inteligencia ni el poder de convencimiento para que se entendiera que íbamos al barranco", respondió quien ha declarado que su "sueño" es ser candidato a la Presidencia.
Para el senador electo es "evidente que el 11 de marzo se van a ir otros más", aludiendo a lo que podría pasar con Piñera y sus ministros Rodrigo Hinzpeter, Cecilia Pérez, Juan Carlos Jobet y Bruno Baranda, que no han querido comunicar su decisión.
Uno de los que confirmó su continuidad fue el senador Alberto Espina, aunque criticó a los dirigentes que han cuestionado al Gobierno y a quienes han renunciado desacreditando al partido y a los integrantes de la directiva.
Cristián Monckeberg valoró incluso la petición de renuncia que hizo Marcela Sabat, a quien calificó de "muy valiente", porque hizo que las críticas y emplazamientos fueran "dentro de la casa, que es como debe ser, y no por los diarios".
Tras la elección, el primero en renunciar fue el senador Antonio Horvath, que dijo que salía de la Alianza porque a su juicio se había "derechizado". Hace dos semanas lo hicieron los diputados Karla Rubilar, Joaquín Godoy y Pedro Browne, que culparon a la directiva de haber transformado a RN en un partido "ultra conservador". Anunciaron la creación de un movimiento de centroderecha llamado "Amplitud". El jueves hizo lo propio la senadora Lily Pérez; y el viernes el Presidente Sebastián Piñera dijo que creará una fundación e invitó a trabajar en ella a su gabinete.