Muchos parlamentarios y autoridades solidarizan con un proyecto semejante, pero falta que ello se manifieste en el apoyo a un proyecto concreto.
La falta de probidad debe ser sancionada duramente.
Araíz de los acontecimientos recientes, que han puesto en tela de juicio la función de la administración pública, he reflexionado mucho respecto de la labor que debemos cumplir como funcionarios púbicos, muchas veces vilipendiados y criticados.
No entraré en detalles respecto de las descalificaciones que he escuchado, respecto de la falta de probidad administrativa y de la ausencia de experticia y profesionalismo de algunos de los que desempeñan dicha función. Obviamente, aquello me causa desazón.
Ahora bien, no creo oportuno alzar la voz en defensa de nuestra labor, a la gente no le interesa escuchar justificaciones. La justificación agrava la falta.
Nuestra comunidad merece respeto, respuestas claras, rápidas, concretas y que den soluciones a sus requerimientos.
Lo anterior se logra, única y exclusivamente, aspirando a la excelencia en la función de la administración pública y, esa excelencia se logra trabajando no como funcionarios públicos, sino como verdaderos servidores públicos. Debemos poner nuestro trabajo al servicio de la comunidad.
Lamentablemente, algunos pocos enlodan nuestra función con malas prácticas, con negociaciones privadas en busca de satisfacciones personales. No pretendo tapar el sol con un dedo. Lo hemos visto de algunos que, lamentablemente, cuando son sumariados y sancionados por dichas prácticas, lejos de ser destituidos de la administración pública son cambiados de puestos de trabajo. Esto no puede seguir sucediendo.
La falta de probidad debe ser sancionada duramente.
Además, no se deben utilizar los cargos en la administración pública para cumplir con favores políticos. No se debe preferir a aquéllos que comparten los mismos ideales políticos, en desmedro de aquellos que siendo de otras inclinaciones políticas son de una gran capacidad y profesionalismo.
Asumamos que estamos en deuda con la ciudadanía. Por lo mismo, mi llamado es a mejorar la calidad de la función que cumplimos.
Debemos ser ejemplo de probidad, experticia, conocimiento y buena atención. Sólo así llegaremos a la anhelada meta de excelencia.
Recordemos cada día que somos un pilar importante dentro del engranaje administrativo de nuestro país y, sintámonos orgullosos de ello.
Se los dice una servidora pública de corazón.
concejala de Temuco