Apuñalaron a joven colectivero y después le quemaron el vehículo
Carlos Véjar
Impactados estaban ayer los familiares de un chofer de la línea de colectivos 28 de Temuco, el que además de ser golpeado y apuñalado durante un asalto, perdió su vehículo luego que los delincuentes lo incendiaran.
La víctima, de iniciales J.A.C.R. y de 28 años, está internada en el Hospital Hernán Henríquez Aravena de Temuco, fuera de riesgo vital y recuperándose de las graves lesiones que sufrió.
Un hermano de la víctima dio detalles de lo ocurrido y solicitó reserva de identidad, de él y su familia, por el temor que significa ser víctimas de represalias por parte de los responsables de este hecho.
J.A.C.R. salió la noche del sábado a trabajar. El joven, quien además es estudiante de Derecho de la Universidad Santo Tomás, tomó dos pasajeros en la esquina de Portales con Aldunate, en pleno centro de la capital regional.
Los jóvenes negociaron una tarifa de $8.000 para que el colectivero los llevara hasta el sector de Caivico, entre Padre Las Casas y Cunco, a 10 kilómetros de Temuco. Como el pago fue inmediato, J.A.C.R. aceptó. Eran las 23.30 horas del sábado.
Una vez comenzado el viaje, todo fue normal hasta que llegaron al destino. Cuando se despedían del chofer, rápidamente volvieron a subirse, uno de copiloto y otro en la parte trasera. Sin mediar provocación, uno de los sujetos comenzó a apuñalarlo, a exigirle el dinero que portaba -aproximadamente unos 60 mil pesos-, y el celular.
Tras el ataque, uno de los delincuentes le dijo que no querían dejar rastros de lo que había pasado, por lo que quemarían el vehículo.
Para asegurarse de que la víctima no huyera del lugar, y pidiera ayuda, uno de los delincuentes le quitó los cordones y lo amarró al lado del móvil.
Ensangrentado, adolorido y conmocionado por la agresión, J.A.C.R. logró soltarse de sus propios cordones y escapó hacia la carretera para pedir ayuda. Sin embargo, ningún vehículo se detuvo.
Mientras caminaba, divisó una casa donde pidió auxilio. Ahí recibió las primeras atenciones para detener las hemorragias que tenía en las manos, el abdomen y la cabeza.
Jaime Llancavil, dueño de la casa, relató que "estábamos viendo el Festival de Dichato y escuchamos golpes en una de las ventanas. Mi esposa abrió la cortina y comenzó a gritar, porque vio a un hombre todo ensangrentado, que pedía ayuda (...) tenía cortes en su cabeza y en los brazos".
Los vecinos llamaron a personal de Carabineros de la Tercera Comisaría, quienes en minutos llegaron a la casa y lo trasladaron en el furgón policial hasta la Urgencia del Hospital Hernán Henríquez Aravena de Temuco, donde ingresó a las 01.30 horas de ayer.
Pasadas las cuatro de la mañana, los familiares de la víctima fueron ubicados por efectivos policiales. Tras visitar al joven en el hospital, iniciaron la búsqueda del vehículo.
El colectivo, un Nissan V16, modelo 2009, estaba en las inmediaciones de donde ocurrió el asalto, en Caivico. Los daños eran totales. Sólo había chatarra humeando.
Efectivos policiales de la Sección de Encargo y Búsqueda de Vehículos (Sebv) de Carabineros realizaron pericias en el lugar buscando indicios de los autores del hecho.
Tras las diligencias, el colectivo destruido fue llevado hasta una desarmaduría en Padre Las Casas, para ver si algo de la carrocería se podía rescatar. En tanto, la policía realiza diligencias para ubicar a los responsables, los que al cierre de esta edición aún no eran detenidos.
Un hermano de la víctima aseguró que este asalto no sólo tuvo como consecuencias las graves lesiones de J.A.C.R. y la destrucción del colectivo.
También significa la pérdida del único ingreso que tienen como familia, el que les sirve para solventar los gastos en sus estudios universitarios y en el tratamiento médico del padre de ambos.
Se trata de un profesor de Física, de 53 años, quien en 2012 sufrió un accidente vascular que lo dejó con secuelas neurológicas y físicas. Él trabajó en el Liceo Industrial Pedro Aguirre Cerda y actualmente realiza los trámites para obtener su pensión por invalidez.
"Cada año debemos viajar con mi papá a Santiago, para que reciba su tratamiento. Son al menos unos $4 millones los que debemos pagar", dijo el joven, quien pidió agilidad en la investigación.