Fiscal formaliza a secuestrador por sustracción de menor y violación
curacautín. José Adán Fuentealba Lara (50) quedó en prisión preventiva y fue trasladado hasta la cárcel de Temuco. La magistrada decretó un plazo de 4 meses de investigación. La comunidad de Curacautín clama justicia.
Un centenar de personas se apostó ayer en las afueras del Juzgado de Garantía de Curacautín en calle O'Higgins 201. La comunidad estaba herida, impactada, dolida y cómo no, si adentro estaba José Adán Fuentealba Lara (50), detenido por secuestrar durante tres días a una estudiante de 11 años, a quien ultrajó y lesionó con un cuchillo.
Nadie quedó indiferente al brutal ataque que sufrió la estudiante R.J., quien el martes recién pasado desapareció sin dejar rastro luego que salió de su casa en la población Manuel Rodríguez a comprar a un almacén ubicado a 200 metros de su casa.
El impacto generado por lo ocurrido desató la ira de los habitantes de Curacautín. Unas 200 personas que se agolparon en el tribunal cerca del mediodía, sentían ganas de hacer justicia por sus manos, de hacer que José Fuentealba sufriera lo mismo que la pequeña R.J.
Al interior de la audiencia el imputado ingresó esposado y se acomodó al lado de su abogado defensor. Estaba impávido, no mostró ningún gesto de arrepentimiento frente a lo ocurrido, nada que revelara algún indicio de humanidad.
La pequeña sala estaba repleta. En los asientos había familiares de la menor que a ratos miraban al imputado fijamente mientras la jueza de Garantía, María de la Luz Fernández, realizaba el control de detención del detenido, el que fue considerando legal por la magistrada.
Durante la audiencia, la defensa de Fuentealba alegó que la detención de su defendido carecía de legalidad, señalando que 'las diligencias no se encontraban sujetas a derecho. No me consta que los hechos ocurrieron', dijo el abogado defensor Irwin Rodríguez.
Luego el fiscal Iván Isla inició la formalización de cargos contra José Fuentealba, afirmando que el Ministerio Público iniciaba investigación contra el imputado por los delitos de sustracción de menor, violación y lesiones leves, lo que hizo aflorar lágrimas en algunas personas que estaban en la sala, pero lágrimas de rabia, de tristeza, de no poder comprender hasta dónde puede llegar la maldad.
En tanto, en las afueras, la comunidad de Curacautín se manifestaba con gritos dirigidos hacia el imputado, pidiendo justicia por el ataque y el sufrimiento que soportó la estudiante durante tres días. No había consuelo para la decena de padres que eran parte de la masiva manifestación.
Luego de casi 50 minutos de audiencia, la magistrada María de la Luz Fernández, acogió la petición del fiscal Iván Isla y decretó la medida cautelar de prisión preventiva para José Fuentealba, quien fue trasladado hasta la cárcel de Temuco, por expresa petición del abogado defensor Irwin Rodríguez.
La magistrada fijó un plazo de investigación de cuatro meses para el Ministerio Público, tiempo en que la Fiscalía deberá presentar la acusación en contra del imputado, quien arriesga presidio perpetuo calificado, es decir, pasar el resto de su vida en la cárcel.
El fiscal jefe de Curacautín, Iván Isla, sostuvo que la pena que se pide de momento se inician en 'los 15 años y un día por el delito de sustracción de menores', pena que especificó aumentará considerando el delito de violación, agregando que 'el prontuario del formalizado es un agravante en su contra'.
Tras el término de la audiencia, en las afueras el ambiente era de suma tensión. Había una turba enardecida que esperaba el carro de Gendarmería que trasladaría al imputado hasta el penal de Temuco.
Al ver que personal de Gendarmería sacaba a Fuentealba Lara, los manifestantes lanzaron huevos, papas y piedras contra el vehículo que trasladaba al imputado, desatando la rabia generada por el brutal accionar del delincuente que posee un vasto prontuario.
En horas de la tarde, el formalizado llegó hasta la cárcel de Temuco, donde estará los cuatro meses que durará la investigación apartado de la población penal.
Los hechos
En la audiencia el fiscal Iván Isla relató que la estudiante de quinto año básico, tras salir del negocio -ubicado a 200 metros de su hogar- esa tarde del martes 8 de julio fue abordada por Fuentealba Lara, quien la amenazó y la llevó hasta un inmueble cercano.
Isla precisó que tras retenerla el imputado llevó a la adolescente hasta la casa de su ex mujer, ubicada en calle 9 Oriente número 273, lugar que visitaba esporádicamente, y que está enclavado en la población Manuel Rodríguez. Lo más increíble es que el inmueble está frente al almacén donde la escolar compró algunas provisiones y donde fue vista por última vez por la dependiente del negocio.
El persecutor penal sostuvo que esa misma noche, y en instantes que la menor era intensamente buscada por familiares, amigos y vecinos, el ex presidiario la violó en una de las habitaciones del inmueble.
Posteriormente -según la formalización de cargos- el acusado mantuvo a R.J. al interior de la vivienda durante todo el día miércoles, sacándola finalmente el día jueves 10 de julio, en horas de la noche, a bordo de su automóvil Daewoo Racer, de color azul, año 1995, patente LV 11-70. Luego de eso -sostuvo el fiscal- el secuestrador la mantuvo toda la noche al interior del móvil. Esa noche el secuestrador durmió en la casa ubicada en la calle Nueve Oriente de la población Manuel Rodríguez y a primera hora del viernes llevó a la niña a la casa ubicada en calle Arauco 851, que había arrendado durante 2 años. Para abrir utilizó una llave del inmueble con la cual se había quedado.
Ya en el lugar -dijo el fiscal- el ex convicto dejó a la escolar en una habitación completamente vacía, helada, que solo contaba con pedazos de cartones. En un momento, Fuentealba salió para pedirle a los vecinos cajas, ya que según dijo, debía transportar unas cerámicas que estaban en el inmueble.
Lo que seguramente no estaba en la mente del secuestrador era que la niña iba a llorar y que sería escuchada por una vecina.
El lapso en que el hombre salió de la casa fue aprovechado por Violeta Troncoso, quien saltó una pandereta que separa su vivienda del inmueble número 851 de la calle Arauco, donde el imputado tenía secuestrada a la escolar.
Tras observarla y asegurarse que se trataba de la menor que era intensamente buscada por las policías, la mujer volvió a su casa y le dijo a su marido que vaya hasta Carabineros para informar del hecho (ver nota relacionada en pág. 4).
Tras eso, a las 17 horas, personal de la Quinta Comisaría de Carabineros de Curacautín llegó al lugar, y Fuentealba al sentir los golpes en la puerta, trasladó a J.R. hasta el jardín de la vivienda, que se extiende por 50 metros, y tras eso volvió a la casa y le abrió la puerta a los efectivos policiales que al verlo nervioso, retuvieron a José Adán Fuentealba Lara. En ese momento los efectivos vieron a la niña que estaba al fondo del sitio. Presentaba una herida en su hombro izquierdo.
Prontuario
En el núcleo familiar tienen claro que el oportuno llamado y accionar de Violeta Troncoso Marchant le salvó la vida a la pequeña R.J.
'Usted le salvó la vida a mi hija y de eso no nos vamos a olvidar nunca, le vamos a estar eternamente agradecidos por todo lo que hizo por nosotros', le dijo aún emocionado Juan, padre de la menor rescatada.
Si bien la familia no habló tras la audiencia, a este medio le señalaron que estaban agradecidos de toda la comunidad de Curacautín por el tiempo destinado a la búsqueda de la pequeña, en especial a sus vecinos de la población Manuel Rodríguez, 'que casi no durmieron por ayudarnos a rescatar, ya pensábamos lo peor', señalaron.
Los temores de la familia radican en que José Adán Fuentealba Lara tuvo en el pasado dos condenas. La primera ocurrió en Collipulli, en 1988, cuando fue condenado por el Juzgado del Crimen de la mencionada comuna como autor de un robo con homicidio.
Según información proporcionada por la Fiscalía Regional, la condena la cumplió en la cárcel de Curacautín al igual que en el año 2000 cuando fue condenado por el Tercer Juzgado del Crimen de Temuco a una pena de cinco años como autor de una violación. Este hecho en las calles de Curacautín no pasó inadvertido. La condena para el imputado es generalizada porque la escolar vivió tres días de terror en manos del secuestrador.
Priscila Ulloa, habitante de la comuna sostuvo que 'acá en Curacautín no pasaban estas cosas, la gente está atemorizada, no sabe qué hacer, si dejar a niños salir a la esquina'.
Sobre lo que espera de la investigación, Ulloa aseveró que la comunidad quiere 'que se haga justicia porque estas personas no pueden estar sueltas, más si antes estuvo en la cárcel. No entendemos cómo llegó a Curacautín, nadie lo conocía'.
'El prontuario del formalizado (José Adán Fuentealba Lara) es un agravante en su contra'.
'La duda es ¿cómo puede estar en libertad? ¿Por qué estaba en libertad? Acá nadie lo conocía'.
'Como ser humano uno siente lástima por alguien, pero en este caso no, porque hizo sufrir a una familia de forma brutal'.
'Acá en Curacautín no pasaban estas cosas, la gente está atemorizada, no sabe qué hacer'.