Empresario temuquense es asesinado a golpes y abandonado en Lautaro
homicidio. Fiscal Claudia Turra señaló que fue golpeado con un objeto contuso-cortante en su cráneo la noche del viernes. El cuerpo apareció a orillas del río Cautín ayer sábado.
Cuando se estaban por cumplir siete horas desde su desaparición, personal del Gope de Carabineros encontró cerca de las 09.30 horas de ayer, en las aguas del río Cautín en Lautaro, el cuerpo del transportista temuquense Manuel Valdebenito Isler (58), con claros signos de haber sido asesinado.
Según informó la fiscal Claudia Turra, la víctima - ligada al rubro del transporte - habría recibido a lo menos dos golpes en su cráneo, provocados con un objeto contuso-cortante, al interior de su taller mecánico (ubicado en calle Freire 1148).
"La víctima tiene lesiones atribuibles a terceras personas, son lesiones contuso-cortantes importantes a la altura del cráneo", dijo Turra.
A escasos metros del cadáver fue encontrada, totalmente incendiada, la camioneta de la víctima, una Toyota Hilux, vehículo que fue utilizado por el victimario para trasladar al transportista hasta las aguas del río, entre el puente viejo y el nuevo viaducto (actualmente en construcción) que une las comunas de Lautaro y Curacautín.
La fiscal de turno luego agregó que el vehículo ya fue analizado por personal especializado y que se está a la espera de lo que indiquen los resultados.
Al lugar concurrió personal de la Brigada de Homicidios de la PDI, que tiene a su cargo la investigación. Hasta el sitio del suceso concurrió el comisario Pedro Pineda, quien precisó que, la tesis del robo se estaría descartando de acuerdo a información proporcionada por la propia familia de la víctima.
"Por antecedentes aportados por familiares y por un hijo de la víctima, que de forma inmediata realizaron un registro de las especies de la víctima, señalan que no faltarían especies ni valores asociados", señaló el comisario.
Pineda, junto con aclarar que la policía no descarta ninguna línea investigativa, declaró que en el lugar donde se habría producido el crimen (taller mecánico de Valdebenito Isler), se encontraron rastros de sangre.
"Se aprecian restos de sangre por arrastre (líquido pardo-rojizo) donde inicialmente habrían agredido a la víctima", agregando que dichas muestras se enviaron a análisis para determinar si corresponden a "la víctima o a un tercero".
hallazgo
Cerca de las 12 de la noche del viernes, un llamado alertó a Carlos Gutiérrez, cuñado de la víctima que algo no andaba bien.
Al otro lado de la línea una voz le informa que una camioneta de la empresa familiar estaba a orillas del río Cautín, totalmente quemada.
De inmediato, Gutiérrez junto a otro hermano, se dirigieron al lugar para verificar si lo señalado en el llamado era cierto.
"A eso de las 12 de la noche me avisan que una camioneta de la empresa estaba siniestrada a orillas del río Cautín, procedimos con mi otro hermano a ver el lugar pero no lo encontramos".
Gutiérrez en su relato señala que "vimos la camioneta, estaba abierta, con sangre en su interior y no fue hasta las 09.30 de la mañana (ayer sábado) cuando el Gope encontró el cuerpo al lado de la camioneta, que estaba totalmente quemada", sentenció el cuñado de la víctima.
La víctima
Manuel Valdebenito Isler, casado y padre de dos hijos, estaba domiciliado en Temuco, más específicamente en el Barrio Inglés. Todos los días se trasladaba hasta la comuna de Lautaro para iniciar una nueva jornada laboral.
Allí, mantenía tres camiones, los cuales prestaban servicios a empresas constructoras ligadas a los familiares de su esposa.
Al que hasta ayer fuera su taller mecánico llegó hace aproximadamente cuatro años. En ese lugar era frecuente verlo hasta altas horas de la noche reparando sus máquinas o bien recibiendo a los conductores que movilizaban las distintas cargas, las que normalmente iban a la vecina comuna de Curacautín.
En el seno de la familia la noticia caló hondo. Según explicó su cuñado, Carlos Gutiérrez, la víctima era "una persona dedicada al rubro del transporte, padre de familia, próximo a ser abuelo, un gran hombre de trabajo".
Gutiérrez al ser consultado por la actividad que desarrollaba la víctima (transportista) señaló que "siempre desarrolló su actividad en Lautaro, le gustaba trabajar solo, de hecho, cuando lo pasábamos a ver siempre estaba hasta las 10 u 11 de la noche trabajando, arreglando o pintando sus camiones".
Los dichos de su cuñado fueron ratificados por Carlos Lagos, vecino por cuatro años de Manuel Valdebenito Isler.
Según Lagos, la víctima "era un muy buen vecino, no pasaba a llevar a nadie, era un hombre de trabajo y muy responsable".
Si bien Lagos no alcanzó a tratar mucho con la víctima (debido a su obsesión por el trabajo), el vecino señaló que jornadas previas al crimen no se advirtió ningún episodio extraño que pudiese pensar en que Valdebenito podría ser asesinado.
Lagos aseguró que "él sólo se limitaba a trabajar", agregando que el único movimiento del cual se percataba cuando estaba en su vivienda, contigua al taller mecánico, era la llegada de unos "choferes que contrataba para sus camiones, pero uno nunca los conoció", aseveró.
Los familiares de la víctima señalaron que recien hoy los restos podrían ser entregados por el Servicio Medico Legal y que la fecha y el lugar del velatorio y posterior funeral será evaluado en conjunto ya que aún no se sabe si estos se harán efectivos en Temuco o Lautaro, tierra de donde es nativa la esposa de Valdebenito y su familia.
El sábado 11 de enero de 2014, a eso de las 3 de la madrugada, seis camiones tolva y un cargador frontal fueron completamente incendiados por desconocidos. Las máquinas, propiedad del empresario Enrique Gutiérrez, de la empresa Constructora Gutiérrez, operaban junto a las de Valdebenito Isler, cuñado por ese entonces de la víctima. En el lugar (kilómetro 7 de la ruta s40 de sector Los Notros) fueron encontrados panfletos con leyendas en favor del machi Celestino Córdova y los presos políticos mapuches.
4
años trabajando llevaba la víctima en su taller mecánico, ubicado en calle Freire en Lautaro.