Atacan con un cuchillo al párroco de Angol que oficiaba una misa
procedimiento. Sergio Villalobos Ocaranza resultó con cortes en sus manos. El autor arrancó de la iglesia y es intensamente buscado por la policía.
Mientras el sacerdote Sergio Villalobos Ocaranza terminaba la misa a eso de las 20:30 horas de ayer, un sujeto desconocido se introdujo a la sacristía de la parroquia San Buenaventura ubicada en calle Vergara con Covadonga donde lo atacó con un cuchillo y diciendo consignas islámicas "isis, isis" en reiteradas oportunidades.
Sin embargo, logró temerariamente defenderse del atraco y el individuo sólo logró ocasionarle lesiones leves tanto en la mano derecha como en la parte baja del rostro ante la incredulidad de los pocos asistentes a la misa, quienes incluso no lograron detenerlo por temor a algún ataque de éste.
El mismo sacerdote, en conjunto con Carabineros, concurrió a constatar lesiones al Hospital Mauricio Heyermann de la capital de Malleco donde estuvo alrededor de 30 minutos para más tarde salir del lugar a contar la versión de los hechos en la misma parroquia donde preside su misa.
Isis
Para el sacerdote de 52 años el sujeto que lo atacó le parecía extraño porque, según contó, cuando uno va a misa conoce a su feligresía que asiste semanalmente. "Yo estaba celebrando la misa y este tipo se sentó en la última banca. Posteriormente cuando me tocó realizar las lecturas bíblicas el hombre se fue para el lado de la gruta y después del momento de la consagración terminó sentado delante del santísimo sacramento".
El prelado contó que él esperó que terminara la repartición del pan -al final de la misa- "y me fui a la sacristía sacándome los ornamentos rápidamente porque me parecía sospechoso, ya que nunca lo había visto por este lugar".
Fue claro al decir que el sujeto fue persistente en reiteradas ocasiones previo al ataque porque "él se metió a la sacristía y cuando lo fui a sacar de ahí, le dije "tiene que salir de ahí porque no puede estar en este lugar" entonces él me dijo "no, si estoy mirando". "Cuando le reiteré que se fuera, vino y sacó el arma blanca con la cual me atacó, yo me hice a un lado y fue ahí cuando me tiró el corte arriba, si no me hago hacia atrás, el corte me lo tira en el cuello".
Sin embargo, el relato del párroco no queda en el temor de lo ocurrido porque "como andaba con un paño grueso y alcancé a tirarle el paño, fue ahí donde me hizo el corte -en la mano derecha- y logré tirarle una patada". Después de este suceso, Villalobos comentó que "en ese instante yo grité para que la gente lo viera a la salida. Salí detrás de él y tiró el cuchillo. Cuando me atacó, él gritaba "isis, isis". Agregó que "la gente que estaba en la iglesia -alrededor de 30 personas- vio lo ocurrido, pero no fue posible retenerlo" ya que los feligreses también estaban temesoros ante este hecho y no arriesgaron sus vidas". Enfatiza que le llamó la atención porque "no es algo común y corriente".
Además indicó que el sujeto tenía "casi mi estatura -1,65 aproximadamente-, andaba con ropas oscuras, y me recuerda que tenía una mochila y tenía un corte de pelo corto. Más o menos tenía 30 años. Tal vez pudo haber estado bajo algún efecto de alguna sustancia, pero no lo puedo asegurar, y menos puedo especular con eso".
Hasta el cierre de esta edición, Carabineros de Angol sólo logró dar con el arma blanca que el individuo tiró en la parroquia tras su huida. Sin embargo, aún no logra dar con el paradero de quien intentara atacar a un sacerdote con consignas islámicas que actualmente están de moda.
Efectivos de Criminalística, por orden del fiscal de turno, están sometiendo a peritajes el arma encontrada al interior de la iglesia y que podría entregar luces respecto a la identidad del sujeto que sembró el pánico entre los fieles que estaban en la iglesia al momento del ataque.
En julio del 2014 un sacerdote italiano de 69 años murió tras recibir un ataque cuando concluía la misa de las 18:00 horas que efectuaba en la Catedral de Santiago. Un individuo identificado como Rodrigo Orias Gallardo se acercó al sacerdote Faustino Gazziero cuando éste bajaba del altar, y lo degolló con un arma blanca. Relatos de testigos sostienen que el atacante, quien vestía de negro y decía ser "satán", se autoinfirió heridas, razón por la cual fue trasladado hasta la posta central, tras ser retenido por algunos feligreses.
Dos
heridas sufrió el parraco que fue atacado por un desconocido que ingresó a la iglesia portando un cuchillo.