La dramática historia de adultos mayores que viven a la intemperie
padre las casas. Están próximos a cumplir tres meses habitando en precarias construcciones, a la espera de la materialización del anhelado subsidio que les permita contar con su nueva vivienda, en el propio sitio que los ha cobijado por más de 40 años en la población Libertad de la joven comuna.
En pleno tercer milenio y a escasos minutos de la modernidad que ostenta la capital de La Araucanía, un grupo de familias, en su mayoría adultos mayores, vive una realidad casi imposible de imaginar.
Desde enero de este año, en la población Libertad de Padre Las Casas, siete beneficiarios del subsidio para la construcción de vivienda en sitio propio están habitando en precarias construcciones, cocinando al aire libre y sin un baño que les permita realizar dignamente sus necesidades biológicas. ¿La razón? A principios de 2015 se les solicitó que efectuarán por sus propios medios la demolición de sus antiguas casas para que en el más breve plazo la empresa constructora iniciara los trabajos. Sin embargo, esto hasta la fecha no ha ocurrido lo que mantiene a los beneficiarios del Comité de Vivienda Los Esforzados en una angustiante espera pensando en que se avecina un nuevo invierno.
Uno de los casos más dramáticos es el de Crispina Barros (80) quien vive sola confinada al final del sitio de lo que era su vivienda en un pequeño cuarto de no más de dos metros cuadrados, lleno de forados y donde solamente entra una cama, una pequeña mesa y un brasero para hacer frente al frío que se deja sentir por las noches.
"Estoy siempre sola, uno de mis hijos viene pero tarde en las noches, porque durante el día sale a trabajar. Viene la vecina y con ella copuchamos un rato. Este es un problema grande porque tengo que tener todo aquí y es muy estrecho", indicó.
Como si fuera poco, debido a que no cuenta con un baño y una enfermedad vascular en sus piernas le impide efectuar desplazamientos, debe utilizar un balde para hacer sus necesidades básicas.
La situación que afecta a Rosa Hueche (66) quien vive a media cuadra de Crispina, no es menor. Tras la demolición de su casa, como pudo se construyó una "rancha" con restos de materiales donde apenas cabe su cama. La cocina a leña está al aire libre y ahí prepara los alimentos a la vista de quienes a diario circulan por el sector.
"Salió el subsidio hace como dos años y esto lo desarmamos hace más de dos meses y por eso yo pensé que se iban a apurar más con la construcción. Por eso estoy viviendo en estas condiciones y estoy solita con mi puro perro y mi gato", ralató.
Afuera de su pieza habilitó una especie de ducha y los dueños de un restaurante ubicado al lado de su sitio le entregan las facilidades para ocupar el baño.
"Tengo dos hijos aquí, pero ellos tienen problemas; mi hija mayor cuida a mi nieto mayor que tiene cáncer. Yo no tengo plata para arrendar porque con el sueldo (pensión) apurado me alcanza para la luz, el agua y el resto para comer, por eso yo les dije que me iba a quedar aquí y que me iba a hacer una ranchita para mientras porque las cosas no podían quedar solas", acotó.
José Muñoz (73) pasa la mayor parte del tiempo solo, ya que su esposa sale muy temprano a su cuidar a su madre que se encuentra postrada. También está aislado en una precaria habitación donde apenas caben las cosas de su casa, la cocina a leña está en el sitio y con la ayuda de unos sobrinos logró habilitar una especie de baño.
"Buscamos gente, unos sobrinos , cabros jóvenes que nos desarmaron la casa porque el terreno tenía que quedar planito. Así que aquí estamos viviendo, harto estrechos, las cosas están todas encargadas por allá. A nosotros se nos quemó la casa hace tres años y por eso tenemos esta mediagüita que nos dio la municipalidad. No podemos pasar el invierno así, nos han dicho que esperemos nomás, que esto va lento pero va a salir, el asunto es ¿cuándo?", se pregunta José.
Con su exigua pensión de 80 mil pesos apenas sobrevive. "La luz y el agua se comen 30 ó 40 lucas y saqué un préstamo en comida, así que ahí estamos, pero cabrea esto, nos piden paciencia pero como que estamos hasta la corona".
Si bien, estas son las tres historias más dramáticas hay otras familias que dejaron sus sitios y pudieron irse a casas de familiares mientras se realiza la construcción. Para la concejala de Padre Las Casas, Ana María Soto, esta situación es inexplicable.
"Yo entiendo que tiene que haber un plazo, el punto es que a ellos se les pide en enero que en 15 días tienen que demoler sus casas, súper urgente y ya es marzo y los adultos mayores viven en estas condiciones. La recomendación que se les hace es que tienen que irse a vivir con familiares o a arrendar mientras se construyen sus nuevas casas. Hay algunos adultos mayores que hicieron eso, pero hay otros que no porque sus familias no los pueden recibir o no tienen redes de apoyo", dijo y agregó que lo que se persigue es que exista celeridad en los casos más complejos para que no pasen el invierno en estas condiciones.
En tanto, tras enterarse de este drama social, el director de Desarrollo Comunitario del municipio padrelascasino, Juan Francisco Reyes, visitó ayer a las familias y ofreció algunas alternativas de solución. "Hemos trabajado con las familias en todo lo que es el retiro de los escombros y ahora obviamente que conociendo la demora en la construcción de sus casas es que les hemos planteado tres alternativas que son: entregar una mediagua en comodato durante el tiempo que dure este proceso de construcción; también existe la posibilidad de entregar una especie de subsidio de arriendo por parte del municipio y, finalmente, también está la alternativa de materiales de construcción si es que tuvieran otro sitio", afirmó.
A su juicio, la mediagua puede ser el requerimiento más solicitado y a la vez los equipos sociales están atentos a brindar atención en caso que existieran urgencias en materia de salud, alimentos u otros.
vivienda
A la vez, la seremi de Vivienda, Romina Tuma, expresó que pese a no tener responsabilidad directa en esta etapa de ejecución de los subsidios, "de igual forma hemos gestionado las soluciones con la municipalidad y la empresa constructora para atender las necesidades de estas familias beneficiadas".
La autoridad explicó que "efectivamente es responsabilidad de cada familia el disponer de un lugar mientras se ejecuta el subsidio de casa vieja por casa nueva. Para los casos que hemos detectado que no tienen ningún tipo de apoyo, hemos gestionado con el municipio de Padre Las Casas una solución de arriendo por 5 meses, para que puedan satisfacer sus necesidades básicas".
En tanto, con respecto al trabajo de construcción de las viviendas, aseguró que la constructora se encuentra dentro del plazo de contrato. "Sin embargo, les hemos solicitado priorizar la construcción de estas tres viviendas con precariedad, para de esta manera mitigar su espera y que puedan contar con su solución habitacional definitiva en el mes de julio".
senama
Considerando que se trata de historias dramáticas que afectan a adultos mayores, la coordinación regional del Servicio Nacional del Adulto Mayor, Senama Araucanía, inició las gestiones de coordinación y articulación que corresponda, con las redes locales y los organismos correspondientes para mejorar las condiciones de vida de las personas de avanzada edad.
En tal sentido, Máximo Caballero, jefe del programa Buen Trato de Senama, señaló que "es de suma relevancia entender que nos encontramos en un proceso de envejecimiento avanzado como país, lo que refuerzan las cifras de la Casen. Por ello, Senama desarrollará seguimiento y asesoría en el presente caso, con todos los organismos pertinentes, desarrollando acompañamiento a la situación que afecta a las personas mayores, sin embargo, es importante relevar que las políticas públicas deben considerar a la vejez y el envejecimiento como un fenómeno central, que comprenda el enfoque de derechos y el sentido de urgencia para el abordaje de los temas de las personas mayores".
Caballero insistió que como Senama se buscará seguir el caso con los dispositivos locales involucrados. "Sin embargo, es importante recalcar que como servicio velamos por garantizar el buen trato hacia las personas mayores, por lo que hacemos un llamado a que la propia comunidad pueda informar, ya sea en las coordinaciones regionales o en nuestro teléfono, respecto de casos como los de estas personas mayores", concluyó.