Temperaturas que no superan los 8 grados, y que por lo bajo han rozado los 0, han matizado los entrenamientos de los peruanos, que desde el miércoles se encuentran en la zona, y también de los de Neymar y compañía, los que arribaron a la capital de La Araucanía la noche del viernes, mientras que ayer reconocieron la cancha en la que jugarán, dando por inaugurado el grupo C que completan, Colombia y Venezuela.

Pero más allá de trabas sicológicas, posmundialistas, en Brasil confían en sus indiscutibles potencialidades individuales y en las colectivas que amalgama el DT Dunga.

"Nosotros estamos bien. Muchos piensan que ahora este equipo tiene otra mentalidad, pero no es así. Siempre hemos sido fuertes. Claro, algunos quedamos marcados por lo que ocurrió en los últimos partidos de la Copa del Mundo. A nadie le gusta perder dos partidos seguidos, menos en casa, pero ya está. Esto es otra etapa", sentenció el defensor central brasileño, Thiago Silva.

Del lado peruano, el equipo del argentino Ricardo Gareca ha venido ensayando tácticas "antiBrasil" en la cancha de la Universidad de La Frontera (Ufro), en donde en un par de ocasiones a puertas cerradas plasmó su ideario futbolístico el "Tigre" trasandino.

"Nosotros jugamos ante Brasil, no contra Neymar. Nuestra preocupación pasa por todos sus jugadores, no sólo por él", salió al paso de las lógicas apuestas por la figura descollante del contrario, el delantero de Perú, Paolo Guerrero.

El ahora ariete de Flamengo apuntó que "sabemos que Brasil es uno de los favoritos para ganar la Copa América, pero nosotros tenemos que demostrar en la cancha que somos un equipo que está hambriento de triunfo".

La más posible oncena del elenco del Rímac será con Pedro Gallese; Luis Advíncula, Carlos Ascues, Carlos Zambrano y Juan Manuel Vargas; Josepmir Ballón, Carlos Lobatón, Joel Sánchez y Christian Cueva; Jefferson Farfán y Paolo Guerrero.