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Hace más de veinte años, el ingeniero agrónomo Aliro Contreras comenzó a interesarse por la agricultura orgánica, mientras realizaba sus estudios de doctorado en España. Es ahí como al regreso a Chile decide comenzar un ambicioso proyecto, el que tenía por finalidad tener la primera ganadería orgánica de Chile.
Sin duda, el proceso ha sido lento. Comenzó por comprar un terreno en la comuna de Vilcún, el que junto a un predio heredado por su señora, suma 400 hectáreas.
Dado que para tener ganado orgánico es necesario mantener una serie de cuidados en relación a lo que comen los animales, la primera etapa de esta iniciativa fue la de buscar un predio que esté aislado de otros que usen químicos, tanto por límites naturales -como un río-, caminos y cercos vivos, hechos con árboles nativos y quilas.
"Yo no le saco sobreprecio a mis animales. Lo hago para tener la tranquilidad de tener animales que no le hagan mal a nadie, y espero algún día vender mi carne como orgánica", confiesa Aliro Contreras, quien a pesar de ser el único productor cárnico nacional en estar certificado por el Servicio Agrícola y Ganadero (SAG), no puede vender su carne como "100% orgánica", puesto que en Chile no existen mataderos que cuenten con las condiciones para terminar adecuadamente el proceso.
"En el matadero convencional se usan detergentes y productos que están prohibidos en la agricultura orgánica. Si se quiere ocupar un matadero, lo que habría que hacer es limpiarlo completo antes de usarlo para que los animales orgánicos no se contaminen, pero no es rentable para ellos, ya que faenan como 800 animales al día. Sería una pérdida de dinero para ellos, y no hay mataderos pequeños para este tipo de crianza", explica Contreras.
Actualmente, este agrónomo vende sus vacas en ferias ganaderas como todas, pero espera prontamente poder exportar, o vender cortes bajo el rótulo de "vacas criadas orgánicamente", ya que si bien en Chile no hay mataderos que cuenten con los estándares para mantener un producto 100% orgánico, Contreras afirma que el sabor de la carne y la satisfacción de criar vacas felices, sigue siendo un plus para los consumidores.
PARAÍSO Y GLORIA
"Fundo Paraíso" y "La Gloria" son los nombres de los dos predios donde se ubican estas trescientas vacas normandas, raza de origen francés que este agrónomo -en conjunto con sus hijos, una veterinaria y otro también agrónomo- han ido mejorando genéticamente, puesto que dadas las condiciones climáticas estas vacas de origen galo son las que mejor se adaptan al clima, por ende, están menos permeables a contraer enfermedades.
"Elegí una raza que sea muy rústica, para que no necesite remedios como antiparasitarios o antibióticos. Empecé con animales comunes y corrientes, pero con un toro normando. Los he ido seleccionando, y los que ya tengo de raza pura, los voy dejando en un predio -La Gloria-, y las que aún están mezcladas, se mantienen en el Paraíso", cuenta el agricultor.
Entre cuatro y seis años se demoró en que las praderas estén aptas para alimentar a este "ganado feliz".
En cuanto a las complicaciones que ha tenido en este proceso, el principal obstáculo es la "mosca de los cuernos", insecto que afecta al ganado y que comúnmente se trata con antibióticos. En este caso "los animales se meten entremedio de las quilas y se sacan las moscas", dice Contreras, agregando que "en el invierno, aparecen algunas diarreas, y en ese caso, tengo que sacar los animales y tratarlos aparte, hasta que se mejoren completamente. Ese proceso puede durar hasta ocho meses".
SABOR
"La carne es otra cosa. Incluso con algunos amigos nos hemos repartido novillos, y ellos me decían que el sabor es diferente al de cualquier animal", afirma el agrónomo, quien explica que hay menos grasas saturadas y menos vetas al interior de la carne.
En cuanto a proyecciones, y tomando en cuenta que el gusto por la comida saludable va en auge, una de las opciones que baraja Contreras junto a su familia es la idea de "montar un sistema de venta a domicilio de carne de animales criados orgánicamente, pero faenada en un matadero convencional. La gente está buscando comer alimentos más saludables, es una buena moda que ojalá permanezca en Chile".