Camilo Garrido
"El viaje iba todo bien, hasta que como a las 6:30 de la mañana, me doy cuenta que el bus estaba detenido pasadito el peaje a Cajón, ya en Temuco, de pronto entra un perro negro por el pasillo del bus...". Así se inicia la pesadilla para el juez de Garantía, Luis Olivares, quien el 16 de junio regresaba a la capital regional tras visitar a su familia en Santiago. Todo había sido normal hasta que tras un operativo realizado por un can de la PDI, personal de la institución acusa al magistrado de portar drogas en su equipaje, en un procedimiento que él no duda en calificar de "irregular".
Mientras viajaba en la máquina la empresa ETM Olivares se despertó, tomó su celular y llamó para informar a sus seres queridos que estaba llegando a Temuco y que pronto estaría en casa, sin imaginar lo que vendría.
El juez, quien en ese momento descansaba en el primer piso de la máquina, relató que tras cortar el teléfono se percató que el bus estaba detenido. Tras unos minutos -narró el juez- subió un can negro y recorrió el pasillo mientras la mayoría de los pasajeros dormía.
El magistrado recordó con detalle los movimientos del perro y lo que ocurrió en esos instantes. "Entra solo, olfatea, se devuelve y se va. Pero cuando iba saliendo el perro del bus, viene una persona vestida con ropas oscuras, un gorro tipo pasamontañas y toma al perro del cuello, casi maltratándolo y empieza a azuzarlo y a tirarlo encima de los pasajeros", denunció Olivares.
La escena extrañó al magistrado, quien es objeto de una revisión de parte de los funcionarios. Sin un motivo -dijo- su mochila y chaqueta que llevaba bajo sus pies son ahora material de análisis de la policía. "Me dicen 'tiene que acompañarnos porque el perro está en alerta', que era mentira, porque lo único que quería hacer el perro era bajarse, porque ya había hecho su trabajo", contó el juez.
Luego de acceder a ser parte del procedimiento, Luis Olivares se bajó del móvil, no sin antes recalcar que lo grabará todo con su cámara de video. Es así como registró cómo los uniformados revisaron sus prendas de vestir y su mochila.
Dentro de ella, los policías encuentran hojas de un árbol: el acer japónico, según explicó el juez. Pero los de la PDI opinaban otra cosa. "Me dicen que andaba transportando marihuana y yo le digo que cómo iba a estar transportando marihuana. Me responde que cómo no iba a saber lo que andaba trayendo. Ahí hacen una prueba de campo a las hojas y sale negativa".
Drogas
Ya en este punto, Olivares constató abuso policial en el procedimiento, pero pese a la situación en ningún momento develó su calidad de autoridad del Poder Judicial ante los policías que lo estaban fiscalizando.
"Creo que no corresponde, nunca digo que soy juez ni nada, en ningún control de Carabineros o de rutina", afirmó.
Su curiosidad por vivir de cerca los procedimientos policiales lo motiva a continuar el procedimiento como si se tratara de un ciudadano común y corriente, hasta que el hecho fue de mal en peor.
"Me siguen revisando y en uno de los bolsillos yo traía unos medicamentos que me habían recetado". Olivares se refiere al tratamiento de ansiolíticos para regular su estado anímico, el cual estaba prescrito por médicos, pero con receta retenida. Pero tal alcance no importó a los policías. El juez contó que de todas formas los detectives le incautaron los medicamentos y los notificaron como droga en un informe que Olivares firmó.
"Escuché que llamaban a la fiscal. Parece que les preguntó (a los funcionarios de la brigada) por la prueba de campo y le dijeron "negativa, pero es que anda con tantas pastillas". A toda costa querían pasarme detenido y del modo que fuera", narró el magistrado.
Incluso, aseguró, los policías le dijeron que estaba citado para la Fiscalía, pero ellos no contaban con prueba alguna para acusarlo de algún delito. De todas formas el juez dio cuenta ante sus propios colegas de lo que vivió en tal oportunidad.
El caso provocó en el juez una profunda preocupación, ya que la situación agravó su estado anímico. Hoy, el profesional de 52 años se encuentra fuera de labores, cumpliendo con una licencia médica.
Sin duda para Olivares la madrugada del martes 16 de junio fue una jornada para olvidar. Dijo a El Austral que está evaluando una acción judicial en contra de los funcionarios que lo hicieron pasar un mal rato, pero sostuvo que sin duda lo ocurrido puede servir como ejemplo para sacar una lección.
"La solución está en que la policía tiene que estar bien formada, para que no ocurran situaciones como la que ocurrió en Puerto Varas con el caso de Viviana Haeger o todas las irregularidades que se detectan con el caso de la (profesional) del Colegio Bautista que fue asesinada y tantos otros". Respecto al último punto, referido al caso de Erica Hagan, el juez Olivares también ha tomado parte como el magistrado que el 24 de junio de este año sobreseyó a cuatro imputados en la investigación del homicidio.
El profesional también tuvo críticas a la Reforma Procesal Penal, indicando que La Araucanía fue la Región pionera en un sistema donde se presume la inocencia. "El Tribunal de Garantía de Temuco fue el primero que empezó a funcionar en todo el país. A 15 años de la reforma en el país, la cosa está peor que nunca", aseveró.
Desde el Ministerio Público emanaron una orden de no investigar al juez, ya que el caso no es constitutivo de delito, porque el magistrado logró establecer la procedencia de los medicamentos, no obstante los fármacos, que fueron derivados al Instituto Médico Legal, aún no le son devueltos.
En tanto, desde la PDI informaron que el perro detector de drogas involucrado en el caso en junio no ha sido sancionado, como se aseguró en un principio, y que continúa en sus labores.