Contracara
Una guía con algunos destacados de la semana en la TV cable y el streaming
Cuando aún no caían en el ocaso de su carrera, John Travolta y Nicolas Cage se unieron en 1997 al director chino John Woo (Misión Imposible II), para interpretar a un peligroso terrorista a punto de morir (Cage) y a un agente especial del FBI (Travolta). Ambos ingresan en un quirófano para un trasplante de cara. La misión de toda la operación es infiltrarse en la banda del villano, para encontrar un arma biológica colocada en algún lugar de Los Angeles. El director, especialista en el cine de acción, nos presenta una delirante mezcla de tiroteos, furiosas explosiones y acrobacias, personajes con carácter, un desarrollo inteligente y una idea ingeniosa que sobresale en los grandes estudios de Hollywood.
El club de los desahuciados
Matthew McConaughey logra una merecida catarsis en el año 2013, por la cual ganó el Oscar al mejor actor, al interpretar a Ron Woodroof, un vaquero homofóbico y drogadicto que se contagia con sida durante el boom de la enfermedad en los años 80. Esta situación lo llevará a enfrentarse a la discriminación, al pavor por los prejuicios hacia los homosexuales y al virus. En una excepcional interpretación, con un notorio cambio físico, McConaughey logra apoderarse del sufrimiento de su personaje y lo traspasa al espectador. Un tema potencialmente pesimista es tratado con vigor y firmeza, logrando un relato descarnado, alejado del melodrama y los sentimentalismos.
Sons of Anarchy
Esta serie de televisión norteamericana nos cuenta el diario vivir de un club de motoqueros que opera ilegalmente en Charming, un pueblo ficticio en el Norte de California, y se centra específicamente en la vida de Jackson Jax Teller (Charlie Hunnam), un joven miembro con rango de vicepresidente que comienza a cuestionarse sus propios actos y los de su club. Imagínense a Hamlet sobre una Harley-Davidson, pero no como un simple proyecto de balas y violencia, sino como uno que prefiere encontrar su drama en los diálogos y en las luchas internas de los personajes, donde los actos tienen repercusiones y no hay espacio para un final feliz, porque la familia y el legado son escritos con sangre.
Los ríos de color púrpura
La novela homónima de Jean-Christophe Grangé publicada en 1998, fue llevada a la pantalla grande en el año 2000 por Mathieu Kassovitz (Gothika) y nos cuenta cómo en el mismo día, en dos lugares separados por 300 kilómetros, a dos policías les asignan investigaciones muy particulares. Pierre Niemans (Jean Reno), con experiencia e instinto infalible, viaja a los Alpes para indagar un violento asesinato. Mientras, el joven y solitario Max Kerkerian (Vincent Cassel) investiga en Sarzac la profanación en un cementerio de la tumba de una niña que murió hace veinte años. Los dos casos inesperadamente se conectan y originan un entretenido y frío thriller.
Corre, Lola, corre
El alemán Tom Tykwer (El perfume, historia de un asesino), logra sacarle trote a su compatriota Franka Potente en esta cinta donde ella no para de correr. Lola (Potente) recibe una llamada de su novio Manni (Moritz Bleibtreu), quien ha perdido en el metro una pequeña fortuna que pertenece a un jefe de la mafia para el que trabaja y necesita devolverle la misma cantidad o su vida corre peligro. Lola tiene veinte minutos para encontrar el dinero y recurre a su padre (Herbert Knaup), un director de banco. Se trata de un simple pero buen guión, una trama interesante y música que acompaña perfectamente cada escena. Un instante puede cambiarlo todo, por lo más mínimo que sea, y se manifiesta la teoría del efecto mariposa.