Macarena Álvarez
Dos fueron las actividades que trajeron a la subsecretaria de Economía, Katia Trusich a La Araucanía. Una de ellas fue el seminario "El Potencial Energético de la Región de La Araucanía, una oportunidad para el desarrollo"; la segunda fue la certificación del Acuerdo de Producción Limpia (APL) de la industria del salmón.
En ambos casos, se trató de actividades que apuntan al desarrollo regional desde el punto de vista de sectores relativamente emergentes, donde si bien se deja de manifiesto el potencial de La Araucanía, aún están en plena fase de crecimiento y consolidación.
En ese sentido, y de la mano de las necesidades y requerimientos del mercado actual, Trusich destacó la importancia de trabajar bajo los parámetros de la responsabilidad social, eje que la empresa moderna no puede perder de vista.
Una ciudadanía empoderada y más exigente, sumada a una nueva generación de empresarios preocupados por la sustentabilidad socioambiental, son parte de los desafíos para el desarrollo económico local y nacional, meta para la cual la restitución de confianzas es clave.
- En el contexto de su visita, ¿qué tienen en común el sector energético y acuícola como vocaciones productivas emergentes para La Araucanía?
- Son sectores que tienen un alto potencial de agregar valor a nuestra economía. Ambas son industrias bastante sofisticadas, y que pueden serlo aún más con agregación de conocimiento e innovación. Esta Región tiene un potencial de desarrollo enorme, con una gran cantidad de recursos naturales y de capital humano, lo que es muy importante. Se necesita sacarle el mayor provecho posible.
-En ese sentido, ¿qué importancia tiene el respeto y fomento de la sustentabilidad social y ambiental?
- Esto se debe hacer de la mano de buenas conductas socialmente responsables de parte de las empresas. Para eso, el trabajo conjunto entre éstas, las autoridades y la academia -en La Araucanía hay muchas y muy buenas universidades-, la sociedad civil y los grupos minoritarios es fundamental. Todos tienen que ser parte de este desarrollo.
En la medida que trabajemos en conjunto en estas mesas público-privadas construyendo confianzas -que tanta falta hacen en esta Región- se va a obtener un desarrollo más rápido, a largo plazo y sostenible en el tiempo. La responsabilidad social es una oportunidad para los negocios, las empresas y donde ganan todos.
- ¿Cómo se puede fomentar la responsabilidad social de manera efectiva en rubros tradicionales de La Araucanía, como el agrícola o el forestal?
- Pasa también por un cambio cultural. Hoy día hay una generación de empresarios que entienden que tienen que agregarle valor a su producción para poder seguir creciendo y mantenerse en los mercados, sobre todo internacionales. Es esta nueva generación la que se da cuenta que los mercados y consumidores les están exigiendo que tengan una responsabilidad social con su entorno.
- ¿Cómo se fomenta este cambio cultural?
- La clave está en que el empresariado se dé cuenta e identifique cuáles son las oportunidades que están en trabajar con el entorno, siendo unos buenos ciudadanos corporativos e incorporar eso a su cadena de valor. Un empresario que quiere que le vaya bien, no puede ser ciego a que su entorno esté contento.
Inversión regional
- En el caso particular de La Araucanía, sólo un 20% de la inversión corresponde a privados, ¿qué factores influyen en esta situación?
- Esta Región tiene el potencial para trabajar casi cualquier vocación productiva. Efectivamente hay que construir las confianzas, las que se han roto desde ambos lados, pero está la voluntad para reconstruirlas. Hay disposición desde el Estado, los empresarios, y hay un gran número de comunidades que están dispuestas a trabajar en conjunto para hacerse oír en forma pacífica.
- ¿Cómo se restablecen estas confianzas?
- Las confianzas se construyen haciendo alianzas, sentándose en la mesa, poniéndose en los zapatos del otro, buscando puntos de acuerdo y de encuentro. En la medida que eso ocurre, donde tanto los empresarios, las comunidades y el Gobierno se sientan a trabajar, esas confianzas se van construyendo, porque al final del día, todos queremos lo mismo: que nos vaya bien, estando en paz y armonía con el entorno.
"Las confianzas se construyen haciendo alianzas, sentándose en la mesa, poniéndose en los zapatos del otro, buscando puntos de acuerdo y de encuentro". "Esta nueva generación (de empresarios) se da cuenta que los mercados y consumidores les están exigiendo que tengan una responsabilidad social".
entrevista. katia trusich, subsecretaria de Economía sobre baja inversión privada en la Región: