Fieles celebran en Temuco los 100 años del ex obispo Piñera
CUMPLEAÑOS. Un grupo de mujeres egresadas del desaparecido Hogar Buen Pastor brindó un agasajo al centenario sacerdote que fuera también su padre espiritual.
El afecto y una relación espiritual que comenzó a consolidarse hace más cinco décadas tuvo su máxima expresión ayer. Un grupo de mujeres egresadas del desaparecido Hogar Buen Pastor de Temuco tomó la iniciativa de celebrar en la Región el cumpleaños número 100 del ex obispo de la Diócesis de Temuco, Bernardino Piñera, con él como cabecera de mesa en uno de los salones del Hotel Nicolás de la ciudad.
Movidas por una relación que se fundó a partir de las emociones y que se repitió en varias generaciones de niñas, este grupo de mujeres rindió a su manera un homenaje a este pastor católico, tío del ex Presidente Piñera, que para la mayoría de ellas fue más que un líder espiritual. Fue una figura paterna.
El sacerdote, que acaba de alcanzar su centenario en septiembre pasado, tiene la particularidad de haber vivido siete papados y haber oficiado los cargos de obispo de Temuco (1960 - 1977), presidente de la Conferencia Episcopal y arzobispo de La Serena (hasta 1990).
Él es muchas cosas, pero "monseñor fue como el papá que no teníamos, un padre espiritual. Entonces, él nos tiene a nosotros y nosotros a él un cariño muy especial. Fue nuestra figura paterna y nunca hemos perdido contacto con él a pesar de que llegado el momento emigró de Temuco. Siempre estamos en contacto, lo visitamos y lo llamamos", comenta Carmen Oyarca.
Liahyne Lagos lo conoce desde que tenía 9 años y viajó desde Santiago para participar de esta especial celebración. "No fui la única que vino desde lejos para estar presente en este cumpleaños. Esto es algo especial. Acompañar a don Bernardino en sus 100 años es especial porque él fue nuestro papá espiritual, nuestro consejero, la persona que nos llevaba de paseo y que no nos olvidaba en vacaciones. Siempre se preocupó del Hogar Buen Pastor y fue nuestro pastor".
Los recuerdos apuntaron ayer en la misma dirección, a recordar la infancia y a este señor que representaba la figura de un padre. "Yo era chiquita cuando llegué al hogar. Tenía 6 años y recuerdo que el domingo las madres me arreglaban y me ponían a regar el jardín antes de que el obispo llegara. Cuando él llegaba me tomaba en brazos y me regalaba un caramelo Ambrosoli de miel. Decía, hay que endulzar la vida", rememora Sonia Rosales, quien coincide con la idea de que el obispo era como un padre y guía en la fe.
Dada esta singular relación afectiva, la de ayer no fue la primera reunión entre este "padre" y sus hijas en la religión. El mismo grupo de ex internas del Hogar Buen Pastor le habría celebrado su cumpleaños antes, de hecho, sus 99 años también fueron motivo de un encuentro en 2014.
El ex obispo
Con su pelo cano y un poco afectado por una sordera que lo obliga a escuchar dos o tres veces antes de comprender a sus interlocutores, Bernardino Piñera se mostró agradecido por el agasajo del cual fue motivo ayer en Temuco y tuvo las mejores palabras para calificar sus años como líder espiritual de la diócesis local.
"Yo estuve 18 años en Temuco y todos mis recuerdos son buenos. No tengo ni un solo mal recuerdo. Yo diría que son los años más felices de mi vida pastoral los que pasé aquí. Me gustó mucho el trabajo en Temuco. La gente era muy buena, las personas que trabajaban con uno, empezando por Guido Rodríguez y Marcos Uribe, todo el clero era de primera, toda la gente que trabajaba en el obispado. Fueron años de mucho trabajo, pero felices", comentó el sacerdote.
Residente hace trece años en el hogar de ancianos de las Hermanitas de los Pobres (en Santiago), el ex obispo ha tenido una larga vida sacerdotal en la que no sólo los cargos han ocupado su tiempo, también la escritura de libros.