"Chancho Cero"
Pedro Peirano llegó desde Estados Unidos para relanzar en formato libro "Chancho cero" (Hueders), la tira cómica que creó para la "Zona de contacto" el año 2000. Son historias de la Escuela de Lobotomía, un antro universitario lleno de pelafustanes. Además, el guionista de "No", la película que fue nominada a un Oscar el año 2012, escribe "Romeo y Julieta" para grabar una versión "31 Minutos".
Peirano hace cómic, escribe guiones, es la voz de tulio triviño y ahora inventa una trama para niños del clásico de Shakespeare, romeo y julieta.
Pedro Peirano
Editorial Hueders 144 páginas
$14.000
El cómic que descifra el mundo universitario en Chile
Esto ocurrió hace un tiempo: Pedro Peirano está en el cumpleaños de una amiga, sentado en las sillas del comedor con dos ex compañeros de la Escuela de Periodismo de la Universidad de Chile. La fiesta se supone que ocurre en el living, pero los invitados -uno a uno- se trasladan al pequeño comedor donde Peirano tira una talla tras otra, como si fuera una metralleta de tallas. Todos se agarran la guata riendo. Al rato, ya nadie está en el living: toda la fiesta ocurre alrededor de Peirano.
Fuguet dijo de él que era un "asesino naif". Peirano dice de sí mismo que "es mucho menos choro de lo que la gente cree". El asunto es que lo que dice, da risa. Desde "Plan Z", el programa que creó en el canal Rock&Pop junto a Álvaro Díaz, Carolina Delpiano, Rafael Gumucio y Ángel Carcavilla, hasta "31 Minutos", que inventó con Díaz y toda la banda de títeres rockeros que hacen noticias desde Aplapac.
Pero a Peirano Chile le quedó chico. Estuvo viviendo hasta hace dos semanas en Los Angeles, adaptando el guión de "Niño Santo", la serie que escribió para la cadena mexicana Univisión y que tendrá una versión en Norteamérica.
Solo hace dos semanas volvió a Santiago a relanzar "Chancho Cero", su porcino hecho cómic el año 2000 (para la "Zona de contacto", de "El Mercurio") con las desventuras de unos universitarios matriculados en la Escuela de Lobotomía. Y mientras el "Chancho" se vende como pan caliente en librerías, Peirano da vuelta la página y acelera con otra cosa: Romeo y Julieta en versión "31 Minutos" para el Festival Teatro a Mil.
-Pedro, si te dijeran: "Entra a esta puerta, porque allí solo dibujarás, o a esta otra, donde serás guionista", ¿a cuál entras?
-A la puerta donde se puede solo dibujar. Yo pondría dibujante en mi carnet, no sé por qué dice periodista. Dibujante es un palabra increíblemente linda. Cuando dibujo se me olvida comer. Se me suspende el tiempo.
-Dibujé siempre. De niño. Esa era la manera más barata de contar una historia. Todos dibujan, todos dibujamos alguna vez cuando niños. Yo dibujaba todo el santo día, en todos lados. Los probaba, mostrándoselos a la gente. Si se reían, estaba bien. Si no, fome. Cuando me regalaron toda la colección de "Mampato" quedé loco. Ahí me encontré con Themo Lobos, mi maestro. Hasta que lo conocí. Lo fui a ver. Yo era completamente fan, me sabía todas las historias de memoria. Le preguntaba puras nerdeces. Aprendí mucho calcando. Calcaba Condoritos y encontraba que era un súper dibujante.
-¿Cómo era ese niño que salió de los Sagrados Corazones y entró a esta Escuela de Lobotomía que dibujas en "Chancho Cero"?
-Un niño lleno de esperanzas. Ese mechón que sale en la página no sé cuánto del libro, ese era yo.
-Carita linda, bien alimentado.
-Quería hacer diarios murales, una revista de cine, huevás. Y el choque con la realidad fue enorme. Creía que era un chiste, como estar en una parodia, porque realmente la escuela era un desastre. La Escuela de Periodismo de la Universidad de Chile había sido la oficina del Mamo Contreras. Nosotros no lo creíamos. Al principio entrábamos a clases, pero después tiramos la toalla y empezamos a poblar el patio. Esa vida eterna en el patio es totalmente cierta.
-¿Y al final te convertiste en un desganado o en un luchador?
-La verdad es que yo nunca luché, me sumé al nihilismo.
-Pero habías sido buen alumno en el colegio.
-Sí, era mateo. Hacía unos cómic que eran bien parecidos a "Chancho Cero". Los pegaba en el diario mural. Era un policial donde todos los profesores eran sospechosos. Uno de ellos era el asesino y había que averiguar quién era quién. Después publiqué a mimiógrafo las aventuras de un súper héroe que se llamaba Huiromán.
-¿Un súper héroe de pitos?
-Yo era tan inocente que no sabía que a los pitos les decían huiros. Todos se reían con Huiromán, porque lo encontraban más choro de lo que era. Siempre he sido así. Siempre aparento ser más choro de lo perno que realmente soy. Huiromán también combatía contra los profesores que yo dibujaba como personajes de la Guerra de las Galaxias. Y así. Cuando empecé a hcer "Chancho Cero", se me encendió un click que ya tenía.
-Ya habías hecho "PlanZ" y habías salido de la Universidad.
-En la "Zona de contacto" supieron que yo dibujaba y me pidieron un tira cómica como Snoopy, con un comentario inteligente sobre la realidad. Yo le di vueltas y vueltas y vueltas y obviamente no se me ocurrió nada en ese estilo. Los comentarios inteligentes nunca me han salido mucho. Entonces, se me ocurrió hacer todo lo contrario. En vez de hacer un personaje, le propuse hacer mil personajes, pero todos idiotas en vez de inteligentes. Era una especie de aldea pitufa de una escuela universitaria en las últimas. Haría referencia de un mundo que yo conocía muy bien.
-¿La Escuela de Periodismo de la Chile?
-Sí, y desde ahí debí establecer un mundo: los buenos y los malos. Los buenos eran los alumnos, aunque eran unos mediocres de mierda, y los malos eran el decano y los profes.
-¿Por qué entraste a Periodismo siendo tan artista?
-No quería estudiar arte. Me daba lata. Saqué un súper buen puntaje, entonces tenía que desperdiciar mi vida en periodismo. Era una trampa. Yo no quería hacer arte, quería hacer monos. Pensaba que si estudiaba periodismo, sería más fácil dibujar en un diario, que era mi objetivo. Al final resultó, no sé cómo.
-A ti, ¿cómo te criaron?
-Mi viejo es profe. Profesor de filosofía de la universidad, enseñaba lógica.
-O sea que te criaron con lógica.
-Eso ha influido mucho en la manera en la que hago guiones. Tienen que ser lógicos, absolutamente lógicos. Sino, no se arman.
-¿Y tu madre?
-Ella se aburría enormemente leyéndonos cuentos, así que los cambiaba. A los tres años me leía la "Caperucita Verde" y "La Bella No Durmiente".
-¿Trabajaba?
-En Impuestos Internos, era una fiscalizadora.
-¿Eran felices?
-Dentro de todo, sí, pero estábamos en plena dictadura, no podías salir ni a la esquina y las noches empezaban muy luego. Todos estaban alterados. No se podía hablar mucho, nadie podía decir cosas, porque yo dije, porque tú dijiste que él dijo... Era un ambiente de desconfianza. Por eso uno se pasaba más en la casa.
-¿Nunca un profe de la U te dijo: estás mintiendo con el "Chancho"?
-Yo no conocía a los profes, si no entraba a clases. Entraba a dar pruebas que no sabía ni cómo se llamaba la materia. Le ponía el nombre del profesor y ya está. Después del shock inicial encontré que todo era tan basuril que no valía la pena estudiar. ¿Para qué iba a estudiar porquerías?
-¿Por qué no te fuiste, entonces?
-Porque uno es un estafador también. Era el permiso para no entrar al mundo laboral por unos cuantos años más. Fui seducido por el lado oscuro y me quedé en el patio lo más que pude, hasta terminar la carrera. Después hice la práctica en "Tv y Novelas".
-¿Y qué hiciste ahí?
-El horóscopo. Tenía unos libros de astrología y juraba que tenía un pequeño poder. Cuando no se me ocurría nada, escribía: "Haga esa llamada".
-O sea que ahora te podrías ganar la vida señalando el futuro.
-Es que no le apuntaba a ni una. Una vez, en la micro vi a unas chiquillas leyendo con tanta ilusión el horóscopo que había escrito, que me arrepentí de seguir en eso. Me dio lata ser tan estafador. Qué horror.
-¿Qué chanchismo de las noticias daría para hacer un "Chancho Cero" nuevo?
-Imagínate que con la colusión del confort ya tienes como cinco capítulos. Es lo más inmundo, lo más limpia trasero del mundo. También podría escribir una tira de misterio: ¿Dónde está Ena von Baer?
-¿Pensaste alguna vez estar en la misma fila para entrar a ver los Premios Oscar que Robert de Niro?
-No, nunca. Y esa misma semana, además, cantamos con "31 minutos" en el Festival de Viña. ¿Quien se podría imaginar algo así?
-¿Qué decía Robert de Niro?
-Lo estaban entrevistando a él y yo salgo atrás en una foto de una revista. Era tan fome hacer esa fila que lo único entretenido era tratar de sapear qué hablaba Robert de Niro y toda esta gente. Y la verdad es que hablaban puras cosas fomes, pero todos les sacaban fotos. Y lo que es a mí, no me pescaba nadie.
-Pero estuviste a punto de ganar un Oscar con "No".
-Esa una validación medio chula, pero es una validación finalmente. Además, qué va a pensar uno que a los gringos les va a gustar algo que uno escribió. Ahora me sirve, porque si les digo "escribí una película que estuvo nominada a los oscar", les cambia la cara, te miran mejor.
-Qué prefieres, ¿vivir en EE.UU. o en Chile?
-Depende. Cuando estoy demasiado en EE.UU., me quiero volver. Y cuando estoy demasiado acá, me quiero ir.
Por Andrea Lagos G.
-¿Dónde te educaste para dibujar?
"Dibujante es una palabra increíblemente linda. Cuando dibujo se me olvida comer. Se me suspende el tiempo".
Sergio Lopez I.