Andrea Arias
"El implacable ciclo de la vida. Mis condolencias a la familia y sólo decir que siento gratitud porque en esta universidad me formé como asistente social. Les comparto que aquí se vive un clima de seguridad, tranquilidad y amistad, eso usted lo fundó y seguirá. Que descanse en paz junto a Dios nuestro Señor".
Este es el tenor de las condolencias que durante toda la jornada de ayer, en el marco del responso fúnebre, recibió la familia del fundador de la Universidad Autónoma de Chile e Hijo Ilustre, Teodoro Ribera Beneit. Su misa fúnebre será hoy a las 16 horas en la Catedral de Temuco y será presidida por monseñor Héctor Vargas.
A 48 horas de su partida, son innumerables las muestras de afecto y agradecimiento que ha recibido la familia, académicos y funcionarios de la casa de estudios.
Un visionario
"Don Teo" como le decían de cariño sus cercanos falleció la madrugada del viernes a los 95 años en su domicilio de toda la vida, ubicado en la galería que construyó él mismo en la década del 70 y que lleva su nombre.
Autoridades locales, cercanos y amigos de toda una vida que lo conocieron en sus distintas facetas (deportiva, empresarial y dirigente) coinciden en que Teodoro Ribera Beneit era un hombre cuya fascinante y multifacética vida es más fácil admirar que imitar.
El legado que deja para Temuco y el país es invaluable, ya que este abogado hijo de inmigrantes catalanes, jamás supo de cansancio y dedicó su vida entera a desarrollar proyectos en beneficio de la comunidad y el progreso de la Región.
Su gran obra es la Universidad Autónoma de Chile, institución cuyos alcances a 25 años de su fundación eran prácticamente impensados por su creador.
Así lo explica el vicerrector de la Universidad Autónoma de Chile sede Santiago, Francisco Beghetti. "Nuestro fundador es un gran visionario, cuyo proyecto educacional ha traspasado las fronteras regionales con tres sedes: Talca, Santiago y Temuco. Creo que él siempre va estar con nosotros", acotó.