Lorenzo Lovera
A23 días de la visita de la Presidenta de La República, Michelle Bachelet, a La Araucanía, desde el Gobierno confirmaron que el Ejecutivo está trabajando en hacer un catastro de las víctimas de la violencia rural para idear un plan que vaya en su ayuda y compensar las pérdidas tras ser objeto de atentados.
Dicha iniciativa fue confirmada de manera muy escueta ayer por el intendente regional, Andrés Jouannet, quien en todo caso advirtió que el trabajo aún no ha concluido y que la fórmula se está evaluando.
Una de las alternativas que están barajando en La Moneda es replicar el Programa de Reparación y Atención Integral de Salud (Prais) puesto en marcha post dictadura, en beneficio de las víctimas de las Violaciones de los Derechos Humanos, claro que Jouannet advirtió que esto "es un poco más complejo que eso", precisó la autoridad.
Eso sí, Jouannet confirmó que "la Presidenta se comprometió para dar una respuesta lo más cabal a este problema" y es por ello que se está haciendo un catastro de las víctimas en las provincias de Cautín y Malleco.
Así al menos lo señaló Alejo Apraiz, presidente de la Asociación de Víctimas de la Violencia Rural (Avvru), quien al respecto manifestó que "lo que se conversó es que la Presidenta quería buscar un mecanismo y se habló del Prais como un ejemplo".
Avvru
Entre las víctimas del conflicto hay consenso en valorar el trabajo del Gobierno en que esté trabajando en un plan que de alguna manera compense los malos ratos vividos luego de ser atacados.
Desde la Asociación de Víctimas de la Violencia Rural confirmaron que las mismas autoridades les han solicitado su base de datos para tener la identidad y el número de víctimas.
Según explicó su presidente, Alejo Apraiz, esas estadísticas indican que aproximadamente 227 serían las víctimas directas de la violencia rural en La Araucanía desde el año 1997 a la fecha y es por ello que valoró lo expresado por el Gobierno.
"Valoramos que se esté trabajando en esa línea, porque de esa forma se le podría dar una solución a todas aquellas víctimas de estos hechos tan lamentables para toda la Región", precisó Apraiz.
Eso sí, el dirigente recalcó que para las víctimas lo ideal sería que la ayuda que está preparando el Ejecutivo pudiera incluir la reposición de sus máquinas perdidas, y que aquello sea acompañado de una fuerte ayuda sicológica.
Víctimas
Una de esas víctimas directas que están en la base de datos de la Avvru es Cecilia Jara Llancavil, quien se transformó en la primera afectada del año 2015 cuando encapuchados ingresaron a su sitio en Niágara (Padre Las Casas) donde le quemaron cinco máquinas.
Hoy, y tras conversar cara a cara con la Presidenta Bachelet, Jara Llancavil asegura que "todo empieza por algo" para luego agregar que "si ya vemos que la señora Presidenta vino y escuchó el testimonio de algunas víctimas y se llevó como tarea hacer gestiones para nosotros, siempre es bueno. Todo empieza por algo", dijo.
Sus palabras tienen sentido ya que ella fue una de las pocas que tuvo la posibilidad de contarle su testimonio cara a cara a la Mandataria, a quien solo le pidió que "quería trabajar y vivir en paz. Yo tuve la oportunidad de ser escuchada y al margen de hacerle mis solicitudes, a ella (Bachelet) le extrañaba como podían atacarse entre mapuches", recordó Jara Llancavil.
Minutos después de que Cecilia Jara viera cómo sus máquinas ardían por acción del fuego, el turno le correspondió a Alejo Vielma, pequeño trabajar de Freire que esa madrugada del 1 de enero de 2015 también fue objeto de un ataque incendiario.
A diferencia del primer ataque, allí uno de sus trabajadores repelió lo que más pudo el atentado, hiriendo a uno de los victimarios (Guido Carihuentro), quien resultó finalmente la única persona detenida y posteriormente condenada por la justicia.
Consultado por la ayuda que está preparando el Gobierno, Vielma aseguró que "ojalá sea cierto y nos puedan ayudar porque por ahora estamos sobreviviendo. Estamos pagando deudas millonarias y hasta ahora nadie nos ha tendido una mano", dijo el trabajador.
Por último, Vielma dijo que espera que la ayuda ahora sí se concrete, ya que por ahora solo está trabajando con un solo camión y espera más pronto que tarde volver a trabajar como lo hacía antes del ataque.