En su intento por terminar con la volatilidad de los mercados, el Gobierno chino destituyó al presidente del regulador bursátil de China, Xiao Gang, tras la crisis de las bolsas en agosto pasado y las turbulencias de principios de este año.
Las autoridades anunciaron ayer, a través de la agencia Xinhua, que Liu Shiyu, actual presidente del Banco Agrícola, fue nombrado presidente de la Comisión Reguladora del Mercado de Valores de China (CRMV), para reemplazar a Xiao, quien había sido en los últimos meses centro de duras críticas por su gestión de la crisis.
La decisión evidencia las presiones a las que se enfrenta el Ejecutivo, en un momento en el que se ha puesto en entredicho su capacidad para gestionar la economía, en proceso de desaceleración tras años de crecimiento a doble dígito.
Esta misma semana, el primer ministro chino, Li Keqiang, criticó la labor del organismo regulador al señalar en una reunión del Consejo del Estado (Ejecutivo) que los reguladores no respondieron de manera activa a las caídas.
En opinión de Li, "los principales departamentos responsables tomaron decisiones inadecuadas" y tuvieron algunos problemas de gestión. En este contexto, el primer ministro defendió las intervenciones realizadas por el Gobierno para atajar el problema.
Bajo el mandato de Xiao, que asumió el cargo en marzo de 2013, se creó una burbuja en las Bolsas chinas que terminó explotando en agosto pasado, con el índice de Shanghái y Shenzhen llegando a perder un 40% de su valor hasta que las autoridades intervinieron.
Las bolsas vivieron un periodo de calma hasta principios de este año, cuando retornaron los temblores. A finales de enero, la Bolsa de Shanghái, principal indicador de los parqués chinos, llegó a acumular pérdidas de hasta un cuarto de su valor, un comportamiento que imitó Shenzhen.
La comisión intentó detener la sangría en el verano (boreal) con medidas como la prohibición a grandes accionistas de deshacerse de sus títulos durante seis meses o introduciendo, este año, un mecanismo interruptor para paralizar durante 15 minutos los parqués en el caso de que acumularan 5% de caídas, o poner fin a su sesión si estas llegaban al 7%.
Al poco tiempo de entrar en funcionamiento este enero, el mecanismo provocó el cierre de los parqués en dos ocasiones en una sola semana, causando turbulencias en todo el mundo.
El interruptor ocasionó el efecto contrario al deseado: condujo a los inversores al pánico. Y la comisión decidió suspenderlo.
Hacía tiempo que se especulaba con la salida de Xiao, un experto de 57 años que impulsó la campaña contra el uso de información privilegiada o la reforma del sistema para aprobar a las compañías que coticen en bolsa, y según los expertos parece que el fracaso del mecanismo interruptor pudo poner fecha definitiva a su salida.
Ahora, el cargo será asumido por Liu, un ingeniero de formación que es el actual presidente de uno de los cuatro bancos comerciales más importantes de China, el Banco Agrícola, que encabeza desde 2014.
Empresas piden más productividad para mejorar el bienestar en Iberoamérica
El Consejo Iberoamericano para la Productividad y la Competitividad (CIPC) apostó en Madrid por aumentar la productividad como requisito imprescindible para mejorar la equidad y el bienestar de los países de Iberoamérica.
En la segunda reunión plenaria, que estuvo presidida este viernes por el rey Felipe VI, el CIPC consideró prioritario fomentar la colaboración entre las empresas y los gobiernos para aprovechar el progreso tecnológico derivado de la nueva economía digital.
En una nota difundida al término del encuentro, que se celebró a puerta cerrada, el Consejo se mostró convencido de que la correcta planificación en la incorporación de los procesos de innovación tecnológica es la mejor forma de impulsar el empleo y la competitividad ante los nuevos desafíos de la economía digital.
En este sentido, el Consejo preparará diversas actuaciones que permitan anticipar, identificar y sistematizar el impacto de las nuevas tecnologías sobre las distintas economías iberoamericanas que permitan compatibilizar el bienestar social y la competitividad de las empresas.
Durante la reunión, el CIPC acordó poner en marcha un programa de transferencia tecnológica para aumentar la productividad de sus empresas aliadas, así como desarrollar distintos proyectos para impulsarla en las cadenas de valor de las compañías iberoamericanas.
La jornada se desarrolló en cuatro bloques de trabajo y contó con la participación, entre otros, del presidente del CAF-Banco de Desarrollo de América Latina, la secretaria general iberoamericana, los presidentes de Telefónica, Iberdrola, Repsol, BBVA, Inditex, Iberdrola, Grupo Graña y Montero, Grupo Sonae y Grupo CENSUD, y expertos de la OCDE.
El primer bloque analizó la colaboración empresarial y se centró en identificar y evaluar fórmulas eficaces para aumentar la productividad de América Latina y Europa mediante la cooperación entre empresas y sectores públicos de ambas regiones.
El segundo se dedicó a la evaluación de las políticas públicas desde la perspectiva de la productividad. Allí se coincidió en la necesidad de adecuar las políticas públicas para impulsar la productividad y adaptarlas a los diferentes momentos socioeconómicos de cada país.
En el siguiente bloque, dedicado a la formalización del empleo, se analizó un informe de CAF-Banco de Desarrollo de América Latina, que insiste en la relevancia del sistema fiscal para prevenir la economía sumergida, y se presentó como ejemplo la reciente reforma tributaria colombiana, que permitió elevar el empleo sin disminuir los ingresos.