La vertiginosa transformación de la Avenida Pablo Neruda
CAMBIOS. Mientras la histórica vía posee cada vez más locales comerciales, lo que a su vez aumenta la plusvalía, sus residentes emigran buscando más tranquilidad.
Lo que alguna vez fue en la avenida Estadio de Temuco un tranquilo corredor rodeado de extensas áreas verdes y barrios residenciales, hoy se está transformando de forma acelerada en una cada vez más agitada banda comercial.
En sus dos kilómetros y medio de doble vía y un bandejón en vías de convertirse en ciclovía, se puede encontrar un total de 78 sitios comerciales y de servicios, entre panaderías y minimarket, pasando por restaurantes y bencineras e incluso cuatro centros comerciales.
Pero esta mutación también implica un sacrificio: zonas habitacionales. Los cada vez menos terrenos residenciales ya están en manos de corredoras de propiedades o empresas constructoras. A lo largo de la avenida se cuentan ocho casas en venta o en arriendo, mientras que otras cuatro propiedades están siendo objeto de obras.
Lo coincidente de este fenómeno, tanto social como mercantil, es que la proliferación de la avenida (ver mini entrevista) ha provocado un aumento del valor de cada propiedad, lo que también aumenta la motivación en sus habitantes. Tanto así, que el costo del terreno se ha multiplicado por encima de 10 veces su valor inicial de compra.
El inicio de un cambio
Partiendo en 1992 con 21 espacios para locales en su interior y el único supermercado en toda la avenida, el Centro Comercial Sevilla, ubicado entre calle Ignacio Carrera Pinto y pasaje Pablo Ortega, fue el primer factor de cambio del sector.
Raúl Sanhueza es dueño del local Lavandería Sevilla y además fue el segundo administrador que tuvo el centro comercial. Él recuerda los inicios de este núcleo comercial gracias a la inversión del ahora diputado Joaquín Tuma.
"Esto era un recinto de manzanas completas que estaban totalmente abandonadas y visionariamente don Joaquín (Tuma) las compró y se puso a construir. Le dio vida al sector y bastante necesitado que estaba", rememoró.
La ex avenida Estadio ya no es lo que era hace 30 años, tal como lo aprecia el escritor Guido Eytel, quien vive cruzando el Teatro Municipal. Él llegó en 1981 a vivir cerca del ahora Estadio Bicentenario, pero está por cerrar ese ciclo, al poner su hogar a la venta.
Fue él mismo quien ayudó a concretar el cambio de nombre de la avenida en 1993, luego de un primer intento en época de dictadura.
El escritor recuerda que con la llegada del Teatro Municipal, la avenida prometía transformarse en una arteria de ámbito cultural, pero el tiempo dijo otra cosa. "En Temuco no hay un plano regulador muy estricto. Se hace lo que se quiere, por lo tanto empezó a transformarse en una avenida comercial", criticó.
Eytel puso su casa a la venta por un valor comercial de $180 millones, principalmente en búsqueda de tranquilidad, algo que está seguro que ya no tendrá en Pablo Neruda.
Algo similar opina Gonzalo Álvarez, quien habita una casa desde 1982 justo frente al centro Sevilla, pero que la está vendiendo en conjunto con su vecino. "Todas las casas antiguas que están aquí van a desaparecer", augura el vecino, quien compró la propiedad en $10 millones pero hoy la vende a diez veces su valor con motivos que considera comprensibles a su edad. "En este momento no se vive bien por el hecho de que hay mucho vehículo de madrugada, la juventud sale a carretear", argumenta.
Una oportunidad
Aunque no sólo se trata de vender sus casas a empresas. Algunos de estos hogares decidieron convertirse al cambio y están hoy administrando sus propios negocios.
Es el caso de "La Picada de Nachito", un local hogareño que cercano al pasaje Palihue vende empanadas gigantes desde $1.200, con 24 variedades a elección e incluso con reparto a domicilio.
Para Pedro Contreras, uno de los propietarios de este emprendimiento, la elección de este camino fue motivada por la necesidad, pero aprovecharon la proliferación de la avenida para probar suerte.
"Hemos ido de muy pequeñito a crecer un poco más (...) incluso al frente hay una pastelería que era una casa común y corriente y hace unos cinco meses se transformó", dijo Contreras, quien reconoce que a raíz de esto se ha endurecido la competencia.
En el futuro
Si bien existen voces divergentes en contra de este cambio de rostro que está adoptando la avenida que lleva el nombre del poeta nacional, la mayoría de las opiniones recogidas están de acuerdo con esta transformación, fruto del progreso. Así lo considera, por ejemplo, Lorena González, madre de uno de sus hijos que lleva a diario a Sala Cuna Creare, el único establecimiento que imparte educación en Pablo Neruda.
"Este cambio potencia a la avenida porque así evita que las personas que viven acá no tengan que ir al centro a hacer trámites. Queda todo más accesible y otorga más tiempo para hacer más cosas", indicó la residente de Barrio Inglés.
Los vecinos entienden que esta transformación es inevitable, por lo que esperan que en menos de una década el cambio sea total, como lo comenta Elizabeth Mellado, habitante aledaña a la avenida y cliente de la nueva cafetería Caffeina.
"En unos años más va a ser la misma transición de la avenida Alemania. Va a dejar de ser residencial y va a ser completamente comercial. Se van a perder los espacios de la vida residencial, pero también se suma al progreso, se generan nuevas instancias también para los que vivimos en el sector en términos recreativos", opina.