Diego Ahumada
En su tercera Pascua de Resurrección como obispo de Temuco, monseñor Héctor Vargas, de 64 años de edad, comparte su reflexión al término de una semana marcada por la aprobación de la despenalización del aborto.
Por lo mismo, el mensaje que hoy entrega a los fieles en medio de la eucaristía será uno: el valor de la vida.
-La Cámara de Diputados aprobó la despenalización del aborto en tres causales. ¿Fue una Semana Santa difícil para la Iglesia?
-Vemos con mucho dolor cómo la vida hoy parece no valer nada. Vemos con mucho dolor que cualquiera se siente con el derecho de levantar la mano a su hermano y arrancarle la vida (...) cómo en ese contexto nosotros legislamos sobre algo tan extremadamente violento como poner fin a la vida de un ser humano que no se puede defender. Cómo no va a ser violento arrancarle la vida a un pequeño que quiere nacer.
-Para la Iglesia ¿qué valor tiene la opinión de la madre?
-Lo que la Iglesia ha dicho siempre es que nosotros tenemos que preocuparnos de la madre y el hijo. A mí me ha llamado poderosamente la atención cómo el Gobierno y la Cámara de Diputados, todo el mundo ha centrado la atención en la mujer y se ha olvidado que ahí hay otra vida, distinta a ella (...) un niño que viene, no forma parte del cuerpo de la mujer porque si formara parte estaríamos extirpando un órgano y no es así.
-Los diputados Fuad Chahin (DC), René Saffirio (DC) y Joaquín Tuma (PPD) votaron a favor de ésta ley.
-Yo me alegro que en la Región la mayoría de los diputados votara contra el aborto y yo creo que ese es un signo de esperanza muy grande. Respecto de aquellos que lo hicieron a favor, yo los invito -más aún si son cristianos- a profundizar, a reflexionar más sobre esto. Es complejo cuando se legisla sin haber profundizado lo suficiente.
-¿Faltó reflexión?
-Creo que faltó reflexionar todavía más. Es la vida humana, no estamos hablando de un proyecto de ley que tenga que ver con educación, con cultura, construcciones. Estamos hablando de la vida humana.
-Se acerca un periodo de elecciones. ¿Cree que al momento de votar se pensó más en dividendos políticos?
-Cada uno tendrá que ver si vota en conciencia o busca votar para mantener cuotas de poder en lo que significa la sociedad. Es un tema de conciencia de cada uno. Pero no hay ninguna comparación desde el punto de vista de la verdad moral entre "obtener" más votos en vista de una elección y lo que significa la vida humana.
-Ahora se viene un segundo trámite en el Senado. ¿Qué espera?
-Cristianos hay en casi todas las bancadas, por lo tanto es un tema que va más allá de la Democracia Cristiana. El llamado es a todos esos cristianos. Espero que en el Senado este tema -que se le quitó la suma urgencia- se pueda profundizar muchísimo más.
-Cuál será la estrategia para revertir la situación.
-Vamos a apostar por la vida por eso la Iglesia fue la promotora de terminar con la pena de muerte en Chile; por eso defendió a toda costa de la vida de no pocos de sus sacerdotes y también de la tortura y exilio de no pocos de ellos, de desaparecidos hasta el día de hoy, defendió a muchos hermanos y hermanas que sufrieron la persecución, lo que significó la muerte de tantos en la dictadura. Un porcentaje de ellos formaba parte del partido que hoy día aprueba el aborto.
-¿Se sienten traicionados?
-No sé si traicionados pero la verdad es que uno esperaría coherencia. La vida es un valor que se tiene que defender siempre. No puede ser algo que en algunas ocasiones tenga valor y otras nada (...) es impresionante el misterio de la Semana Santa, es Dios que muere para que el hombre viva. Es el Dios de la vida. Pero lamentablemente vivimos bajo una cultura de la muerte porque uno mira el trato a los migrantes, uno observa la violencia de tanta formas, de guerras, el terrorismo que se expande por todas partes.
Acto por la paz
Polémica causó la imagen de Juan de Dios Fuentes con una pistola al cinto en medio de un acto por la paz. ¿Fue contraproducente?
-La cuestión mapuche debe ser enfrentada en los temas de fondo. Esto no tiene que ver con armas, con atentados. Si nos quedamos en eso nos vamos a perder todos. Si bien es cierto todo lo anterior por supuesto que es grave. Cómo no va a ser grave que frente a una violencia armada las víctimas también comiencen a organizarse y armarse. Eso evidentemente lo tenemos que rechazar pero eso es fruto que hay temas aquí que no han sido resueltos por el Estado.