"Los verdaderos intendentes de papel son los actuales designados"
Como una reforma que no aguanta más dilaciones y que debiera haber sido aprobada hace mucho tiempo, calificó Heinrich Von Baer, académico y ex vicepresidente de la Comisión Asesora Presidencial para la Descentralización, la aprobación del voto popular para la elección de los intendentes desde el próximo año.
En esta entrevista, el ex rector de la Universidad de la Frontera rechaza las críticas que esta semana hicieron los ex Presidentes Ricardo Lagos y Sebastián Piñera al proyecto de ley y afirma que la propuesta "da suficiente legitimidad, representatividad y permite la emergencia de movimientos regionales".
En su opinión, este modelo "asegura gobernabilidad", por lo que refuta a quienes ven en la elección popular de intendentes el germen de un desorden administrativo que no pocos han comparado con lo que sucedió con el Transantiago.
- ¿Qué opinión deja la aprobación por parte de la Comisión de Gobierno del Senado, de la reforma que abre la puerta a la elección popular de los intendentes?
- Es un pequeño primer pero trascendente paso en la dirección que Chile necesita. Porque la comisión, si bien con un debate largo y complejo, a ratos incluso áspero, pero con respeto, aprobó por 3 votos a 2 la reforma constitucional de elección de los intendentes, a partir de esta semana la nueva figura de gobernador regional, lo que aprobó también fue un sistema electoral intermedio de la mayoría absoluta, propio de las elecciones presidenciales y de alcaldes, apropiada para el nivel territorial intermedio, con el 40% de los votos, para no tener segunda vuelta. Eso da suficiente legitimidad, representatividad y permite la emergencia de movimientos regionales, pero previene al mismo tiempo excesiva fragmentación. Por lo tanto asegura gobernabilidad.
- ¿Qué le parecen las críticas que los ex Presidentes Lagos y Piñera han vertido sobre esta propuesta?
- Es la concepción antigua de querer controlar y concentrar todo el poder en vez de democratizar y dispersar el poder, como lo merece una democracia moderna, más participativa y propia de las dinámicas del siglo XXI. Cito a un gran cientista político estadounidense, James Joseph, quien dijo que: "Hoy necesitamos políticos que buscan el poder para compartirlo y distribuirlo más que para concentrarlo". La figura de los intendentes viene de los Borbones, donde se los designada como el "burócrata leal al rey". Eso, para la desfasada figura de los intendentes designados, no ha cambiado mucho. Los verdaderos intendentes de papel son los actuales designados, porque no tienen la mínima estabilidad para poder gobernar con un horizonte de mediano y largo plazo en su respectiva región, no tiene la capacidad de negociar con el centro, capacidad de liderazgo articulador y son removidos cada vez que no son absolutamente incondicionales al poder central. Esas críticas son un afán para poder postergar para el próximo Gobierno la capacidad de designar a los intendentes, y seguir manejando los hilos de poder del régimen hiperpresidencialista actual.
- Hay también críticas de parlamentarios que podrían ver mermado su poder de designación de autoridades en las regiones. No lo dicen de esa forma, pero es un aspecto que ha estado en la discusión.
- Esa también es una mala excusa y contribuye a la campaña del terror que se ha desatado sobre los supuestos efectos catastróficos que podrían derivarse de elegir popularmente a los intendentes. Como definición del modelo de Estado unitario y descentralizado al que Chile aspira para desprenderse del modelo altamente centralizado actual, pero no caer en la condición de país federal, Chile ha optado por un Estado unitario en lo esencial, pero descentralizado. Significa que bajo un mismo régimen constitucional, y en un mismo territorio, caben proyectos políticos y de desarrollo territorial diversos. Por lo demás, a nadie se le ocurriría que con un régimen presidencial actual, y alcaldes electos en todos los municipios de diverso signo político, se estaría alterando la gobernabilidad. No hay razón alguna y válida que no sea demorar y retrasar el modelo.
- ¿Está de acuerdo con la propuesta del PPD para elegir intendentes el 2020 y así asimilar esta elección a todas las elecciones territoriales, desprendiéndola de la elección presidencial?
- En abstracto me parece bien, porque como Fundación Chile Descentralizado, y antes como Comisión Asesora Presidencial para la Descentralización, hemos propiciado que todas las elecciones deban ser separadas de las elecciones políticas nacionales. La idea es tener dos periodos eleccionarios, uno nacional (presidencial y parlamentario) y otro territorial (municipal y regional). Pero lamentablemente el Gobierno ha demorado en enviar a tiempo un buen proyecto con la urgencia necesaria para dejar comprometida elección de la primera autoridad regional en octubre de 2017. El costo de postergarlo significaría no solo no iniciar este primer paso, sino luego no desencadenar las otras reformas. Estamos esperando esto por años. Ambas coaliciones habían comprometido elegir a la máxima autoridad regional. Entonces hasta cuándo seguimos postergando esto. El país no lo merece.
Senador de la República
Descentralización de papel: el poder sigue en Santiago
La descentralización es fundamental para avanzar en el progreso de las regiones y por supuesto de nuestra Araucanía que tiene actualmente el triste record de ser la de mayor pobreza en el país. 231 mil personas viven en esa condición, lo que es indigno e inaceptable.
La verdadera descentralización exige a lo menos tres requisitos: la elección por la ciudadanía del Intendente que pasará a llamarse Gobernador Regional; la entrega de facultades para que pueda junto a los Cores priorizar las políticas públicas y los programas sociales de acuerdo a nuestra propia realidad y entregarle los recursos necesarios para poder ejecutar lo anterior.
El proyecto del Gobierno solo contempla la elección del nuevo Gobernador Regional pero en la práctica no le traspasa competencias ni facultades ni tampoco recursos, los que siguen en manos de la autoridad designada por el Gobierno central y que pasa a llamarse Delegado Presidencial.
Es decir, en nuestra región habrán dos autoridades: el Gobernador Regional elegido por la ciudadanía sin facultades reales para dirigir el desarrollo de la región y, un Delegado Presidencial, nominado por el Presidente de la República, quién mantendrá el poder.
El proyecto del Ejecutivo sobre el traspaso de competencias establece que entre el año 2017 y el año 2022 será el Gobierno central el que resolverá unilateralmente aquellas competencias que desea ir entregando a las regiones, sin que esta última tenga ni siquiera la facultad de pedir atribuciones específicas.
En la práctica lo que el Gobierno esta haciendo es impulsar la elección de un Gobernador Regional sin facultades ni atribuciones, sin autoridad respecto de ningún servicio púbico, sin mando sobre los Seremi y sin recursos. Todo el poder va a estar radicado en el Delegado Presidencial que depende de la confianza del Presidente de la República.
Esto no es descentralizar. Esto es crear falsas expectativas en la ciudadanía y lejos de avanzar en la descentralización es mantener el verdadero poder en manos del Gobierno central.
Le hemos dicho al Gobierno que el problema se resuelve de una manera muy simple: entregándole facultades reales y concretas a los nuevos Gobernadores que serán elegidos por la ciudadanía, traspasando servicios públicos a las regiones y garantizándole los recursos para poder priorizar y ejecutar las políticas publicas y programas sociales de acuerdo a la realidad de cada región.
Si lo anterior no lo hace no habrá descentralización, la Araucanía seguirá dependiendo de lo que se decida en Santiago y lo que es más grave la ciudadanía se sentirá defraudada. Yo al menos no me presto para este engaño.
Consultado por lo que espera para el trámite legislativo del proyecto, Von Baer dijo que "debiera estar en Sala del Senado el martes o miércoles de la próxima semana para su votación y aprobación en particular". El académico dijo que espera que el Ejecutivo cuente con los votos necesarios para aprobar la reforma constitucional. "Esperamos que los senadores electos por las regiones sepan que un rechazo de su parte, como representantes de sus zonas, va a generar desde luego reacciones innecesarias. Aún estamos a tiempo para lograr el mayor grado de transversalidad", manifestó.
Alberto
Espina.