Pablo Larraín va esta noche con doble apuesta en los Critics Choice Awards
TRAYECTORIA. Con 38 años de trabajo, prepara muestra con imágenes de la Región.
Esta noche el canal TNT transmitirá, a las 22.00 horas y en directo desde el Barker Hangar en California, la edición 22 de los Critics Choice Awards, premios promovidos por la Asociación de Críticos Norteamericanos.
El director chileno Pablo Larraín está nominado por "Neruda" como Mejor Película Extranjera y con "Jackie" persigue seis nominaciones, entre ellas a Mejor Actriz por la performance de Natalie Portman como la viuda de John Fitzgerald Kennedy, asesinado en noviembre de 1963.
Estos premios son promovidos por la Broadcast Film Critics Association (BFCA) y la Broadcast Television Journalists Association (BTJA), que entre ambas agrupan a 300 críticos especializados en televisión, radio y medios online y un centenar de periodistas que cubren regularmente las novedades televisivas para audiencias de TV, radio y online.
El anfitrión de la ceremonia, al igual que en el año 2015, será el comediante T.J. Miller ("Silicon Valley"), quien el viernes pasado fue arrestado por abofetear a un conductor de Uber que lo trasladaba, luego de enzarzarse en una disputa por las recientes elecciones de presidente. Otros presentadores que desfilaran por el escenario serán el cantante Justin Timberlake y los actores Amy Adams, Nicole Kidman y Jim Parsons.
Predictor
Para muchos, estos premios son un claro predictor de los Oscar, constituyéndose en una ocasión donde comienzan a perfilarse directores, actrices y actores sobresalientes que serán carta segura entre los nominados a los premios de la Academia.
El año pasado, por ejemplo, Leonardo di Caprio, Brie Larson y "Primera plana" obtuvieron en ambos certámenes los galardones a Mejor Actor, Actriz y Película, respectivamente. Difirieron, en cambio, en el premio al Mejor Director, donde los Critics Choice Awards premiaron al australiano George Miller y su "Mad Max: Fury Road", mientras que el mexicano Alejandro González Iñárritu obtuvo el Oscar por "El renacido".
El año pasado hubo 28 categorías, algunas de ellas sin correlato en los Oscar como Mejor Película, Actor y Actriz de Acción, así como galardones a Mejor Comedia, Mejor Película de Ciencia Ficción/ Horror y reconocimientos al Mejor Actor o Actriz Joven.
Este año quien suma más nominaciones, una docena para ser más exactos, es la comedia musical de Damien Chazelle "La la land", protagonizada por la nueva pareja dorada de Hollywood: Emma Stone y Ryan Gosling, de quienes todos alaban la química producida entre sus personajes de Mia y Sebastian, una aspirante a actriz y un pianista de jazz que enamorados deambulan y bailan en una luminosa ciudad de Los Ángeles.
Las películas que asisten con diez nominaciones son la de ciencia ficción de Denis Villenueve, "Arrival", y el drama "Moonlight" de Barry Jenkins
LARRAíN
Pablo Larraín llega a este certamen dentro del grupo de los filmes que postulan a Mejor Película Extranjera, donde compite con "Elle", protagonizada por Isabelle Huppert y dirigida por Paul Verhoeven; "The handmaiden", del surcoreano Chan-wook Park; "Julieta", de Pedro Almodóvar; la comedia "Toni Erdmann", de la alemana Maren Ade, ganadora en Cannes, y "The salesman", del iraní Asghar Farhadi.
Por otro lado, con "Jackie" acapara seis nominaciones, al igual que "Doctor Strange", "Fences", "Hell or High Water" y "Lion". Las seis categorías a las que postula Pablo Larraín son a la Mejor Actriz, Cinematografía, Música, Guión Original, Diseño y Vestuario.
Televisión
Además del cine, estos premios se están entregando a la industria televisiva desde 2015 y este año es la cadena quien HBO lidera las nominaciones con 22, seguida de ABC y Netflix con 14, y adosada al éxito de la serie "The People versus OJ Simpson", la señal FX cabalga con una docena de nominaciones.
El año pasado hubo 23 categorías a premiar, divididas en: comedias, dramas, películas para televisión, series animadas, talk shows y realities. Entre los más premiados estuvo la serie "Mr. Robot" y "Fargo", mientras que este año las que acumulan más nominaciones son "Juego de Tronos" y la comedia protagonizada por Ellie Kempe, "Unbreakable Kimmy Schmidt".
El Arte como Deuda Impaga
Solamente con anotar las cuestiones pendientes que nos persiguen, las cotidianas y domésticas tareas no resueltas o los trabajos acumulados que hemos dejado para otro momento, sólo escribiendo esas simples deudas con el mundo o con nosotros mismos, podemos hacer un relato o un texto poético, uno que nos justifique ante la vida y nos dé el espesor simbólico que necesitamos para sobrevivir. En lo personal, debo un par de cuentas impagas que espero solventar en los próximos días, como todos. Debo también visitas al médico y realizar algunas compras navideñas, y para la casa. Todo eso me puede provocar angustia, ataques de responsabilidad, sensaciones de fracaso y hasta depresiones. En otras oportunidades hacemos un trámite que visualizábamos como eterno y nos ponemos felices, porque sentimos que todavía tenemos capacidad para resolver problemas. El mundo que nos propuso Kafka en que la vida misma era una experiencia burocrática que nos hacía sucumbir, siempre está muy presente. El Estado moderno, eso sí, ha sofisticado sus modos, la tecnología es de gran ayuda o un sistema de control más efectivo. Pero lejos, a mucha distancia, las deudas afectivas son las más complicadas de pagar. Consignarlas en una hoja o en una pantalla puede ser objeto de sufrimiento. Los sistemas familiares son grandes proveedores de esas deudas, por lo general, impagas. Muchas veces eso se extiende a las redes de amistad y de fidelidad profesional y política.
Como entidad culturosa me toca asistir a una infinidad de presentaciones y lanzamientos de distinto tipo de obras que salen al mercado. En ese tipo de situaciones se produce una gran cantidad de conversaciones que implican deudas, porque tienen la estructura de la negociación práctica que supone una serie de experticias técnicas e inversiones políticas (entiendo la política como sistema de procedimientos y pautas de acción), simbólicas y de recursos retóricos. De circunstancias como esas surgen una gran cantidad de deudas, producto de acuerdos, de complicidades político afectivas, proyectos y conspiraciones (todo proyecto en el fondo es una conspiración), gestos de amor y de odio, y voluntades de producción de obra.
La deuda se acrecienta a medida que uno se hace más viejo y las experiencias conversacionales se estandarizan; recuerdo que las experiencias conversacionales son gran parte del trabajo cultural y político (es mucho más amplio que el lobby, aunque podría contenerlo). Si en este instante hiciera un catastro de lo adeudado, debiera partir por lo siguiente: debo prólogos, reuniones, datos generales, acuerdos, correos, currículos, resúmenes, informes varios, más de alguna sonrisa, un llamado nocturno, uno que otro rasquerío u ordinariez, una fidelidad manipulatoria y quizás un apoyo estratégico, y más de algún regalo navideño y hasta un abrazo de año nuevo.
Cuando uno es fóbico aumenta la conciencia de deuda, el sujeto patológico o el sicópata suele creer que no adeudan nada, al contrario. Hay que tener mucho cuidado con ese tipo de operadores, porque ya no son personas, son sólo agentes de demanda y ambición. De ahí suele surgir un político y/o un artista sin una pizca de pudor y con una voluntad de poder desmedida y con poco asiento en eso que llaman lo real, que todos sabemos que es una zona imaginaria asentada en lo simbólico. Es probable que una novela surja del conflicto de un sujeto acreedor que debe pagar una deuda.
Es posible reducir la vida de las comunidades, como alguna vez apuntó Nietzsche, como una relación entre acreedores y deudores. De ahí esa extraña noción de cobro sentimental con que manipulamos a nuestros cercanos, de donde surgen las culpas y los culpables. En fin, lo por hacer, lo postergado, puede convertirse en un eje de la acción con que combatimos la desafección y la desesperanza.
Marcelo Mellado