No más justicia por nuestras propias manos
La autotutela es una forma primitiva de solución de conflictos jurídicos que consistía, en términos simples, en hacer justicia por sus propias manos. De esta manera, la ley era impuesta por el "más fuerte", ya sea por poder, vigor, inteligencia, etc.. Lo que viene a suplir esta desigualdad son los tribunales de justicia, los cuales resuelven acerca de la inocencia o condena de un imputado.
En sede penal, la autotutela es la peor perversión del sistema. Pero ha sido un mecanismo que ha sido impulsado soterradamente por el sistema político como una forma de resarcir a las víctimas, ya que crea la sensación de que la justicia dejaría siempre libres a los delincuentes. La caricatura de la "puerta giratoria" es una amenaza al Estado de Derecho, en términos de transgredir la dignidad de cualquier ser humano.
En los últimos años hemos visto ciudadanos festinando con las llamadas detenciones ciudadanas, donde se tortura a un supuesto "delincuente" a la vista de todas las personas. Así también, hemos visto la discusión en torno a los vecinos de San Bernardo, quienes siendo víctimas de un portonazo, dieron muerte a su victimario, lo que generó una discusión pública, donde las redes sociales se plagaron del "soy un peligro para la sociedad".
La defensa ciudadana puede derivar a crímenes atroces como el ocurrido en Temuco donde un niño sospechoso de haber violado a una niña de cinco años, fue sometido a torturas por doce horas hasta darle muerte. Estamos en una etapa social compleja ya que existe una concientización del ciudadano que frente a un delito los tribunales no harán nada, por lo cual debemos crear justicia de forma directa mediante el castigo físico directo, como una forma de condenar y hacer sufrir al delincuente por sus "pecados", siendo su tormento un ejemplo para quien se atreva a vulnerar la propiedad, libertad, vida, de sus connacionales.
Hay que entrar en alerta, porque la discusión pública no se ha dado cuenta donde podemos llegar con estos discursos de odio en torno a los sospechosos, que sabemos de dónde vienen, lo cual suma una mayor marginación y discriminación a los mismos de siempre, de lo cual, todos somos responsables.
Rafael Ferrada, abogado
Puente ferroviario
En relación a la caída del puente ferroviario sobre el río Toltén, es lamentable su pérdida, pero más trágico me parece el final que tendrán sus fierros retorcidos que estuvieron al servicio del desarrollo de nuestra Región por 118 años. ¿Acaso no es posible darles un destino más digno para poner en valor su importancia patrimonial?
Gustave Verniory, ingeniero belga, encargado de la construcción del puente relataba en julio de 1895 que el puente a construir en la "interminable y profunda selva de Freire… deberá hacerse sobre fundaciones tubulares por medio de aire comprimido y será una de las obras de arte más grandiosas de Chile". En abril de 1898, durante la construcción de tales fundaciones, el ingeniero y otros trabajadores estuvieron a punto de morir ahogados, en la más absoluta oscuridad y bajo la amenaza de varios metros de agua, pero afortunadamente salvaron ilesos.
El 10 de octubre de 1898 el puente quedó terminado después de 14 meses de construcción y el 13 de noviembre del mismo año el Presidente Federico Errázuriz inauguró el tramo ferroviario de Temuco a Pitrufquén, consagrando el puente como uno de los mayores logros ingenieriles de la época.
En agosto de este año los cansados fierros, testigos silenciosos de nuestra historia, terminaron su misión y ahora, se rematarán por kilo.
Similar a lo ocurrido a Verniory, creo que estamos a punto de ahogarnos en la oscuridad, en un río, pero de ignorancia. Espero que Monsieur Verniory, donde esté ahora, pueda perdonarnos.
Ciro Calderón Watkins, ingeniero ambiental
Inmigración
Si bien nuestro país necesita con urgencia una nueva ley migratoria, también requiere educarse para generar un cambio de mentalidad que le permita llegar a ser una sociedad más inclusiva, plural y hospitalaria.
Objetivo difícil de alcanzar si quien fue la máxima autoridad de Chile y hoy pretende gobernar el país por segunda vez, Sebastián Piñera, descalifica a medio millón de inmigrantes. Me permito ofrecer algunos datos que pueden cambiar esta mirada. Según el Departamento de Extranjería y Migraciones, el promedio de escolaridad de los inmigrantes (13.5%) es mayor al promedio de escolaridad de los chilenos que es de 10.5%.
Las personas que migran lo hacen en edad laboral productivo, por lo mismo no son una carga para el Estado. Por el contrario, se estima que sin el aporte pensional de los inmigrantes, al 2020 nuestro país no tendría como soportar el cuestionado sistema de pensiones. Sumado a lo anterior, hay que decir que muchos académicos han peruanizado la inmigración a Chile. Nada más lejos de la realidad.
Sería lamentable promover sólo una multiculturalidad eurocéntrica y dejar de nutrirnos de un bello arcoíris cultural que puede hacer de Chile un país más culto, hospitalario y entretenido. Bajo este contexto, Chile, no podrá posicionarse como un país receptor y continuará siendo sólo de tránsito, pues para serlo requiere de políticas claras y reconocerse como una sociedad abierta que les permita a los inmigrantes pensar que aquí encontrarán condiciones de vida dignas.
Luis Horacio Franco Gaviria