Se cumplen 30 años del peor accidente de la historia de Chile
CARRETERO. Reviven la trágica colisión que dejó un saldo de 44 fallecidos, ocurrida en el año 1987 en el sector La Cantera de Lautaro. DECLARACIONES. Así lo señaló Daniel Oses, director (s) del hospital local.
Leonel Nualart cargaba bencina en la estación de servicio de avenida Rudecindo Ortega con Pérez Rosales cuando, de pronto, el ruido de las sirenas de los carrosbomba de la Segunda y Quinta lo sorprendió.
Era la mañana del miércoles 21 de enero de 1987 y en ese minuto no sabía que todos los servicios de emergencia de Temuco y la zona se enfrentaban a lo que sigue siendo, hasta hoy, la tragedia carretera con más víctimas fatales que se tenga registro en el país.
Nualart encendió su radio portátil de bombero y escuchó que cuatro carros de Bomberos de Temuco salían a prestar apoyo a un accidente con fallecidos en el sector de La Cantera de Lautaro. Él era capitán de la Cuarta Compañía de Temuco y justo esa semana estaba como capitán de guardia. No podía faltar.
"Al momento en que llegué, ya había un carrobomba de Lautaro. Así que estacioné mi auto a 30 metros del impacto y le advertí a los bomberos que iban a bordo de los carros de Temuco a que esperaran a que yo primero verificara de qué se trataba la situación. Pero la imagen era tan terrible que no me sentí capaz de trabajar en el rescate. Un accidente de ese tipo requería más que mi valentía y valor, requería la sabiduría de expertos en rescate, que no todos los bomberos de Temuco teníamos en ese tiempo", cuenta Nualart, actual superintendente del Cuerpo de Bomberos de Temuco, quien tras observar la situación, le delegó el mando a un capitán de la Tercera Compañía que se hiciera cargo de la emergencia hasta que llegara el comandante.
Al mando
Ese comandante era el actual director honorario y bombero insigne de Chile, Rolando Kiekebusch, quien tenía cuarenta años y ya era un experimentado bombero.
"Cuando llegué, nos encontramos con una colisión frontal entre un camión que transportaba madera y un bus que iba lleno, a capacidad completa, proveniente desde Santiago. Según un camionero amigo, el camión y el bus se levantaron diez metros al momento del impacto, hasta unirse en una masa de fierro y cadáveres que quedaron atrapados. Fue un radioaficionado que llevaba un equipo en su vehículo quien dio el aviso a la Central de Bomberos de Lautaro. Ellos fueron los primeros en llegar y se encontraron con lo mismo que nosotros: una gran cantidad de cuerpos mutilados y diseminados en la carretera, otros varios dentro del bus destrozado, irreconocibles. Era una escena impresionante", rememora Kiekebusch.
A bordo de una de las unidades bomberiles que se dirigían a prestar apoyo desde Temuco iba Marco Espinoza, en ese entonces un joven bombero de sólo 25 años. Iba enfocado en ayudar, pero a la vez, preocupado: su papá era camionero. Por eso, las palabras que comandante Kiekebusch dijo antes de que la tripulación bajara, a modo de instrucción, le quedaron marcadas para siempre. "Antes de que nos bajáramos, el comandante se paró frente a nosotros y nos dijo: "Chiquillos, la situación es complicada. Hay muchos fallecidos. Los quiero a todos con guantes y haciendo un trabajo profesional". Fue algo muy triste. Ese día ni siquiera pudimos comer", rememora el actual cuartelero de la Segunda Compañía de Temuco.
Noticia mundial
El bus era de la empresa Flecha Sur y había salido la noche anterior desde Valparaíso - Viña del Mar - Santiago, con destino a Puerto Saavedra. Los primeros antecedentes señalaban que el vehículo de pasajeros intentó adelantar un camión cargado con harina que iba también hacia el sur, impactando de frente con el camión cargado con madera elaborada que se dirigía hacia el norte, todo esto a la altura del kilómetro 654 de la Ruta 5. El saldo final, de 44 muertos, lo continúa situando como el accidente con más fallecidos de la historia de Chile.
La noticia impactó al país y al mundo. Óscar Ravanal, reportero gráfico de El Austral, recuerda que venía llegando de un trote matutino cuando vio la camioneta del Diario frente a su casa. De inmediato se imaginó que había pasado algo urgente. "Me dijeron que había un accidente con ocho muertos, pero llegamos allá y la escena era peor. Uno trata de sacar las mejores fotos, pero llegando acá me di cuenta que todo era peor de lo que se veía en el momento. Era horrible. Pero había que hacer la pega", comenta Ravanal.
La noticia fue de tal gravedad que ese 21 de enero de 1987 el Diario El Austral debió imprimir ejemplares para entregar una edición especial al mediodía, con los detalles que se tenían hasta ese momento sobre el accidente. Las fotos de Óscar Ravanal dieron la vuelta al mundo y agencias de noticias como AP, Reuters y AFP, dieron cuenta del accidente.
Labores de rescate
"Recibimos la orden de extraer los cuerpos y dejarlos a la orilla de carretera, intentando mantener las identificaciones que estaban en las pertenencias de cada fallecido. Estremecía ver cómo habían quedado las personas. Para el traslado a la morgue de Lautaro, que no dio abasto, tuvimos que echar los cuerpos en una camioneta. No teníamos los implementos ni tecnologías de transporte y comunicación que hay ahora para coordinarse. De hecho, todos los bomberos andábamos con nuestros uniformes que no eran más que chaquetas de cuero y jeans. Toda la ropa se nos tiñó de rojo. Fue un trabajo muy minucioso, estresante y por sobre todo traumático", asegura Fredy Rivas, quien a sus 34 años era tercer comandante del Cuerpo de Bomberos de Temuco.
A 30 años de la tragedia, Rivas sostiene que el accidente marcó un antes y un después en las operaciones bomberiles. "Comprendimos que los accidentes de tránsito se iban a seguir produciendo y a nosotros nos iban a seguir llamando para prestar socorro, por lo tanto el desafío era buscar el conocimiento, técnicas y herramientas para realizar estos rescates de la mejor manera y prepararnos para responder de la mejor forma, incluyendo eso una capacitación para nosotros como personas, a nivel psicológico, a la hora de enfrentar una situación de este tipo", asevera.
En la actualidad, el cargo que Kiekebusch tenía ese fatídico 21 de enero de 1987 es llevado por Claudio Magofke, quien al día de la tragedia era sólo un civil que se enteró del hecho por la prensa.
Hoy, al mando de la institución, Magofke manifiesta que "después de ese accidente vinieron 30 años de capacitación y avance tecnológico para todos los bomberos de la institución. Además, hoy cada localidad cuenta con una unidad de rescate y con voluntarios cada vez más preparados. Por eso, podemos decir que la institución está mucho más preparada que en esa época para una situación así, aunque es algo que, lógicamente, esperamos que nunca vuelva a ocurrir", concluye el comandante.
Dos personas picadas por Fragatas Portuguesas han
sido atendidas en Saavedra
El Hospital Arturo Hillerns de Puerto Saavedra está preparado para atender posibles casos de personas afectadas por la Fragata Portuguesa.
Así lo señaló Daniel Oses, director subrogante de este centro de salud. "En este minuto tenemos sólo dos pacientes, uno confirmado y otro por confirmar, es el caso de dos menores quienes fueron atendidos en el Servicio de Urgencia del Hospital y hoy están con alta médica".
Gioconda Espejo, enfermera encargada de Epidemiología del hospital indicó que "los pacientes que han estado en contacto directo con la Fragata Portuguesa son atendidos en el Servicio de Urgencia, puesto que la picadura es bastante dolorosa. Una vez allí se realiza un lavado con suero fisiológico, y se les entrega un tratamiento ambulatorio a los pacientes que pueden retornar a sus hogares", aseguró.
Existe un protocolo de seguridad, por parte del hospital que contempla el dar aviso a la Seremi de Salud para que entregue la alerta sanitaria correspondiente.