Frente al estrés que produce la exigencia de cumplir con los estudios, trabajo, vocaciones y familia aparece la necesidad de saber cómo distribuir mejor nuestro tiempo. Hay solamente dos respuestas posibles: Decir "no tengo tiempo", o argumentar "no, tengo tiempo".
Notarán claramente que la diferencia entre lo uno y lo otro no es solamente una coma, tiene que ver con una decisión. ¿Pero quién nos ayuda en esta problemática tan real de la que en este tiempo nadie escapa?
Las encuestas sobre uso del tiempo se realizan desde hace varias décadas pero comenzaron a cobrar una importancia creciente a partir de la Plataforma de Acción de Beijing 1995, en la que se insta a los países a "hacer estudios periódicos sobre el uso del tiempo".
En Chile, solamente el año 2015 se levantó la primera Encuesta Nacional Sobre Uso del Tiempo (ENUT). Dentro de varias áreas analizadas menciona el tiempo en casa y resalta que las mujeres en promedio dedican tres horas más que los hombres al quehacer del hogar, y esto independientemente del nivel educacional. Sin embargo, tanto los hombres como las mujeres reducen su participación en este tipo de trabajo en los niveles socioeconómicos más altos.
Es decir, vivimos en una sociedad en que a mayor estatus, menos tiempo para la familia. Si realizáramos una encuesta a nuestros lectores seguro que entre los estudios el trabajo y la familia está lo más importante de nuestras vidas, pero recuerde que "no necesitamos personas profesionales solamente, sino mas bien profesionales que sean personas", y eso lo conseguimos desde las bases de la familia. Nuestros padres, nuestros hijos, nuestros seres queridos, a quienes debemos entregarle nuestro tiempo.
La Biblia menciona que "todo tiene su tiempo" (Ecle. 3:1-11) y que "en sus manos están nuestros tiempos" (Salmo 31: 15). El apóstol Pablo nos aconseja que "aprovechemos bien el tiempo, porque los días son malos" (Ef. 5:15-17). En el escrito sagrado aparecen dos términos relevantes que en griego definen el tiempo: Cronos "lapso de tiempo" y Kairós "momento adecuado u oportuno". Esto me permite poder hacer la siguiente aplicación: "Quizás en cualquier momento o ahora mismo necesites que Dios intervenga tu tiempo".
El siempre estará dispuesto a hacerlo. En un momento de gran crisis laboral y vocacional descubrí algo grande... ¡Tenía esposa e hijos! Y entendí una de las dos respuestas posibles: "Sí, tenía tiempo".
Juan Fuentes N.,
presidente Consejo de Pastores de Purén