Desde que entró en vigencia la Ley Indígena se ha restituido el 35% de la demanda histórica
COMPRA DE TIERRAS. Consejero de la Conadi dice que se han devuelto 176.539 hectáreas de 500 mil.
La Presidenta Bachelet en su mensaje al país anunció que bajo su Gobierno la restitución territorial de los pueblos indígenas ha sido la más alta con 33.464 hectáreas y que se proyecta alcanzar 45 mil.
Dicha cifra fue valorada por el consejero de la Conadi, Marcial Colil, ya que a su juicio "cada metro que se le compra a las comunidades es un pedazo de tierra que alguna vez fue usurpado".
Sin embargo, dicho avance resulta marginal al realizar un balance del progreso que ha tenido el Fondo de Tierras de la Conadi a través del artículo 20 letra b de la Ley Indígena, normativa que entró en vigencia en 1994.
El artículo 20 letra b de la Ley Indígena corresponde a un subsidio que permite resolver conflictos por la propiedad de la tierra, entre un particular y las comunidades indígenas, localizadas en las regiones del Biobío, La Araucanía, Los Lagos y Los Ríos.
DEMANDA HISTÓRICA
Así lo explica el consejero de la Conadi, José Millalén, quien acota que después de 23 años se ha restituido, a través del artículo 20 letra b de la Ley Indígena, sólo el 35% de la demanda histórica del Wallmapu beneficiando a 471 comunidades.
La demanda territorial histórica asciende a las 500 mil hectáreas, distribuidas desde el Biobío a Los Ríos, y su cálculo se remonta a 1883. "Si vamos al hecho histórico de la ocupación de La Araucanía, desde el Biobío al sur, el pueblo mapuche ocupaba sobre 5 millones de hectáreas, pero con el procesos de reducción y la entrega de los Títulos de Merced, esas tierras se redujeron a 500 mil hectáreas, hablamos entonces del 10% de territorio histórico", argumenta Millalén.
En total, son 820 las comunidades que están en proceso de compra, en distintas etapas del proceso del artículo 20 letra b de la Ley Indígena y los recursos que se destinan anualmente son muy reducidos, lo que explica esta alta demanda.
"Este año el Fondo de Tierras tiene un presupuesto de 80 mil millones de pesos y, al final, lo que se alcanza a comprar beneficia entre 30 y 40 comunidades, eso sin contar que todavía hay otras 1.500 comunidades que aun no solicitan el subsidio", detalla Millalén.
Siendo este el ritmo de compra del Fondo de Tierras surgen los inconvenientes de que dicha política, la cual no posee una fecha de término y sus recursos son insuficientes para una demanda permanente.
"Este es un modelo chileno post dictadura, en donde se determinó que la reparación histórica sería vía compra de tierras y por eso su solución es de muy largo plazo. A eso hay que agregar la especulación de los precisos y la falta de recursos", remata.
Otro de los inconvenientes que enfrenta esta reparación es la distorsión que genera la creación de comunidades indígenas con un grupo determinado de familias. "Eso ha creado una proliferación de comunidades con personalidad jurídica y así es como están las cosas hablamos de una demenda infinita que colapsará el sistema", sentencia Colil.
Asimismo, el consejero afirma que este mecanismo "no permite contextualizar la demanda indígena relativa a las tierras ancestrales y sobre este tema se han pronunciado hasta relatores de Naciones Unidas, pero hasta ahora no hemos tenido una respuesta respecto de los cambios que hay que hacerle a la Ley Indígena en donde hay que avanzar hacia otras formas de restitución que no sea sólo la compra y para eso se necesita discutir en profundidad".
Para la dirigenta agrícola de Malleco, Gloria Naveillán, en tanto, la situación posee matices de gravedad que van más allá del pueblo mapuche, porque, a su juicio, "las tierras que compra Conadi salen del circuito productivo y ningún agricultor puede arrendarlas".
Agregó que "la situación productiva de Malleco es terrorífica y debiera ser un punto de preocupación para cualquier gobierno, ya que no comemos celulares, sino comida que producen los agricultores".
Autodeterminación
El presidente de las SNA, Ricardo Ariztía, en el marco de la política de devolución de tierras, señaló a El Austral que "La Araucanía seguirá siendo más pobre si se siguen entregando tierras sin herramientas para trabajarlas".
Al respecto, Richard Caifal, director de Enama, dijo que "las tierras no se entregan, la compra de tierras forma parte de un proceso de devolución. La riqueza y desarrollo de la Región y el pueblo mapuche serán visibles cuando se haga efectiva la ley que señala expresamente desde el año 2009 que somos los mapuches los que tenemos el derecho de decidir nuestras propias prioridades en lo que respecta a nuestro desarrollo económico", enfatiza Caifal.
Añadió que "a la fecha sólo hemos tenido asistencialismo, por ello, es importante que el derecho de autodeterminación se haga efectivo para que seamos nosotros los que podamos ser protagonistas del desarrollo".
Opinión que comparte Aucán Huilcamán, quien criticó la opinión de Ariztía. "Es una visión mercantil de explotación sin control de la tierra. Para los mapuches La Araucanía es su casa, es la madre tierra, con el pensamiento y acciones de Ariztía destruiríamos La Araucanía, tanto sus ecosistemas, la biodiversidad y eso no es posible", dijo.