"Este libro no se escribe desde el papel de víctima, es una reparación en resistencia"
Matías Catrileo Quezada muere el 3 de enero de 2008, tras recibir un balazo por la espalda durante un proceso de recuperación de tierras en el Fundo Santa Margarita en Vilcún. Una década más tarde el historiador mapuche Fernando Pairican presenta su biografía; 145 páginas en las que entrega claves de quién fue Matías, cuáles fueron sus orígenes y experiencias de vida. Todo esto entrelazado con el contexto histórico y sociopolítico que se vivía en Wallmapu, Chile y América Latina.
Hijo de Mario Catrileo y Mónica Quezada, Matías crece en la comuna de La Florida hasta que en 2005, tras terminar sus estudios en el Liceo José Victorino Lastarria, ingresa a la carrera de Agronomía en La Universidad de La Frontera en Temuco.
-En la biografía recoge los testimonios de su familia, amigos y activistas de la CAM, ¿en qué coinciden esas declaraciones?
-Quienes lo conocieron, como Felipe Cárcamo, un amigo punk, que es una de las identidades más fuertes que tuvo Matías, describe su capacidad intelectual. Sus amigos de cuando realizó el servicio militar plantean lo mismo, además de su capacidad de reflexiones políticas y obviamente la militancia mapuche. Incluso un profesor que tuvo en la universidad me dijo que Matías estaba por sobre el promedio, y me reforzó que él no dejó la universidad porque le fuera mal, Matías dejó de estudiar por otros intereses.
-¿Quién fue Matías Catrileo?
-Yo creo que Matías, y tal vez ésta es la hipótesis subterránea del libro, responde a la emergencia indígena en América Latina y al movimiento mapuche en particular. Pienso que es una autoridad política mapuche intelectualmente construida, y por lo tanto hace recíproco el discurso ideológico que va emanando del movimiento mapuche. Matías fue crítico desde muy temprana edad y también se hace parte desde una ofensiva intelectual y eso hace que tal vez sea un joven en el que se refleja muy bien la emergencia indígena de América Latina.
-¿Cómo llega a participar en la recuperación de tierras?
-Yo creo que es clave una cosa, Matías como es muy agudo intelectualmente y quiere entender lo que está pasando en Chile, siempre fue crítico al modelo y lo afronta en su adolescencia desde el punk, donde lo mapuche también estaba presente. Matías ocupaba una chaqueta de mezclilla con un kultrun dibujado, siempre buscaba lo mapuche. El capítulo que más me gustó corresponde al año 2002, cuando deja de estudiar en el Liceo Lastarria y hace un curso de mapudungun, en el que comienza a entender la política y la cultura mapuche. Yo creo que en el 2002 Matías comienza a tratar de entender lo mapuche, la muerte de Alex Lemún lo impacta y ahí es cuando decide estudiar en La Frontera, es su opción venir a Temuco, y aquí se empieza a vincular de manera muy rápida a los hogares mapuches, a las políticas mapuches, y después -definitivamente- a la militancia mapuche en la Coordinadora Arauco-Malleco.
Compromiso
-¿Qué consecuencia tiene para la causa mapuche la muerte de Matías Catrileo?
-Es un poco trágico, al analizar el libro y la muerte de Matías, saber que era una persona muy joven y muy buena. Una de las cosas de las que me di cuenta es que era una persona muy comprometida y de palabra. Matías representa contravalores en una sociedad culturalmente muy neoliberal y una de las cosas que me llamó la atención como su biógrafo es que es una persona súper coherente, del discurso a la práctica.
-Tras la muerte de Matías, su familia inicia un "largo y duro camino", ¿qué piensan a 10 años de su asesinato?
-Yo creo que hay un tema de impunidad, y eso está muy bien contado en el último capítulo, hay un intento de dejar en la impunidad y evitar la responsabilidad de la policía en la muerte de Matías. Walter Ramírez, como dicen ellos, estuvo 24 horas detenido, estuvo medianamente protegido por Carabineros, quienes finalmente lo desvinculan. Yo creo que en la familia siempre hay una sensación de intento de impunidad y una ausencia de reparación honesta de parte del Estado frente a lo que sucedió con su hijo. Pero, creo que la familia hizo una cosa muy interesante, no le gusta el papel de víctima, y este libro no se escribe en esa reparación, en el estilo negativo de la víctima, sino que es una reparación -uno podría decir- en resistencia. Los intentos de impunidad se revierten con lucha, con resistencia, y este libro, esta memoria histórica es parte de eso. Creo que eso es algo que la familia ha sostenido durante estos 10 años y habla muy bien de ella.
"Matías era muy joven, estaba en un proceso de ebullición social, política. Tenía proyectos: salir con su pareja, tener hijos, vivir en el campo. Era un reche". "Su mundo, el de la adolescencia, es el de los acelerados cambios de la década de los noventa, y eso es súper importante para poder comprenderlo". "Matías es universal. Hay un colectivo en el Lastarria. Le han dedicado canciones. Jaime Huenún y Elicura Chihuailaf, por ejemplo, han escrito poesía en su honor"."
Presentación en Temuco
Hoy, a las 17 horas, en el Hogar Pelontuwe (Las Encinas 1020), se presentará La biografía de Matías Catrileo, investigación de Fernando Pairican que se enmarca dentro de la colección Pensamiento Mapuche Contemporáneo de Pehuén Editores -que dirige el propio historiador-; un aporte para el conocimiento de la vida política de un estudiante y miembro del movimiento mapuche asesinado en 2008, así como para "la comprensión de la criminalización por parte del Estado a un conflicto social que ha utilizado la violencia política como instrumento".
década Una
del asesinato de Matías Catrileo se conmemoró ayer en La Araucanía. 23
años 145