Camilo Garrido Maldonado
Con la instauración de las reformas educacionales y un nuevo gobierno que asumirá mañana, queda latente el deber de mantener y mejorar la calidad de la educación. Esta es una de las reflexiones que el rector de la Universidad de La Frontera, Sergio Bravo, entregó al dar la bienvenida al año académico que, como es tradicional, celebró junto a funcionarios de la casa de estudios en dependencias del campus en Temuco.
En su alocución, la autoridad universitaria aludió a los cambios que sufrirá el país, como la nueva administración del Presidente Sebastián Piñera, la que Bravo espera que "continúe en la senda de asegurar un mejor bienestar económico y la calidad de vida de la totalidad de los ciudadanos del país".
En materia educacional se refirió a lo que espera de las ya aprobadas leyes de Educación Superior y la de Inclusión, las que consolidan la gratuidad en diversos niveles escolares. Para ello, Bravo aconsejó avanzar al interior de la institución trabajando dos conceptos: el acomodo (con las nuevas autoridades) y el reconocimiento (de sus propios estilos de trabajo).
"Las nuevas leyes instalarán una compleja red de regulaciones consideradas en la nueva legislación, además de inducir y promover una más profunda coordinación entre las universidades estatales y las necesidades de la Región y del país", indicó el rector.
Cambio y conducción
A propósito de este cambio político, Bravo llama a los integrantes de la comunidad ufroniana a saber sobrellevar los venideros procesos de vinculación con los servicios públicos. "Es imperativo articular la responsabilidad de conducirnos, con la acción reguladora que ejercerá el Estado sobre nuestras instituciones públicas. Satisfacer las tareas impuestas por las agencias públicas, demandará de altos niveles de eficiencia", dijo.
Y esa conducción, agregó, se debe ajustar a lo dispuesto por el nuevo cuerpo legal, "muy especialmente en lo relativo a la instalación de un nuevo Sistema de Calidad y el renovado perfil que debe asumir la Formación Inicial Docente".
En el resto de su intervención, el rector Bravo mencionó tareas propias de la Ufro, como intensificar su rol de autofiscalización para afianzar su sello de calidad. "La autorregulación nos obliga a conocer más profundamente nuestros procedimientos, delimitar con mayor precisión las responsabilidades e impulsar, con evidencias confiables, las transformaciones que necesitamos. En períodos de transición, la ventaja de conservar el timón es incalculable", consignó.
Quien también opinó sobre el futuro político y educacional fue el obispo Héctor Vargas, quien deseó al Presidente Piñera "que parta de todo lo positivo que han hecho los anteriores, sean del mismo o de otro signo político (...) que traiga novedad para que los avances que se han hecho, y otras cosas en las que no se logró avance, sí se puedan hacer".
Respecto a las reformas educacionales, monseñor Vargas deseó que la nueva administración "pueda tomar lo positivo de ellas, pero también hacerse cargo de los problemas y dificultades que hay respecto de lo que se ha legislado y de lo cual no siempre hemos estado de acuerdo".
Reconocimientos
Durante la ceremonia de inicio del año académico, la Ufro reconoció a dos docentes de su propia institución: el médico cirujano, doctor Guillermo Soza Contreras, quien ejerció como docente en la exsede Temuco de la Universidad de Chile; y al ingeniero mecánico René Cifuentes Bobadilla, quien trabajaba cuando aún existía la Universidad Técnica del Estado con sede en la capital regional.
Ambos docentes fueron condecorados con la medalla "Trayectoria Académica" por su calidad de maestros que extendieron por más de 15 años ininterrumpidos en la Universidad de La Frontera y su contribución al desarrollo y mantenimiento de sus áreas de investigación.