Apicultura urbana
Esta actividad ha alcanzado un desarrollo impresionante gracias a la calidad de los productos conseguidos aprovechando las potencialidades alimentarias.
En cualquier ciudad de La Araucanía la presencia de una colmena suele asustar y se procura su pronta erradicación; absolutamente lo contrario de lo que sucede en las grandes capitales y ciudades del mundo, donde la apicultura urbana ha alcanzado un desarrollo impresionante gracias a la calidad de los productos conseguidos aprovechando las potencialidades alimentarias de sus parques y jardines.
Edificios tan famosos como el Waldorf Astoria, la Tate Gallery y el palacio de Buckingham en Londres o la Ópera de Paris tienen sus propias colmenas con una miel de excelencia, no contaminada, aprovechando las múltiples terrazas y azoteas.
Cabe recordar que en 2007 comenzó en Estados Unidos el Síndrome de Despoblación de Colmenas, extendiéndose al resto del mundo, con mortandades que van desde el 30 al 80 por ciento, ya sea por la varroa, el cambio climático o los neonicotinoides, insecticidas introducidos en los 80 y que afectan el sistema nervioso de las abejas, haciéndolas perder el camino de regreso a casa.
Queda claro, entonces, que el campo ya no es un hábitat seguro para las abejas y que, en compensación, se abre la opción de las ciudades. Por cierto que ello requiere en La Araucanía de una nueva forma de mirar a estas trabajadoras incansables, ya como amigas y no considerándolas un riesgo; su éxito dependerá de que dispongan de suficiente alimentación para producir una miel libre de contaminantes, evitando futuras sobrepoblaciones.
Los números asombran: en Londres ya hay más de cinco mil colmenas; Paris, Berlín, Bruselas, Viena y otras ciudades viven crecimientos explosivos. En Asia, Hong Kong, Tokio, Bangkok y otras urbes se suman a la apicultura urbana. En Chile se conoció la campaña Polinicemos Chile, fomentando el cultivo de ciertas plantas para alimentar a las abejas urbanas, a cargo de la Fundación Plan Bee, pensando en que las abejas de la ciudad son más productivas que las del campo gracias a la ausencia de pesticidas.