"Comparto la tristeza del pueblo boliviano, se les vendió una expectativa que no es real"
El paceño Rogelio Medina es el entrenador de la Selección Nacional de Rácquetbol y está radicado junto a su señora en Temuco hace cinco años. Ayer hizo un alto en sus funciones en el complejo deportivo G2, ubicado al interior del Parque Estadio Germán Becker, para compartir con El Austral sus impresiones, tras el fallo de La Haya.
Su sentimiento era de total tristeza por su pueblo natal, pero no por el veredicto que le dio el favor a Chile, sino por las "expectativas irreales" que generó el Presidente Evo Morales.
Medina explica que la necesidad de volver a tener mar está en el ADN de los bolivianos y que es algo que se les inculca desde la más tierna edad, por lo tanto, coincide con Morales que "es una aspiración pendiente", pero no está de acuerdo con la estrategia utilizada por el mandatario altiplánico, debido a su "utilización política".
Y como la esperanza es lo último que se pierde, este boliviano que en septiembre tramitará su nacionalidad chilena, deposita su anhelo marítimo -el que, a su juicio, puede ser o no con soberanía- en las futuras generaciones de chilenos y bolivianos. Tiene fe en que un entendimiento "solidario" con "compensaciones", lejos de la actual elite política de ambos países, pueda dar fruto algún día.
- ¿Qué le pareció el fallo de La Haya ?
- Comparto la tristeza del pueblo boliviano. Se les vendió una expectativa que no es real: El pensar que, a partir de esta demanda, íbamos a tener acceso al mar. No me entristece el fallo, porque era una posibilidad y tampoco cambiaría las cosas. Ningún país puede obligar a otro a ceder su territorio, pero esto no implica que Bolivia renuncie a su ideal del mar.
- ¿Cuál es el origen de este ideal?
- El mar es un tema sensible para nuestro país. Durante nuestra infancia y juventud se nos inculca este amor a un ideal que es recuperar el mar. Sin embargo, el estar en Chile me ha permitido ver el otro lado de la moneda: acá el mar no es tema, es historia pasada. Ahora, hay que ser honestos, porque los historiadores cuentan dos historias diferentes. Yo no sé quién tiene la razón, pero creo que los recursos naturales son de la humanidad. Las rencillas hay que dejarlas en el pasado. Hoy hay una nueva generación de jóvenes, en ambas naciones, que poseen otra visión.
- ¿Confía que estas generaciones cambien el curso de la historia?
- Me parece que la ven desde la perspectiva de la integración y no como los políticos que están pegados en la rencilla marítima. El tiempo ya no está para peleas absurdas, es tiempo de conversar y de integrarnos como naciones hermanas. Hay chilenos que me han dicho "le damos mar", pero luego me preguntan "a cambio de qué". Entonces, pienso, que se puede hallar una fórmula para entablar ese diálogo. No sé si mar con soberanía, pero puede ser a cambio de gas, por decir algo. A eso me refiero, con una conversación clara y con metas reales.
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"No me entristece el fallo, porque era una posibilidad. Ningún país puede obligar a otro a ceder su territorio. Pero esto no implica que Bolivia renuncie al mar"."