El Austral
Después de una larga jornada marcada por bochornosos incidentes que incluyeron el apedreamiento de un bus que transportaba a uno de los equipos, la Conmebol decidió suspender la final de la Copa Libertadores entre River Plate y Boca Juniors, tras un acuerdo entre ambos clubes.
El encuentro debía disputarse a las 17 horas de ayer, sin embargo en los momentos previos a la llegada del cuadro de Boca Juniors al estadio, el bus que los transportaba fue rodeado por hinchas de River, quienes lanzaron piedras contra los ventanales de la máquina, registrándose lesiones en algunos de los jugadores xeneizes, quienes incluso se vieron afectados por el gas lacrimógeno que lanzó la policía para intentar dispersar a los barristas que agredieron el vehículo.
Lo anterior obligó a retrasar la hora del encuentro en dos oportunidades, hasta que finalmente se decidió por parte de la organización el suspender el encuentro y fijarlo para las 17 horas de hoy.
Un infierno
Los jugadores de Boca Juniors vivieron un verdadero "infierno" en su arribo al estadio Monumental, cuando hinchas de River Plate atacaron con piedras y diversos elementos el bus que los trasladaba.
Si bien ya se había divulgado una serie de imágenes del momento en que los seguidores "millonarios" agredieron el vehículo rival, posteriormente se conoció un video que mostraba por dentro cómo el plantel "xeneize" pasó el escándalo. En el registro se ve a los jugadores de Boca cantando con euforia en su arribo al reducto deportivo, hasta que el bus pasó cerca de los hinchas de River. Ahí comienza el sufrimiento: piedras, vidrios rotos, jugadores heridos y el llamado desesperado "a un médico". Eso, a sólo horas de la final de vuelta por la Copa Libertadores 2018.
Los incidentes se produjeron a pocos metros del estadio de River, lo que produjo la respuesta de los efectivos policiales que se encontraban cerca, quienes lanzaron gases lacrimógenos. Carlos Tévez fue uno de los jugadores más afectados con los gases.
Se espera que hoy finalmente se pueda jugar el partido de vuelta, tras el empate 2-2 en la Bombonera. La seguridad será clave para evitar un nuevo bochorno.