"Vengan a mí los que están cansados y agobiados y yo les daré descanso" (Mt 11,28). Ha llegado el verano y, juntamente con él, la posibilidad de tomar un tiempo de merecido descanso. En este sentido invito, en primer lugar, a valorar el tiempo que podamos tener para nuestras merecidas, e incluso "necesarias", vacaciones.
No obstante, hay que decir también que tan importante como tener la posibilidad de un tiempo para descansar, es "saber descansar". Efectivamente, en muchas ocasiones me he encontrado con personas que dicen sentirse más cansados después de las vacaciones, que antes de tomárselas. Por lo tanto, ¿qué tenemos que hacer? Se podrían decir muchas cosas, sin embargo, quisiera referirme sólo a tres:
Podemos comenzar con el ejercicio de la contemplación de la naturaleza. Si la miramos con los ojos de la fe encontraremos fácilmente las huellas de Dios, particularmente en nuestra Región tan bendecida por el Creador. Recuerdo, a este respecto, las palabras del Santo Padre, el Papa Francisco en su visita a Temuco, el 17 de enero de 2018, cuando refiriéndose a nuestra región expresaba: "Tierra bendecida por el Creador con la fertilidad de inmensos campos verdes, con bosques cuajados de imponentes araucarias… sus majestuosos volcanes nevados, sus lagos y ríos llenos de vida".
Por otra parte, el tiempo de vacaciones es propicio para el cultivo y fortalecimiento de la amistad y, sobre todo, de la familia.
El tiempo de vacaciones puede transformarse, también, en un "tiempo sagrado" para que los creyentes podamos profundizar nuestra fe, en la oración (personal y en familia), la lectura meditada de la Sagrada Escritura, la participación en la Santa Eucaristía, la búsqueda de la reconciliación con Dios, en el sacramento de la Confesión, etc.
Roguemos a Dios que nos conceda la sabiduría que viene de Él, para que el tiempo de vacaciones sea un momento propicio para "reposar", es decir, para volver a posarnos en las manos de Dios, donde encontraremos la paz, la serenidad, el descanso para nuestro espíritu que tanto necesitamos. Vienen a mi recuerdo las palabras del Papa Benedicto XVI: "¡En este verano, no pongáis a Dios de vacaciones. Pensad en rezar y en ir a misa los domingos! Que la Virgen María, modelo del corazón que escucha, nos acompañe en nuestros caminos humanos!".
Que Dios les bendiga con un fructífero tiempo de descanso, que les haga mirar el futuro con mayor fe y esperanza.
Héctor Vargas obispo de Temuco