Varias comunas del país están empeñada en buscar solución al viejo problema de la existencia de cables del tendido eléctrico y de telecomunicaciones en el centro de la ciudades, que provoca un notable efecto antiestético e incluso puede ser -y ha sido- motivo de accidentes al colgar a baja altura y ser arrastrados por vehículos mayores.
La proliferación del cableado ha llegado a extremos inaceptables. Parte importante de él está en desuso y por ello es motivo de reclamo de buena parte de la población. La maraña de cables inútiles se suma a los que sí proveen algún servicio, pero cada vez que son reemplazados los antiguos siguen en su lugar.
Ya en 2012 la Subsecretaría de Telecomunicaciones, ante las múltiples consultas de municipios y particulares, envió un oficio sobre el cableado en desuso de las concesionarias y empresas de telecomunicaciones y, en caso de que se requiera, ordenar su retiro.
En efecto, se especifica que el cableado en desuso ya se considera "escombro" y puede ser ordenado su retiro a costa de la concesionaria, según las facultades que tienen las municipalidades, conforme a la ley orgánica que las regula. En esa ocasión la Subtel recomendó a las empresas el retiro de los cables en desuso, pero resulta evidente que el consejo no prosperó.
Una de las recomendaciones fue la formación de mesas de trabajo entre las concesionarias y los municipios para buscar la mejor forma de intervenir los sectores que corresponda, hasta asegurar el retiro total de esos "escombros", incluyendo la presencia de cables cortados que cuelgan, contaminan visualmente y constituyen un peligro.
De acuerdo a los antecedentes de que se dispone, aproximadamente un 40% de todos los cables que se aprecian desde la calle está en desuso y en muchas comunas se ha estado trabajando en eliminarlos, como ocurrió en Santiago durante 2014. Es de esperar que se pueda solucionar este problema que afea principalmente los centros cívicos de las ciudades.