Damián González
Conocido como árbol emperatriz o paulownia tormentosa, el kiri es todavía en nuestro continente una especie desconocida.
Sin contar con estudios acabados en nuestro país, este árbol autóctono de China es actualmente cultivado de manera experimental en México, Colombia, Venezuela, Brasil y Argentina, con el propósito de explorar científicamente la veracidad de sus prometedoras cualidades, que pueden resumirse en un eslogan tan aspiracional como atingente a nuestros tiempos: "El milagro que podría salvar el planeta".
"Podría ser de gran ayuda contra el calentamiento global, la contaminación y la desertificación del planeta", cuenta Renato Muster, técnico agrícola independiente de Temuco y representante de EcoStore, pequeña empresa que busca insertar el kiri como una alternativa a la descontaminación.
"Llevamos dos años germinando y aprendiendo de esta planta de una manera amateur. Tenemos mil plantas listas en nuestro campo en Mañío Chico (camino a Cholchol) y nos siguen llegando más semillas. Ahora buscamos apoyo de Corfo o Sercotec para seguir creciendo", agrega Muster.
Ventajas
Entre las cualidades más notables del kiri, se destaca su eficiencia a la hora de realizar la fotosíntesis. Este árbol consume 10 veces más CO2, principal gas de efecto invernadero, y produce más cantidad de oxígeno que la media de otros árboles. Un árbol adulto puede llegar a capturar 21,7 kilos de CO2 cada día, lo que convierte en 6 kilos de oxígeno.
"También es considerado un cortafuego natural, ya que se combustiona sobre los 420°C. Es conocido como el aluminio de las maderas ya que tiene un peso ligero y es muy resistente. Pero en lo que más ayuda, es a borrar la llamada huella de carbono", cierra Renato Muster.