Durante la semana pasada se dio a conocer que las cifras del índice de precios al consumidor, correspondiente al mes de agosto y septiembre del 2018, habían sido manipuladas en un 0,1%, lo que ocasionó que en el general anual llegáramos de un 2,4% a un 2,6%. Esto por cierto genera que hayan alteraciones en los valores de todas las operaciones que realizamos, cualquiera sean, desde las más comunes hasta las más complejas, tanto así que las replicas de una acción irresponsable como esta, ocasionan cambios que se reflejan en el valor de un kilo de pan que compremos o una vivienda, puesto que con estos valores los organismos encargados contienen entre muchas otras aristas, el precio de la inflación.
Esto nos lleva a la reflexión oportuna que cada una de las acciones de nosotros tiene consecuencias, y la única diferencia entre las consecuencias de las acciones nuestras y las de otros, radican en el hecho de quienes se verán afectados, porque puede ser que una acción personal solo me involucre a mí, o solo a mi familia, o a mi entorno cercano o como en este caso de la manipulación del IPC a todo un país.
Reflexionando sobre esto, recuerdo lo relatado en el libro de Mateo 28: 11-17. "Era el primer día de la semana, justo cuando Jesús había resucitado y los guardias después de haber sido testigos presenciales de su resurrección, fueron a la ciudad, y dieron aviso a los principales sacerdotes de todas las cosas que habían acontecido y reunidos con los ancianos, y habiendo habido consejo, dieron mucho dinero a los soldados, diciendo: Decid vosotros: Sus discípulos vinieron de noche y lo hurtaron, estando nosotros dormidos. Y si esto lo oyere el gobernador, nosotros le persuadiremos, y os pondremos a salvo. Y ellos, tomando el dinero, hicieron como se les había instruido. Este dicho se ha divulgado entre los judíos hasta el día de hoy. Pero los once discípulos se fueron a Galilea, al monte donde Jesús les había ordenado. Y cuando le vieron resucitado, le adoraron".
Cabe señalar que habiendo existido dolo en la decisión de estos hombres en ocultar la verdad, lo que sin duda ha generado que muchos hoy dudan de su resurrección, aún así, siempre han habido personas que han creído esta verdad que trae esperanza y verdadero sentido de vida por el solo hecho de creer en Jesús (I Juan 5:20), esa es la razón por la que los verdaderos discípulos al verlo resucitado, lo adoraron.
Finalmente quiero señalar que por más engaños, mentiras, manipulaciones y ambigüedades que existan en el mundo, siempre recordemos que al final la verdad triunfará.
Pablo Pinto Salamanca, pastor presbítero