Frases
"En todos los locales hubo una baja de un 70% desde el 16 de abril".
Cristián Lavanderos,
"La gente está tomando consciencia, se está preocupando de mejorar su combustible y eso se valora".
Richard Caamaño,
"En todos los locales hubo una baja de un 70% desde el 16 de abril".
Cristián Lavanderos,
"La gente está tomando consciencia, se está preocupando de mejorar su combustible y eso se valora".
Richard Caamaño,
Un antecedente que debiera conmovernos nos revela que los accidentes viales son la principal causa de muerte en jóvenes chilenos entre 20 y 24 años. Son personas que pierden su vida en la plenitud de sus existencias.
El dato de la Conaset (Comisión Nacional de Seguridad del Tránsito) es frío y tiene más detalles. Buena parte de estos hechos es provocada por jóvenes que recién inician su desarrollo. Los accidentes son terribles porque cercenan a familias y amigos por completo. Difícilmente podría decirse que solo lo sufre quien termina padeciendo el incidente.
La cadena es mucho más larga: padres, hermanos, abuelos, primos, sobrinos, amigos y amigas son también víctimas de cada una de estas tragedias que cada día nos impactan.
La Región no es la excepción. Cada mes conocemos de algún hecho que cobró la vida de algún joven, o porque el perjuicio sufrido es de tal magnitud que cambiará para siempre su futuro.
Se trata de muertes y tragedias que no nos pueden dejar impávidos, porque son situaciones que pueden evitarse.
La mayor cantidad de eventos está relacionada a malas prácticas de manejo, como el consumo de alcohol y drogas, falta de sueño, exceso de velocidad y una actitud displicente al conducir. Es lamentable, pero estas causas son repetidas en este tipo de hechos, en especial cuando se trata de personas en desarrollo.
La solución no pasa por tener más policías en las calles, sino por crear una cultura preventiva, de responsabilidad, que eduque a niños, adolescentes y jóvenes a ser conscientes que conducir exige madurez por los riesgos que eso implica.
Se trata de un desafío posible de cumplir. Aunque sea solo una muerte, se trata de una persona, de un joven que no veremos crecer, se trata de una vida segada y un impacto incuantificable sobre sus seres queridos. No se trata de infortunios, sino de una mala práctica que debemos desterrar de nuestras conductas y calles a fin de poner coto a una sangría de muerte y dolor que sí podemos evitar.
Esta semana fuimos golpeados por el serio avance de la drogadicción en nuestra juventud. Una barrera que impide cualquier progreso social amplio: el impacto devastador en las personas y en la desintegración del tejido social. Estas no solo obstaculizan y destruyen la salud física, sino que puede impedir cualquier avance estable en el bienestar mental o espiritual. La investigación ha demostrado que el elemento más destructivo presente en nuestra cultura actual es la droga. Su consumo es solo una respuesta falaz a la falta de sentido positivo de la vida.
Un primer paso es que la persona recupere su autoestima y su dignidad, llevándola al descubrimiento o redescubrimiento de la propia dignidad de ser humano; ayudarle a hacer resurgir y crecer como sujeto activo, aquellos recursos personales que la droga había sepultado, mediante una confiada reactivación de los mecanismos de la voluntad orientada hacia seguros y nobles ideales. La verdad sobre el hombre y sobre Cristo debe estar en el centro de una recuperación íntegra.
En una sociedad que busca la gratificación inmediata y la propia comodidad a toda costa, se ha perdido el sentido de la vida, y se vacía la persona de su dignidad, llevándola a la frustración y a la vía de la autodestrucción. El suicidio como segunda causa de muerte de nuestros jóvenes, es un dramático indicador. En una sociedad así, la droga es una fácil e inmediata, pero mentirosa, respuesta a la necesidad humana de satisfacción y de verdadero amor. Lamentablemente la referencia a la espiritualidad, con sus virtudes de fe, esperanza y amor, los valores morales en la relación entre las personas, y los del sufrimiento, tan importantes para la madurez y fortaleza, son vistos como antivalores o cancelados.
Las tareas propuestas son: prevención, rehabilitación, atención a su familia, y vigilancia al tráfico de drogas. La escuela y los profesionales deben poner sus mejores esfuerzos en esta noble tarea de salvaguardar la vida humana, la naturaleza y el bienestar de la sociedad. La familia tiene un rol insustituible en la prevención, ya que la educación y promoción de los valores auténticamente humanos le concierne en primer lugar.
Al centro de este drama se encuentra un ser humano, que no obstante, sigue siendo sujeto único e irrepetible, con su interioridad y específica personalidad, objeto del amor de Dios. Si el tóxico dependiente tiene problemas para amar en el modo justo, porque no ha sido amado en el modo justo. Todos somos responsables.
Héctor Vargas, obispo de Temuco
El ingeniero jefe de distrito Temuco de la Empresa de Ferrocarriles del Estado, Eliseo Carrasco, emitió una breve declaración ayer sobre la paralización momentánea del servicio de trenes en todos los ramales de la Novena Región por falta de carbón. Solamente permanece en funcionamiento el tren 84 Victoria- Lonquimay.
Dos pacientes de la capital regional que fueron atendidos en centros de salud privados son los nuevos casos confirmados de Influenza Humana en La Araucanía.
La cifra de contagiados se eleva a tres y en Chile hay un total de 276 portadores del virus de la Influenza Humana A- H1N1.
El Presidente Sebastián Piñera espera que la Ley Antiterrorista "sea aprobada pronto" en el Congreso. Lo anterior fue parte de la primera cuenta pública del Mandatario, la cual tuvo una extensión de más de dos horas. También dijo que se incorporará a los pueblos originarios en la administración de los parques nacionales.