Correo
Agradece a Conac
No es tarde para agradecer a la Conac, Corporación Nacional del Cáncer, la gestiones que realizaron en su momento hace ya 16 años cuando mi padre enfermó de cáncer al pulmón.
Me facilitaron un estanque pequeño de oxígeno para los traslados desde el campo hacia la ciudad para los controles, me prestaron también un manómetro para la presión de los tubos grandes de oxígeno, además de capacitación y apoyo cuando lo necesité.
Muchas veces algún conocido de los sectores rurales me comentó que tuvo un familiar en el Hogar de la Conac, porque no había cupo en Hospital Regional.
Ahora que tendrán que cerrar la Casa Rosada que sirvió de acogida a tantos pacientes, solo queda agradecer todo lo que en estos años han entregado a quienes no teníamos recursos para enfrentar la enfermedad del cáncer, por su esfuerzo y dedicación, por su profesionalismo y esperando que la comunidad apoye la gestión de sus voluntarias, funcionarias y de su presidenta en las actividades que seguirán desarrollando en favor de los pacientes y sus familias.
Jaime Renato Rodríguez Cariqueo
¡Y ahora tornados!
Si ya les costaba a nuestras autoridades, por omisión o por hacer "la pega a medias", el estar preparados para enfrentar las típicas y añoradas lluvias sobre nuestro territorio y que todos los años, casi calcado, provocan los mismos daños y molestias a la población, por lo que tras las típicas disculpas, quedan muy motivadas de prepararse mejor para el próximo año, y así ... año tras año, siempre lo mismo, imagínese entonces, lo que ocurrirá de ahora en adelante. Se adiciona la eventual presencia de tornados junto a las esperadas lluvias que por lo visto en la ciudad de Los Ángeles son para preocuparse, ya no solo se lloverían y se anegarían las casas, simplemente un tornado se las lleva volando, porque estamos hablando de vientos con velocidades que bordean los 200 kilómetros por ahora.
Una de dos, definitivamente las autoridades encargadas de estos delicados temas se ponen las pilas y hacen muy bien su pega o capaz que también se las lleve el viento.
Luis Enrique Soler Milla
Valores de un pueblo
Cuando en las noticias internacionales se informa que bandas de ladrones chilenos recorren el mundo realizando robos, nos da vergüenza o por lo menos nos incomoda. Cuando un mapuche trabajador y honesto que cumple con las leyes, que emprende, que paga impuestos, ve cómo otras personas de su misma etnia realizan atentados incendiarios a casas, maquinarias o camiones, disparan a vehículos en la carretera, roban autos a profesores rurales, golpean a choferes de camiones, a funcionarios públicos, debería tener esa misma sensación de molestia o vergüenza.
Cuando una persona mapuche está orgullosa de su origen y siente representar los valores de su pueblo, es su deber manifestar el rechazo a grupos radicalizados que utilizan a su etnia y se amparan en derechos reivindicativos para provocar actos terroristas.
Es absolutamente necesario que las organizaciones tanto mapuches como de cualquier pueblo originario se pronuncien en una vocería permanente, repudiando los hechos delictuales y terroristas que nos toca vivir a diario en el sur de Chile.
El pueblo mapuche es parte de la sociedad y es un aporte para el desarrollo social, económico y cultural de La Araucanía así como de nuestro país. Quienes deben ser estigmatizados y rechazados por la sociedad son los que delinquen y los que utilizan a una etnia para provocar terrorismo.
Roberto Heise Möller, presidente Sociedad de Fomento Agrícola de Temuco A.G.
Educación física y sedentarismo
Los profesores de Educación Física no podemos ser indiferentes frente al anuncio que hace el Consejo Nacional de Educación (CNED), sobre la aprobación a los cambios estructurales para el plan común de 3° y 4° año medio, dejando como optativos los ramos de Historia y Educación Física.
Ante esto, quisiera recordarle al CNED, el último informe publicado por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) que tuvo una amplia difusión en medios de comunicación; es precisamente el segmento de jóvenes mayores de 15 años, el que este estudio considera como uno de los de mayor riesgo debido a los altos índices de obesidad y sedentarismo que presentan (34,4%).
Podríamos esperar que, ante tan triste y desalentador escenario, nuestras autoridades tomarían medidas concretas para contrarrestar tan magro logro. Pero no, la señal que enviamos a nuestros estudiantes del sistema escolar es negativa, vemos como todos los esfuerzos de los profesores por estimular la realización de alguna actividad deportiva en la edad escolar, podrían ser en vano.
Si se llega a concretar esta medida, difícilmente podremos revertir el sedentarismo que llegó a la vida cotidiana de los chilenos, que al parecer es para quedarse.
Juan Manuel Ramírez, académico Facultad de Educación, U. Central