El eclipse, en medio de la infinitud y belleza del cosmos, no creado por el hombre, suscitó sentimientos de emoción, lágrimas, exclamaciones, aplausos, y expresiones como "es lo más hermoso que he visto en la vida", "algo maravillo, indescriptible", "la embarró", "no hay palabras para expresar lo que se siente", "doy gracias a Dios por esta oportunidad privilegiada", "es la grandeza de la obra del Creador", "nunca en la vida había experimentado y sentido algo así", etc. Muchas de estas personas, familias completas, habrán regresado a su vida ordinaria con nuevos contenidos acerca del sentido de la existencia y la naturaleza. Bastó con levantar la mirada al cielo.

Ello cuestiona nuevas formas de pensar de quienes crecen sin referencia a los valores e instancias religiosas, donde ya no se busca más el misterio, lo divino, sino lo que se cree saber: que la ciencia descifrará en algún momento todo aquello que aún no entendemos. Es muy importante que nos opongamos a un tipo determinado e intolerante de "racionalidad". No se trata en efecto, de la razón misma, sino de restringir la razón a lo que solo se puede reconocer mediante la ciencia natural, y al mismo tiempo de la marginación de todo aquello que vaya más allá de la razón. Estas nuevas ideologías han llevado a una especie de crueldad y desprecio de la persona humana, antes impensables porque se hallaba todavía presente el respeto por la imagen de Dios, mientras que, sin ese respeto, el hombre de absolutiza a sí mismo y todo le está permitido, volviéndose entonces realmente destructor.

En este sentido, el Papa Francisco ha exhortado a "que por encima de todo, debemos mantener viva en el mundo la sed de absoluto, no permitiendo que prevalezca una visión de la persona humana unidimensional, según la cual el hombre se reduce a lo que produce y lo que consume: se trata de una de las trampas más peligrosas de nuestro tiempo".

Sin embargo, y al mismo tiempo, comienzan a surgir científicos que descubren los límites de la ciencia, y comienzan a preguntarse por el origen último de las cosas, es decir, una vez más vuelve esa pregunta existencial. Entonces, la religiosidad tiene que regenerarse de nuevo en este gran contexto y encontrar así nuevas formas de expresión y de comprensión. La ciencia por sí sola, con todo su invaluable valor, en la medida que se aísla y se hace autónoma, no cubre la totalidad de nuestra vida, ni es su rol dar respuesta a las interrogantes existenciales más profundas del ser humano. Si bien es cierto que nuestra capacidad intelectual y de conocimiento ha crecido, no lo ha hecho en el mismo grado nuestra grandeza como persona, ni nuestra potencia moral y humana. A través de las grandes tribulaciones de la época que vivimos, reconocemos cada vez más que debemos encontrar de nuevo un equilibrio interior, y que estamos necesitados de crecimiento espiritual. Hay un gran vacío existencial que como sociedad debemos saber colmar.

Chile es el segundo país de la Ocde con la tasa más alta de obesidad, luego de Estados Unidos, de acuerdo a un estudio de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO). En mayor detalle, uno de cada tres chilenos es obeso (34% de la población mayor de 15 años), y el empeoramiento se produjo en apenas dos años, ya que el país escaló en ese período desde el octavo puesto.

Ciertamente, el crecimiento económico, los mayores ingresos de las personas y la integración a los mercados internacionales han reducido el consumo de preparaciones tradicionales y aumentado el consumo de los "fast food" o comida chatarra, menos saludables que alimentos en su estado natural como frutas, verduras, lácteos, legumbres, granos enteros, pescados y mariscos.

Otro aspecto que ha incidido es que muchas personas viven en zonas más lejanas y deben usar medios de transporte motorizados, con lo que se camina menos y se deja de hacer actividad física. Así, el 97% de los adultos chilenos son sedentarios, y esto es más importante en niveles socioeconómicos bajos.

De acuerdo con los especialistas, el rápido avance de la obesidad se relaciona con el fuerte aumento del consumo de carne, la baja ingesta de vegetales y alimentos que contienen fibra y, por el contrario, la cultura de mal alimentarse por medio de comida chatarra, entre otras muchas causas.

El consumo de carne por persona pasó de 29 kilos en 1963 a 48 kilos en 1994 y a 85 kilos en 2013, cambio que se explica por un mayor acceso a este alimento, que durante años fue considerado de lujo entre las familias populares, por los altos precios que tenía.

En cambio, la reducción en el consumo de vegetales por parte de las familias chilenas ha sido considerable: de 113 kilos por persona al año en 1963 pasó a 71 kilos en el 2013. Las legumbres también fueron desapareciendo de la dieta, con un consumo de 6 kilos por año a sólo 4 kilos.

Actualmente la obesidad es considerada la mayor epidemia del siglo XXI por distintas entidades internacionales y Chile no escapa a ello.

Comenzó la apertura de la Avenida Estadio de Temuco, en un tramo importante para facilitar el tránsito de vehículos. Así lo dispuso el municipio de la capital regional, dando de inmediato inicio a los trabajos correspondientes. La apertura de la avenida contempla obras de enripiado del tramo comprendido desde Chacay hasta calle Uruguay.

Siete damnificados por

incendio en sector centro

Al menos siete personas damnificadas y daños estructurales en casi el 80% de la propiedad, dejó como saldo un incendio registrado en pleno centro de Temuco. La emergencia se decretó pasadas las 13.30 horas y afectó a una vivienda de dos pisos ubicada en calle Lautaro, casi esquina con Cruz. La casa contaba con una serie de piezas en arriendo.

Evalúan dos lugares para construcción del mecano

La prolongación de la avenida Javiera Carrera hacia el sector Amanecer y el sector ubicado entre el final de calles Prat y Bulnes son los dos lugares que los ingenieros del Ministerio de Obras Públicas (MOP) y del Ministerio de Vivienda deberán evaluar dentro del estudio de factibilidad técnica para la instalación de un puente mecano sobre el río Cautín.