Fundación AraucaníAprende cierra el 2019 con tres mil nuevos niños lectores
EDUCACIÓN. Profesoras rescatistas desafían la incómoda realidad en escuelas vulnerables de nuestra Región, donde hasta 8 de cada 10 niños pasan a segundo básico sin saber leer.
Finalizando un exitoso año de trabajo 2019, en el que 3.000 niños de segundo básico de escuelas municipales y particulares subvencionadas con altos índices de vulnerabilidad social aprendieron a leer, la Fundación AraucaníAprende culminó ayer sus actividades con el Seminario "Tecnología en la Enseñanza de la Lectura".
La fundación cumple 13 años en la Región, en los que cerca de 600 profesoras jubiladas han renovado su compromiso con la educación de niños y niñas, desplegándose por las 32 comunas de La Araucanía, y 378 aulas, bajo la incansable misión de cambiar la dura realidad que se vive, día a día al interior de las aulas, donde se estima que 8 de cada 10 niños pasan de primero a segundo año básico sin saber leer.
Factores
"El problema tiene dos vertientes", explica el director ejecutivo de AraucaníAprende, Carlos Dreves. "Uno porque la familia de los niños no se interesa o tiene un déficit sociocultural muy alto. Y segundo, tenemos profesores que tampoco saben enseñar a leer", cuenta.
"En número duros, este año atendimos 300 escuelas de las 32 comunas, todas con índice de vulnerabilidad superior al 65%, y donde el promedio fue del 88%. En zonas rurales de la Región hasta 8 de cada 10 niños no aprende a leer, y la relación indica que mientras más vulnerable sean las familias, mayores son las dificultades lectoras", agrega Dreves.
Trayectoria
Durante la actividad, realizada en el Aula Magna de la Universidad Mayor, 3 profesoras rescatistas fueron premiadas por cumplir 10 años ligadas al trabajo de la fundación, preocupadas porque en La Araucanía todos los niños lean.
María del Carmen Curín, quien lleva una década de servicio en la fundación señaló respecto a su trabajo que, "no uso una sola metodología, porque no todos los niños aprenden de la misma manera, hay niños que aprenden mirando, otros que aprenden de forma auditiva, otros que complementan las dos, y el profesor al ver los avances, debe estar atento para poder corregir las estrategias que ha utilizado y que no dieron resultado, para aplicar otras".
"Las cosas cambiaron. Los papás se insertaron al mundo laboral y los niños van quedando solos, por lo tanto no hay tiempo para revisar cuadernos y libros. Mi idea es incentivarlos a imaginar, a crear y hacer sus propias adaptaciones a la lectura, crear hipótesis", concluyó Curín.