Ha partido Bárbara Volstad
Bárbara Volstad Anderson nació en Perú, mientras sus padres eran misioneros cristianos allí, pero ella adoptó a Chile como su país, especialmente la ciudad de Temuco donde vivió por más de 50 años. Fue estudiante del antiguo Colegio Inglés y posteriormente en el Colegio Bautista. Ha partido a los 91 años de edad, a la hora de su deceso vivía en la ciudad de Tampa, Estados Unidos. Hasta último tiempo añoraba y hablaba con pasión de su querido Temuco.
Fue conocida y amada por el mundo evangélico de la Región, dejando una huella en muchas personas. Varios son los aspectos en los que Barbarita Volstad se destacó.
Será recordada como la destacada profesora de Seminario Teológico de la Iglesia Alianza Cristiana y Misionera, en calle Dinamarca. Por varios años fue profesora, administradora y rectora del mismo, este llegó a ser su pasión hasta sus últimos días de servicio activo.
Ella dio origen a la Biblioteca del Seminario, la que hoy lleva su nombre. Amante de los libros y celosa cuidadora de los mismos, dejando un legado de sabiduría a través de ella. Igualmente se destacó como historiadora, tenía gran pasión por la historia de la Iglesia Aliancista de Chile especialmente en la Región de La Araucanía, creó un patrimonio histórico de los primeros cien años, y redactó muchos artículos de lo mismo.
Hay muchas otras virtudes y recuerdos que quedarán como legado para los que fueron sus alumnos y amigos, su sobrino Marcos ha señalado "en la Iglesia Alianza de Chile ella ya es una leyenda".
Ha partido una persona consecuente en su vida, íntegra en sus principios de vida y una maestra ejemplar en todo sentido. Hizo de la educación cristiana su apostolado de vida. Fue muy amante de la Región de La Araucanía, especialmente la zona de Conguillío donde disfrutó de pasar muchas de sus vacaciones.
¡Hasta siempre querida Barbarita Volstad!
C. Iván Flores Hernández, pastor, exalumno del Seminario Teológico de Temuco
Resultados
Se insiste, con fundamento, que las pensiones, la salud, etc., no se arreglan cambiando la Constitución. En la reciente Consulta, mucha razón tuvieron los alcaldes que no incluyeron preguntas sobre la Constitución.
Dado que la priorización de demandas presentaba una lista de beneficios, todos muy deseables, al mezclarlos con la Constitución inevitablemente se asociaron ambos temas y eso sin duda apalancó la opción de una Nueva Constitución.
Por eso, una pregunta aislada sobre la Constitución, como la de abril próximo, no necesariamente tendría el mismo resultado.
José Luis Hernández Vidal
Tiempos de esperanza
Hace unas semanas tuve el regalo de experimentar la generosidad de una manera sorprendente. Mi vecina preocupada de que no pasara frío en mis traslados diarios arriba de mi scooter, me escribió para ofrecerme un auto que no estaba utilizando.
Me parece que parte de las causas que han gatillado algunas de las injusticias y abusos que hoy desafían el avance de Chile y que están en el sentir más profundo de las demandas sociales son la falta de generosidad y preocupación por el otro. Hoy es fundamental volver a identificar a mi "vecino", preocuparnos por los impactos y externalidades que generan nuestros actos u omisiones y sobre todo ensalzar la generosidad que permite construir sociedades más solidarias y amigables entre sí. La situación mundial hoy no es muy alentadora al respecto. Muchos países están experimentando altos niveles de descontento social y muchos de ellos con un alto nivel de violencia y destrucción en la vida pública.
Hoy es urgente que el sector público vuelva a su misión de servir a la gente y buscar utilizar las mejores herramientas disponibles para contribuir a la prosperidad de sus ciudadanos. Las empresas deben seguir empujando el crecimiento, poniendo su motor y capacidad de innovar a desarrollar nuevos productos y servicios que beneficien no solo a sus accionistas sino que también a sus trabajadores y comunidades donde operan.
La sociedad civil está llamada a seguir buscando representar y promover con fuerza los distintos intereses, necesidades y sectores de la población. En cada familia y hogar debemos volver a preguntarnos cómo podemos contribuir a hacer un mejor barrio, una mejor ciudad, un país mas justo y solidario. Para que esto ocurra necesitamos que el orden y respecto por los lugares comunes sea una regla mínima de convivencia.
La expresión de nuestras ideas y preferencias sea un derecho, que a su vez tienen el deber de convivir en respeto con la demás. Qué nuestras decisiones y acciones tengan una mirada más allá de nuestro metro cuadrado. Y al mismo tiempo tengan responsabilidades y consecuencias sobre nuestros actos.
Chile perdió estas reglas mínimas de convivencia y respeto en las últimas semanas. Sin embargo, estoy seguro que si volvemos a mirar al otro y trabajamos en ver cómo contribuir al mejor bienestar de todos, estaremos contribuyendo al win win que mi vecina me invitó hace una par de semanas.
Que estos días de esperanza a la espera de la Navidad nos ayuden a identificar por dónde puedo ayudar a mis "vecinos".
Felipe Magofke