Este jueves llega a las salas de cine "El estreno", del director chillanejo Alejandro Fernández Almendras.
La cinta, rodada en blanco y negro, pues quiso que fuera "anticuada, como a destiempo, de otro lugar y época", cuenta con un elenco de actrices y actores de República Checa, por lo que también está hablada en dicho idioma.
Unido a ese país por su pareja y por su hijo, Fernández eligió a Kladno, una pequeña ciudad de 50 mil habitantes, para registrar esta historia que nos adentra en la vida de un director teatral, en el comienzo de sus 30 y empezando un matrimonio que tiene un hijo de muy corta edad. La dificultad de montar su última obra, una versión de Unamuno para el clásico griego "Fedra", es lo que gatilla la crisis del protagonista, que además suma una infidelidad con la actriz que asume el rol protagónico.
Perdido en kladno
El director cuenta al teléfono que la estancia en Kladno fue de poco más de un mes y que junto a su director de fotografía Inti Briones, filmó en quince días de manera tranquila y bastante rutinaria, sumido en el frío invierno de 2018.
"Kladno está a una hora de Praga, es una ciudad que tenía un pasado minero, había una mina de carbón muy grande allí, entonces tiene toda una onda media obrera, sindical, con bastante del mundo socialista obrero, con muchos edificios de viviendas sociales, torres de departamentos. Curiosamente, tiene un teatro gigante que es el que nos motivó a hacer la película allí", cuenta el director chileno.
- ¿Cómo hiciste el casting?
- Vi varias películas. Buscamos entre varios actores y actrices. Quería que los personajes fueran bastante jóvenes, no quería que fueran personas de mi edad, me interesaba un poco poder hablar desde otra generación.
- ¿Cómo fue tu relación con el actor principal, Jirí Mádl?
- Él es una especie de estrella juvenil en la República Checa. Tuvo en los noventa y a principios de los 2000 varias películas exitosas donde era como el jovencillo loco. Nos conocimos y me cayó súper bien. Creo que el factor fundamental de decidirme a trabajar con él fue que además de actor es director de cine. Ya está haciendo su tercera película, entonces conoce lo que son las vicisitudes del director.
- ¿Por qué escogiste "Fedra"?
- Porque es un drama clásico y me parece que es como el epítome de la obra patriarcal. Se trata básicamente de una mujer que quiere seducir a su hijastro y como él no se deja seducir, la madrastra se venga de una manera terrible que es contándole a su marido, al padre de su objeto de deseo, que el hijastro trató de violarla. El padre se enoja, manda al hijo al exilio y se desata la tragedia. Creo que nada puede ir más en contra del espíritu de esta época que esta obra, y me parecía divertido que la dirigiera nuestro personaje principal, que representa hasta cierto punto esa idea de macho que no entiende a las mujeres, que las ve como su objeto de deseo, pero que es incapaz de verlas más allá de la función que tienen para él.
- ¿Cómo empezó a tomar forma esta historia conyugal?
- Creo que al comienzo fueron las ganas de hacer una película como de cámara, con pocos personajes, en un espacio reducido, que desplegara emociones y relaciones, cosas muy personales, como esas películas checas de los años sesenta, como las primeras películas de John Cassavettes, una cosa así. Algo bien contrario a lo que he hecho siempre que son películas como de la contención.