Discusión por el retiro
Chile requiere un nuevo pacto social, esto es indispensable a la luz de lo que vemos. Seguir negando aquello es de una ceguera total ante la historia nacional. Chile es más pobre hoy que hace unos meses y la única alternativa para revertir aquello es crear más riqueza.
El gobierno está hoy en un punto crítico para su supervivencia como coalición, todo a propósito de la inflexión que significa el proyecto que busca que los cotizantes puedan retirar hasta el 10% de sus ahorros desde las AFP.
El Ejecutivo está enfrentado, con su negativa, a una demanda de alta popularidad y con un creciente apoyo de los congresistas, muchos de los cuales son de su sector.
Son las consecuencias de una gestión deficiente en demasiados ámbitos y que ahora se ve atorada con una discusión impensable hasta hace algunos meses, pero que fue abierta ante la impericia de un Ejecutivo que sigue sin entender el país que emergió el 18 de octubre, pero que en estricto rigor, ya mostraba enormes signos de lo que estaba en ciernes.
Hoy, la cuenta corriente, política y económica del gobierno, es cada vez más exigua y un posible veto a la moción significará un golpe duro para la opinión pública que ve en esta opción, tanto un respiro financiero, como un castigo a las administradoras que han hecho poco por mejorar su imagen y explicar en qué consiste su trabajo.
Por otro lado, si el proyecto no pasa, los efectos serán igualmente complicados para todos estos sectores, mismos que están en los espacios de retaguardia en el respaldo cívico. Allí menos puede esperarse una discusión seria del asunto.
Son los efectos de una crisis sistémica casi completa: ausencia de liderazgos, de credibilidad y de planes.
La única opción que tiene el Ejecutivo para evitar discutir un proyecto malo para la población es presentar un plan robusto de apoyo a quienes hoy sufren las consecuencias de la crisis.
Demás está decir que Chile requiere un nuevo pacto social, esto es indispensable a la luz de lo que vemos, cuando cada centímetro de la acción política está conflictuada por el enfrentamiento entre la demanda de lo que puede hacerse y lo que se demanda.
Seguir negando aquello, algo que es más profundo que la construcción de una nueva Constitución, es de una ceguera total e irresponsable ante la historia nacional.