Correo
Resiliencia
Estimado Director, a raíz del desabastecimiento de combustible y mercaderías quisiera compartir mi queja.
Cuando la Anef busca mejoras salariales, hace un paro y castiga al pueblo. La Confusam hace lo propio, al igual que lo han hecho los del Registro Civil, municipales y otros funcionarios públicos.
Pero el paro de los camioneros es distinto, son particulares que piden seguridad ante los ataques que han sufrido sus máquinas, pero si el pedido es hacia el Gobierno, ¿porqué entonces no van a la Moneda a bloquear las calles y allá hacen sentir su malestar?, ¿para qué presionar colocando a la población que ya esta a mal traer por la pandemia y las restricciones como escudo para sus solicitudes?
Los mayores hacen ejercicio de memoria y saben perfectamente el papel que cumplieron los camioneros en los días previos al golpe del 73, y ahora en vez de ayudar a sobrellevar la crisis del covid- 19, una vez más se castiga al pueblo vulnerable y que ahora es víctima de sus acciones de presión.
Siempre sufren las consecuencias los usuarios, y los que menos se ven beneficiados a la hora de las negociaciones bajo la mesa.
Jaime Renato Rodríguez Cariqueo
Llamado al sentido común
Desde el 18 de octubre quedo demostrado que la clase política de una forma transversal, perdió todo tipo de apoyo y respaldo por parte de la ciudadanía, que lleva años exigiendo mejores pensiones, mejor salud, educación, etc.
Demandas totalmente razonables, pero como principal obstáculo se encontraba la clase política que ha sido incapaz durante años de ofrecer una solución para tales problemas, por ese motivo se encontraban en el centro de las críticas y demandas de los chilenos.
Pero siguiendo la lógica de los manifestantes del 18 de octubre ¿no es un sinsentido entregarles ahora a esos mismos políticos las bases institucionales del país que nos regirán por los próximos 30 o 40 años?
Por estos motivos realizo un llamado, no a votar apruebo o rechazo, sino que es un llamado votar con el sentido común, de no entregar las bases institucionales y principios de nuestro país a grupos ideológicos partidistas y a una de la peor clase política que hemos tenido como país.
Jorge Ortega Sandoval, Centro Derecha Universitaria, Araucanía
Menos uso de leña
Sorpresa generó saber hace un tiempo que el aire más contaminado no se encontraba en algunas de las grandes urbes de China o India por dar algunos ejemplos, sino que se encontraba nada menos que en el sur de Chile, específicamente en Temuco.
Esta situación se da cada año, siendo la mayor razón el uso de la leña como principal combustible para calefaccionar los hogares. Sin ir más lejos, algunas de las ciudades del sur de Chile están entre las urbes con más altos índices de episodios críticos de la calidad del aire, destacando de gran manera, en comparación el resto del territorio.
Estos datos parecen haber sido la gota que rebalsó el vaso para el Gobierno, que anunció recientemente un plan para descontaminar 10 comunas del país con altos índices de polución. Dicho plan consiste en la reducción de las tarifas de calefacción eléctrica, incentivando el uso de alternativas basadas en esta fuente, por sobre la tradicional leña.
¿Cuál es la alternativa más recomendada dentro de las opciones eléctricas de calefacción? Nada menos que el aire acondicionado.
La tecnología presente en estos sistemas permite, por una parte, un importante ahorro en el consumo eléctrico al mantenerse encendida sin el gasto que implican los procesos de constante encendido y apagado. Además, contrario a lo que mucha gente todavía piensa, es utilizable durante todo el año, ya que brinda aire frío en verano y caliente en los meses invernales.
Milena Santos Romay
Ley Antiterrorista
El senador Huenchumilla, refiriéndose a la violencia en la Región de La Araucanía, declaró recientemente: "lo que ha fallado no es la ley, sino la gestión de las policías".
Discrepo con tal aserto. La ley 18.314 que determina conductas terroristas y fija su penalidad sí ha fallado, pues exige probar un hecho subjetivo que se basa en los sentimientos de una persona, como lo es la intención de los imputados, algo que no se puede probar. Tal exigencia hace prácticamente imposible condenar a quienes cometen actos terroristas. En efecto, el artículo 1º de dicha ley establece: "Constituirán delitos terroristas los enumerados en el artículo 2º, cuando el hecho se cometa 'con la finalidad' de producir en la población o en una parte de ella el temor…".
Hechos tales como la instalación de artefactos explosivos, quemar vivas a personas, incendiar casas, escuelas, iglesias, vehículos o maquinarias, sin que tales actos vayan en beneficio económico de quienes los cometen, son hechos objetivos que constituyen per se una conducta terrorista.
Adolfo Paúl Latorre