sueña" (2020), obra que termina de escribir en España a fines de febrero.
Pero ¿quién este hombre de versos y prosa diferente que se impone este año al trabajo de autores como Elvira Hernández, Carmen Berenguer, Rosabetty Muñoz, Teresa Calderón, Claudio Bertoni, Omar Lara y Hernán Miranda? Su propia historia, sus textos y la descripción de quienes estuvieron en el proceso de valoración de este premio y de quienes respaldaron su postulación lo explican a la perfección.
"Lo que hago es simplemente la transmisión de una memoria que recibí de mis antepasados y que llevo muy presente en mi propia memoria, del niño que fui en una comunidad como la de Quechurehue, cercana al lago cólico, donde nací y crecí. Lo único que uno hace es articular con la poca experiencia que va adquiriendo en la vida, pero en este premio están nuestras y nuestros alter ego, estos seres que nos van señalando el camino en distintas situaciones en las que nos pone la vida", explica el autor.
De nombre y apellidos con significado - "piedra transparente" y "neblina extendida sobre un lago" - este singular habitante del sur de Chile cuenta que recoge la memoria desde que tiene uso de razón, la toma de sus mayores, de sus antepasados, y escribe desde sus años liceanos influenciados por la sombra y las hojas de los viejos castaños de Avenida Balmaceda en Temuco, cercanos a su aula.
Hijo de un profesor, director de escuela y dirigente, padre de siete hijos y abuelo de seis nietos, Elicura reconoce que escribe desde un lugar, desde un color que no abandona jamás. "Ese azul no es cualquier azul, sino el azul que uno puede ver cuando termina la noche y cuando comienza el día, antes de que aparezcan los rayos del sol. Ese azul es el que me motiva, porque tiene que ver también con el hecho que si nosotros venimos del infinito también volvemos a él, ese es el camino (…). El azul fue transformando en la columna vertebral de mi pensamiento, de mi escritura", explica en una entrevista concedida a El Austral en 2016, en el contexto de su primera postulación al Premio Nacional de Literatura.
El recado
En 1999 publica un ensayo poético que mantiene plena vigencia por lo que pretende, por lo que busca y por cómo lo expresa. Se trata de "Recado confidencial a los chilenos", un mensaje que va de lo personal a lo colectivo para acercar a dos culturas que siguen "desencontradas".
"Me digo, ¿cuánto conoce usted de nosotros? ¿Cuánto reconoce en usted de nosotros? ¿Cuánto sabe de los orígenes, las causas de los conflictos de nuestro Pueblo frente el Estado nacional? ¿Qué ha escuchado del pensamiento de nuestra gente y de su gente que - en la búsqueda, antes que todo, de otras visiones de mundo, que siempre enriquecen la propia - se ha comprometido con el entendimiento de nuestra cultura y nuestra situación? ¡Nos conocemos tan poco!, aunque recientemente, ¿como Sueños?, hemos efectuado también ocasionales encuentros que se han convertido solo en un mirarnos desde más cerca y que -disculpándonos mutuamente esta especie de conformidad - al menos han evidenciado la enorme distancia en la que nos encontramos mapuche y chilenos, aun en la misma geografía - campos y ciudades - que sí 'compartimos'. Hecho, este último, que incluso en la negación nos ha influenciado (en ambas direcciones, claro). ¿Cómo intentar comprender todo eso?". (Cita textual del libro).
Sin duda, un recado que pese a tener ya 21 años persiste en sus preguntas, siempre desde la verdad propia y un lugar sereno e informado. Así lo cree también la dirigenta originaria guatemalteca y Premio Nobel de la Paz (1992), Rigoberta Menchú Tum, que es una de las personalidades que apoyó la candidatura del poeta y oralitor al Premio Nacional de Literatura 2020.
"Los méritos del hermano poeta mapuche Elicura Chihuailaf Nahuelpán, son más que elocuentes (…). Mi apoyo indudablemente nace de la solidaridad natural que nuestro candidato pertenezca a los pueblos indígenas, pero más allá de estos vínculos históricos de solidaridad (…). El poeta representa a las personalidades que como Gabriela Mistral y Pablo Neruda, no solamente visibiliza a los pueblos originarios, sino como los grandes creadores, sus obras poéticas, son expresiones vivas de la naturaleza, de la historia y el devenir humano, su legado es holístico, con espacio-tiempo universales, que además de enriquecer la producción espiritual y las bellas artes de los Pueblos Indígenas, trasciende enormemente la creación poética y literaria de la nación Chilena", precisa Menchú en su carta de respaldo.
Desde su experiencia como jurado de la versión 2020 del citado premio, la poeta mapuche, doctora en didáctica de la Lengua y la Literatura, y académica de la Pontificia Universidad Católica sede Villarrica, María Isabel Lara Millapán, precisa que lo que inclina la balanza hacia la obra de Chihuailaf es su trascendencia y reconocimiento internacional, respaldada por una gruesa carpeta de antecedentes, validada por voces del mundo político, académico, educacional y artístico, así como la condición de ser una voz y un puente entre culturas y distintas generaciones, y enganchado a esta idea está su valor educativo, ya que sus letras están presentes en libros escolares que ponen en valor la memoria de los ancestros de una cultura antigua.
"En lo personal, agregaría su condición de poeta bilingüe que habla y escribe con el idioma propio de su tierra natal, que es muy de aquí, del Wallmapu", precisa María Isabel Lara Millapán, quien es escogida por el resto del jurado para entregar un saludo al ganador en esa primera comunicación vía teléfono, la que comienza en mapudungún y termina en castellano envuelta en una gran emoción.