Familia de Angol denuncia constantes robos de animales e incendio de su casa
VIOLENCIA RURAL. Los hermanos Guerraty son propietarios del fundo San Agustín, en el sector Alboyanco. Cuentan que sufren reiterados ataques en su contra.
Una pesadilla en la que lleva años sin poder despertar es la que vive, desde hace más de una década, una familia de colonos que es dueña de un fundo, ubicado en un sector rural a unos 15 kilómetros de la ciudad de Angol.
Los hermanos Guerraty Klambert son los propietarios del fundo San Agustín, que ocupa más de 400 hectáreas, en el sector Alboyanco. Si bien dicen que el predio es de su familia desde el siglo pasado, desde hace 15 años que son víctimas de constantes hostigamientos por parte de desconocidos que, recurrentemente desde hace un tiempo, roban y matan sus animales y, además, provocan daños en diferentes casas y equipos que abastecen a su propiedad.
Lo más reciente y lo más grave, eso sí, ocurrió durante la medianoche del martes de esta semana, cuando tres de los cuatro hermanos estaban durmiendo en la casa principal y despertaron tras ver una llamarada por la ventana.
Rápidamente tuvieron que salir desde sus camas y evacuar hacia el exterior. Allí, en plena madrugada, intentaron apagar el fuego pero advirtieron que no era solo un foco, sino tres.
"Al final logramos sacar un par de cosas y no pudimos hacer nada más, se quemó entera y perdimos todo lo que había adentro", lamenta George Guerraty (38 años), uno de los dueños del fundo, quien reconoce que tienen sospechas de que lo ocurrido pudo haber sido derechamente un incendio intencional contra ellos.
Fundo san agustín
El fundo de los Guerraty está en un sector aledaño a un camino que conecta Angol con la localidad de Pidima, comuna de Ercilla, en las proximidades del sector La Estrella, en Alboyanco.
George Guerraty cuenta que desde hace décadas el fundo ha sido trabajado y que, hace unos diez años, instalaron cabañas para dar inicio a un proyecto de turismo rural. Pero aquello no prosperó, dice, porque las cabañas terminaron siendo objeto de constantes robos, al punto que las desvalijaron.
"Después estas situaciones fueron aumentando y poniéndose más complicadas. Empezaron a desaparecer animales, decenas de corderos, caballos y vacunos, y también se empezó a cortar la luz muy seguido, también destrozaron instalaciones de agua. Los cercos aparecían cortados, los perros de nosotros muertos... un sinfín de situaciones", recapitula el joven agricultor.
"Fueron tantas cosas que al final optamos por venir a instalarnos con mis hermanos para cuidar el campo e intentar que tirara para arriba, con entusiasmo. Yo llegué en mayo y ahí fui dándome cuenta que de a poco, alguien o un grupo de gente que no hemos visto, nos hacen daño", agrega.
Sospechas del incendio
Guerraty dice que no puede asegurar que el incendio fue un ataque incendiario, ya que no escucharon ni vieron a nadie cuando salieron arrancando. Sin embargo, les parece "muy extraño" que los tres focos de inicio del fuego comenzaran en distintos puntos, lejanos a la cocina a leña.
"Queremos que se investigue a fondo y por eso vamos a tratar que vengan peritos de manera particular", adelantó.
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"Desde hace unos 15 años que se pierden animales, otros aparecen muertos... y hay toros que llegan capados... nos roban cosas. Teníamos un emprendimiento turístico y lo desvalijaron, han pasado hartas cosas".
George Guerraty,, agricultor de Angol