Correo
¿No le parece raro a usted?
¿No le parece raro a usted que en ningún momento de la franja televisiva del plebiscito de ambas opciones, no se invite a que las chilenas y los chilenos lean entera la Constitución que hoy está vigente, que la entiendan, que pregunten por las dudas antes de que tomen la decisión de su voto para que ellos, por si mismos y no a través de terceros sepan perfectamente de los temas que sí tienen que ver con la Constitución y cuáles no tienen que ver con ella? y así, inmediatamente ¿reconozcan a quienes les pretenden contar el cuento de que la Constitución es literalmente la panacea, es decir, la solución a todos sus problemas, por domésticos que estos sean?
Luis Enrique Soler Milla
Un solo propósito
Observo la franja televisiva y veo cómo algunos partidos políticos ladinos y organizaciones menores poco representativas desvirtúan el propósito del Plebiscito Nacional del 25 de octubre.
El propósito es uno solo: cambiar o no cambiar el Estado y con eso el futuro que tenemos como nación, para las nuevas generaciones. Se trata de una nueva Constitución Política de Chile. La opción Rechazo significa seguir igual, con algunos maquillajes. La opción Apruebo significa que los ciudadanos en un periodo de tiempo razonable propondrán un nuevo texto con los cambios necesarios. Serán nuevas reglas de convivencia, con un Estado social, donde haya derechos garantizados para todos y todas, como salud, educación, previsión y acceso a la vivienda. Asegurar para los chilenos la propiedad de los recursos naturales, agua y minería. Esto no significa un Estado totalitario ni omnipresente que no respete el derecho de propiedad y una actividad comercial respetable.
No es posible continuar con el actual sistema que entrega a grupos económicos el cuidado de la salud (Isapres) previsión (AFP) y la propiedad de recursos básicos (concesiones multimillonarias). Basta entonces de confundir con el demonio y promesas, "ahora sí que sí", de mejoras urgentes a los pobladores, las que no quisieron hacer en 30 o más años.
Gaspar Millas del Río
El español en Chile
Lingüísticamente no existe el español puro; todos los hablantes del español del mundo hablamos el dialecto correspondiente a nuestro país o región. Nuestra forma de hablar el español en Chile no es ni buena ni mala: es diferente. Precisamente, en su variedad está la riqueza del español. Así, en México preguntan: '¿Tú qué quieres?', en Puerto Rico: '¿Qué tú quieres, chico?', en Argentina: '¿Vos qué querés?', en Chile: '¿Voh qué queríh?'.
Toda lengua es una realidad dinámica donde tienen cabida la creación y la evolución: no es una realidad estática. No existe un español 'correcto' y otro 'incorrecto'. Así, decir, 'Oye ¿teníh una luca que me prestíh…porque "ando pato"?´ no es intrínsecamente incorrecto y sólo se da en Chile en una situación de familiaridad y confianza. El español, al igual que otras lenguas, cambia constantemente.
Cuando la gente dice que los chilenos hablamos mal, lo que quiere decir es que hablamos mal el español de España, pero los españoles, a su vez, hablan pésimo el español de Chile, de Argentina, de Colombia, de Cuba, etc.
Mauricio Pilleux Dresdner
Educación cívica
En enero 1988, don Alejandro Jiménez (Q.E.P.D.), exobispo de Valdivia, bajo el lema "Sacrifica un domingo en tu vida", creó el "Programa de educación cívica", con llamados reiterados para que los católicos participen como voluntarios en "campaña puerta a puerta" y recorran todos los lugares de Valdivia y comunas, animando a personas a inscribirse en los registros electorales; y así, poder votar en conciencia en plebiscito del 5 octubre 1988.
De entre los miles de feligreses de Parroquia La Merced participamos cinco voluntarios y, al no integrarse más personas, debimos trabajar varios domingos. Personalmente toqué puertas durante tres meses, incluso en Paillaco.
Boletín diocesano "Bajo La Lluvia" publicó mi testimonio sobre lo vivido en la campaña puerta a puerta. Como la tensión se agudizaba, días antes del plebiscito, llegó a nuestro hogar el padre Ivo Brasseur, a pedirme que el 5 de octubre colaborara en nuestro sector poblacional, objeto evitar cualquier acto que pudiera alterar el orden público y afectar la votación. Día del plebiscito, permanecí en antigua Iglesia de calle Bueras (barrios bajos), hasta que subsecretario Cardemil, dio por ganador al "Si".
Pero, al llegar a mi casa, en la Radio Chilena habló el general Matthei, reconociendo triunfo del "No".
Derico Cofré Catril